< Previous10Cuervois, no olvides tu colaboración… Frase de advertencia de mi hermano Gato. Y los avatares distintos por los que este año que agoniza me hizo pasar, de una manera u otra me paralizan en la escritura. Finalmente es la última colaboración del 2018 y, como siempre, la sensación de que el tiempo corre con mayor prisa que hace algunos años… “Cuánta prisa llevan los años… Qué afán de marchitarnos el alma…” Alguna vez, algún científico amigo mío, me comentó que es científicamente cierto que el tiempo transcurre con mayor velocidad… No pude entender absolutamente nada de lo que me estaba diciendo, pero me ayudó a conformarme en esta sensación de ansiedad que causa el sentir que las horas ya no tienen la misma duración. El caso es que aquí estamos, una vez más despidiendo el año y entrando en sensaciones “futuristas” que hace una década eran tratadas como tal e incluso llevadas a la pantalla cinematográfica hablando de cataclismos y escenas apocalípticas tal como en la titulada “2012”… Y ese año del futuro lejano, quedó ahora en el pasado… De nueva cuenta, se darán las promesas, las intenciones, los proyectos y las esperanzas de que con el año nuevo todo cambie… Una vez más, se llevarán a cabo todos los rituales cuasi mágicos para conseguir que la fortuna visite la casa al aventar agua en la entrada y barrer para alejar la mala suerte, o tirar algunas monedas en la puerta para atraer una buena economía o incluso ponerse alguna prenda amarilla para que los dineros lleguen. Sacaremos las maletas y caminaremos con ellas unos metros para que el año venidero traiga viajes y con ellos, placeres ignotos que de alguna manera darán mayor sentido a la existencia. Portaremos calzones rojos para que el amor se mantenga encendido y… Después de todos los rituales, volveremos a la rutina cotidiana exactamente igual que el año anterior, pero con la esperanza renovada. Por otro lado, me resulta inevitable observar el clima… Hace apenas tres o cuatro años, estando en Spayer, Alemania, llegaba puntual a la merienda mi primo Hermann Luiquen Bustillos en casa de mis tíos. Germanos y Mayas, conviviendo en ese bello pueblo alemán y al ver que Hermann había llegado en bicicleta cubierto solamente con una sudadera sobre su camiseta, se hizo inevitable la pregunta: ¿No tienes frío? Y la frase resultante del regaño maternal: ¡Tápate, Hermancito, te va a hacer daño…! Mi primo respondió sonriente: No hace frío… Ya no hace frío… Verdaderamente hacía frío hace unos seis o siete años… Por estas fechas entonces estábamos quizá a menos 6 o menos 7 grados. Ahora apenas nos acercamos al cero… Ya el clima cambió… Y cada año va a ser más caliente… Se hizo un pequeño silencio que me dejó meditando acerca del tan llevado y traído cambio climático… Es cierto… Muy cierto… Hace dos años, en Feldberg, Alemania, en esa visita acostumbrada cada vez que voy a ver a mi hijo a Basilea, Suiza, observaba con cierto temor, la condundente prueba del cambio en el clima cuando en las montañas donde practicamos la caminata en nieve (snow walk), se veían por todos lados las máquinas propulsoras de nieve que intentaban cubrir cuando menos las pistas de esquiar… Pero el paisaje era muy distinto al del año anterior… Todo cambia, cantaba Mercedes Sosa… Todo cambia… Pero se suponía, eso nos decían de niños, que las cosas deberían cambiar para bien… Y, sin afán de ser derrotista, basta con observar lo que sucede alrededor para darnos cuenta que no es así… Por eso, tal vez, la conducta indolente que muestran las nuevas generaciones… Porque estos cambios vertiginosos les producen una sensación apocalíptica que les lleva a concluir: ¿Para Qué…? ¿Para qué demonios voy a intentar construir un futuro que no sé si me de tiempo de lograr…? ¿Para qué ser mejor en algún sentido si nada tiene sentido en este maremagnum…? Y así, solamente parece importar el hedonismo momentáneo… Consecuentemente, se va cambiando hacia el egoísmo y los llamados milenials ahora contribuyen al deterioro total en una forma total. ¿Qué hacer entonces…? ¿Deberemos quedarnos pasivamente esperando después de tantos años de lucha…? “ME QUEDA LA PALABRA…” Eso decía un muro que durante varios años permaneció con ese letrero a la salida de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco… Aún había conciencia y memoria de aquel lejanísimo movimiento estudiantil del 68… Me queda la palabra… Y poco antes de ser cubierto por pintura blanca, el letrero dramático que recordaba las represiones sufridas por ser pensantes, fue violado al escribir abajo: ¡Entonces ya valiste madres…! Al día siguiente, ambos letreros quedaron convertidos en un muro blanco… Con él, desaparecía una intención de motivar conciencia en las nuevas generaciones… La salida de la UAM, no volvió a ser la misma en ningún sentido… Las milpas y los establos que le rodeaban, fueron convertidos en ratoneras que en la mente de los Arquitectos al servicio de la intención capitalista rimbombantemente se conciben como apartamentos de interés social. Así, el entorno de aquella mi Universidad de la que fui generación fundadora, se hizo irreconocible… Cambia… Todo cambia… Sin embargo, se mantiene la UN AÑO MÁS…UN AÑO MENOS…ALBERTO ÁNGEL "EL CUERVO"11* Pintor, autor. Intérpreteesperanza y el ritual y “¡Ah qué ricos romeritos hizo mi mujer!” y “¡Este año es el nuestro, compadrito… Ya nos toca!” Y “Jefe, mi mayor deseo es que todos sus sueños se realicen en este año que viene” y el jefe sonriendo por fuera, solamente por fuera en actitud paternalista motivada por la enseñanza que el marxismo dejó al empresario para entender que en la medida en que “proteja” al trabajador, será el rendimiento de su fuerza de trabajo… Marx enseñó al empresario que el explotador debe proteger al explotado para que el rendimiento sea mayor y de esa manera, finalmente el capital se vea favorecido, lo que de ninguna manera quiere decir que se haga por justicia o porque el patrón en su infinita bondad conceda privilegios a los que siguen siendo explotados por los explotadores… Quizá esto es de las pocas cosas que no cambian con el año nuevo… No todo cambia… Pavo… Tal vez, sí… Habrá pavo en la mesa si se corrió con la suerte de ganar la rifa en la oficina… O si entre todos los de la vecindad se cooperaron para comprarlo y repartir de a “taco por piocha”… Nos reuniremos todos a contar anécdotas y a compartir los rituales de año nuevo para que ahora sí “nos haga justicia la revolución”… Y no faltará el necio que ya en la obnubilación etílica quiera fajarle a todas las damas presentes… Y quien haga el ridículo con su baile retro ni quien recite, cuando el dueño de la casa pida silencio, “El Brindis del Bohemio”… Era infaltable en casa de la abuela… El tío Tono, que tardaría varios años en darme cuenta de la razón por la cual siempre era el elegido para recitarlo, era quien adoptando un aire bohemio, soñador y loco, sacudía su melena alborotada y comenzaba recorriendo con mirada que intentaba ser profunda y solamente motivaba risas entre los jóvenes que de inmediato eran silenciados por los mayores… “En torno de una mesa de cantina, una noche de invierno, regocijadamente departían seis alegres bohemios…” El tío Tono, era director del Banco de México… Lo vine a saber muchos años después cuando con mis primos recordaba lo que en aquellos años mozos se llevaba a cabo en casa de la abuela, de Mamá Candita como parte del ritual de año nuevo… Por eso era seleccionado para recitar el Brindis del bohemio… Porque el tío Tono soñaba con ser émulo del llamado declamador de América, el Maestro Manuel Bernal… La verdad, era verdaderamente patético escucharlo declamar o intentarlo y mayormente aún el observar las lágrimas en algunos de los familiares cuando llegaba al final del poema (recitación le llamábamos comunmente en aquella lejana infancia) diciendo: “¡Por mi madre, bohemios… Por ella brindo yo… Dejad que llore, que en lágrimas desflore esta pena letal que me asesina… Dejad que brinde por mi madre ausente…!” y al ver a todos llorando y algunos abrazando a la abuela que se deshacía en lágrimas, hacíamos esfuerzos por llorar también, porque si no lo hacíamos era una falta de respeto y de empatía indispensables para aquel momento culminante de los rituales de fin de año…Cambia… Todo cambia… Y aquellas reuniones, con aquellos rituales y aquellas lágrimas y conductas embriagadas, dejaron de ser… Ahora, solamente se conserva cariñosamente en el recuerdo de algunos de nosotros, los que seguimos en este carrusel tan frágil… Ahora, parte del ritual de año nuevo es el recordar lo que hace muchos años sucedía en casa de la abuela cuando de manera obligada, la familia entera se reunía para “disfrutar” por decreto de familia… Cuando los infantes nos divertíamos tirando cohetes a los perros callejeros y corriendo de un lado a otro para ganar… Nadie sabe que era lo que ganábamos, pero se trataba de ganar o perder… Y había que ganar para que la mirada de aquella prima lejana de ojos negros y pestañas largas se posara en nosotros motivando el rubor… Ahora es recuerdo solamente… Sólo recuerdo… Aunque algunas cosas siguen sin cambiar, permanecen las felicitaciones y los buenos deseos de que el año venidero nos traiga paz, dicha y prosperidad. Permanece la esperanza de que finalmente, todo cambie y cambie para bien… Permanece la frase de mi hermano Gato: ¡Cuervois, no olvides tu colaboración! Muchas felicidades a todos los colaboradores de este bello periódico La Voz del Norte y también para aquellos que nos leen.12No cabe duda que del pasado se aprende. En esta y tan publicitada Cuarta Transformación (4T), aparecen los antiguos enfrentamientos, entre los grupos y lo personajes que los representan, todos luchando por la hegemonía del poder.Son muchos los ejemplos para visualizar lo anteriormente anotado, quizás donde se vea nítidamente reflejado el reacomodo sea en el presupuesto federal de ingresos y gastos aprobado para 2019. Cualquier movimiento que modifique alguna partida provoca escozor e inquietud. El confort anterior se ve afectado y surgen las protestas; surge la crítica de botepronto y esto da pie a las aclaraciones y rectificaciones que son bienvenidas; otras modificaciones a este importante instrumento que resume crudamente las políticas públicas, afectan notablemente la estabilidad laboral de muchas familias. La tersura de la 4T necesita instrumentarse con prontitud y justicia, sin olvidar que las perversas manipulaciones a que ha sido sometido el Presupuesto Federal.El recurso necesario de la experiencia que nos ha dejado la historia política en México, conserva muchos ejemplos de enfrentamientos que devinieron en tragedias. Sabemos que nada se repite, los contextos y los actores son diferentes, pero existe tanto parecido entre unos momentos y otros, que muchas veces los interpretes de las coyunturas se confunden y los identifican como iguales.Los conflictos emanados de la lucha por el poder en la Independencia afloraron rápidamente y de un imperio pasamos a otro. El proyecto liberal de corte juarista se impuso a sangre y fuego y en ese contexto, se generó la tendencia trasnacional de un segundo imperio, con Maximiliano de Habsburgo a la cabeza con las contradicciones propias de una transformación que llegó de fuera. La persistencia juarista resolviendo y actualizando las contradicciones internas dieron paso a un régimen denominado porfiriato, donde otra transformación y lucha por el poder fue el pan nuestro de cada día, hasta que Francisco I. Madero se hizo el propósito de proponer otra, que inicialmente la diseñó como pacífica y le salió terriblemente violenta; ni su asesinato pudo atemperarla.Desatado el nudo histórico del porfiriato las regiones buscaron la forma de imponer sus caudillos y modelos de país; maderistas villistas, zapatistas, carrancistas, obregonistas, callistas, cardenistas y otros más, se enfrascaron en una lucha escalonada que se vio apaciguada a través de innumerables tragedias hasta que los barruntos del modelo estabilizador, logró perfilar un proyecto que le llamaron “El Milagro Mexicano”. Del pasado reciente son muy evidentes los casos que evito mencionar. En el centro de lo anterior brillaron las contradicciones resueltas no de la mejor forma, así que en esto existe una larga experiencia; el menú de las soluciones es extenso y se puede escoger a placer, según sea el estilo del gobernante.Aunque todo parece nuevo, persiste en la estructura política del Estado Mexicano, una tendencia poco elegante de resolver las situaciones. La 4T enfrenta este reto y me parece que el Presidente Andrés Manuel López Obrador, al que le gusta la historia política mexicana, se le presenta la oportunidad de abrevar en los mejores ejemplos, los cuales persisten en la memoria popular. NUEVA HISTORIA Y VIEJOS PROBLEMAS GILBERTO J. LÓPEZ ALANÍS* Director del Archivo Histórico del Estado de Sinaloa13Creo que no exagero al asegurar que los latinoamericanos que conozco, incluyéndome, nos enteramos vía internet —precisamente de Facebook—, de aquella tradición en Europa de leer durante la velada de Nochebuena. Me enteré con títulos en algunas revistas y periódicos Online en la que situaban en el tope de lo moral e intelectualmente aceptado que se puede, o podría hacer en Nochebuena con nosotros. Algo así como una nochebuena utópica para escritores. Sin embargo, hay algo ahí que no me cuadraba, y es precisamente la misma idea de leer. El país al que aludo es nada más y nada menos que Islandia, un país con 338,000 habitantes, famoso por su gobierno, por los ser cuna de los hombres más musculosos del mundo y de la excéntrica cantante Bjork. Ahora bien, ¿cómo la pasan exactamente? ¿Qué cual es el protocolo? El fenómeno tiene un nombre específico, el cual no diré aquí porque de cualquier manera de nada servirá y sólo deben colocar «Nochebuena leyendo Finlandia» en Google para que cientos de títulos o headlines les aparezcan en la madre internet. Se supone que después de ingerir en familia los sagrados alimentos —ni tan sagrados para ellos— se regalan libros y disfrutan leyendo como un buen lector, en la solitud intelectual que cualquier amante de las letras disfruta para que su mente viaje por narrativa, poesía, ensayo, crónica o cualquier otra expresión literaria, incluso la bíblica. Sin embargo, yo tengo una objeción a esa barata admiración que las personas siente por aquella tradición extranjera, es decir, ¿de verdad quieren pasársela leyendo a solas en un momento en que en muchas ocasiones tenemos frente a frente a familiares que nunca vemos? Es decir, leer lado a lado es una cosa romántica, pero nada puede equivaler a platicar, conversar, dialogar con un ser querido. Pienso, y esto lo digo con toda la fuerza de la que soy capaz, que nuestras primeras preparaciones en la vida para desarrollar el pensamiento literario, la facultad mental de creer en el lenguaje como tablero de piezas movibles, poderosas y estratégicas, es el habla con la familia. ¿Por qué? Precisamente, en el fragor de las reuniones familiares es cuando se gesta las historias sorprendentes, las que pueden abogar y defender lo insólito, las leyendas, los relatos sin explicación o con finales inesperados; de la misma forma en que la historia rara que una tía platica —como es mi caso— de cómo fue contactada por luces extraterrestres y naves espaciales, y tuvo un contacto de tercer tipo con alienígenas, marcianos o lo que sea, la imaginación de un niño se expandirá. El niño o la niña comenzará a creer o no en las historias, tendrá un juicio, porque las historias trasmitidas de origen oral tienen la maravillosa característica que hay un puente humano que sirve como intérprete visual y gestual, así como de voz, más allá de las palabras; esa información paralingüística es la que le da la riqueza y ciertos matices que no tiene el texto. Ahora bien, lo que queremos en ciertas edades es la plasticidad del cerebro en lo que respecta a la conceptualización y que su mundo interno crezca, por lo tanto, funcionará de manera idónea recibir relatos que después se conviertan en correlatos con los portadores de historias. Veo con mucha tristeza que esa es una de las actividades que se pierden con el avance de la tecnología, y aunque existan indicios que jugar videojuegos es bueno para la operatividad motriz en los jóvenes y niños, no creo que pueda sustituir una buena historia que provenga de la abuela. Porque no hay videojuego que con calor y ternura pueda revelar una moraleja o cierta enseñanza, incluso hay historias que no tienen aprendizajes morales y su único propósito es el de entretener.Vuelvo a mi caso, los relatos de mi abuela —así como los de la abuela de Gabriel García Márquez— son los que han marcado mi identidad. Mi abuela materna me ha subsidiado la imaginación mediante dosis bastante nutritivas de historias provenientes de sus antepasados; algunos de ellos es cuando su hermana, mi tía Chata y ella miraron por «primera vez» a un alienígena, menciona que ellas dos eran chicas y que observador salir a dos seres muy pequeños caminar sobre el Maviri, en Los Mochis; también cuenta la historia de una niña que hablaba con las hadas en Veracruz, y que esa niña trabó amistad con una que le enseñó un poco del mundo de esos seres fantásticos. Esas historias, contadas a un niño o niña a la edad idónea, por una persona que ama y le tiene paciencia, no tiene comparación. Esa es la primera literatura, la que se puede leer desde el amor. Imaginemos que el cariño es un lenguaje, porque está conformado por signos, estimulaciones, causas y efectos en los sentimientos y emociones de los implicados; imaginemos, por un momento, que esta primera aproximación a la literatura tiene por cimientos a los que les cuentan las primeras historias, ¿qué clase de literatura les estamos enseñando entonces a nuestros hijos, sobrinos y nietos? Islandia tiene estas tradiciones hermosas de leer, pero también tiene núcleos familiares mucho más pequeños, por lo que se puede dar, para la familia mexicana recomendaría hablar, dialogar en grupo hasta el cansancio, bromear sanamente y recordar historias y atiborrarse de nostalgia hasta que la identidad familiar les brote de los ojos. Esa es la primera tarea de la familia, darles una historia personal, y hacerlos partícipes del relato que son, para que pasen a formar parte del entramado familiar que crean memorias, chistes en las familias, de tal forma que también hablen de ellos cuando crezcan. Yo me moriría de aburrimiento leer en Nochebuena, prefiero mil veces hablar con mi abuela que leer de las novelas que puedo leer cualquier día de la semana. Ahora bien, si quieren, mejor leo el pavo con los dientes, así sí, mientras escucho lo que mis tíos y tías, primos y primas tengan que decir sobre sus vidas. Yo no quiero pasarme la Nochebuena leyendo, quiero vivir mi historia con los míos. FESTEJAR LA NAVIDAD COMO LECTORMIGUEL ALBERTO OCHOA* Coordinador Círculos de Lectura CECUT, Tijuana B.C14Siempre quise ser locutor de radio. De niño subía a un gran árbol ubicado en una esquina del solar de lo que fue mi casa, allá en el ejido Mezquitillo, en la sindicatura de Costarica y de inmediato con una lata vacía, a manera de micrófono anunciaba los comerciales del momento. Sabía de memoria casi todos los anuncios y las identificaciones de las emisoras que el cuadrante registraba a inicios de aquella lejana época de los sesenta, que escuchaba en aquel radio Magestic, color verde, de varias bandas, que mi padre había comprado en Culiacán, y en el cual atento seguía los interminables y cansados discursos de Fidel Castro Ruz, líder triunfante de la Revolución Cubana en 1959; “Esta es Radio Habana Cuba, territorio libre en América”, rezaba la identificación de aquella emisora caribeña.De manera regular mi “potente voz”, reunía a mis amigos para participar de algunas dramatizaciones a las que yo invitaba sabiéndome dueño del escenario. En el ejido Mezquitillo no había luz eléctrica, por lo que aquellos aparatos funcionaban a través de baterías, y cuando su potencia bajaba y era inaudible la transmisión radial, mi padre ponía las pilas unos minutos en el comal caliente de la hornilla hecha de lodo y pintada de blanco con cal. Las baterías recobraban un poco su potencia y permitían volver a sintonizar el programa que deseábamos escuchar.Al medio día, al regreso de la escuela, durante la comida, se nos permitía escuchar la novela Kalimán, “El hombre increíble”; al obscurecer y después de haber participado en labores asignadas a los menores, se nos permitía sentarnos junto a los mayores para escuchar las novelas “Chucho El Roto”, protagonizado por el galán cantante Manuel López Ochoa; o Felipe Reyes, “El amigo del pueblo”, interpretado por Luis Puente; o aquellos programas denominados “El Cochinito” donde el concursante obtenía dinero si adivinaba el título de alguna melodía, y aquellos programas que aunque causaban terror, los escuchábamos, como: “En el umbral del misterio”, con la voz inigualable del primer actor Carlos López Moctezuma, o la radionovela “Apague la luz y escuche”, donde actuaba magistralmente Arturo de Córdoba una de las mejores voces de México, y qué decir de “El monje loco, narraciones terroríficas”, en la voz de Salvador Carrasco. Siendo un niño ya me gustaba la música y escuchaba el programa romántico denominado La Hora Azul, conducido por Pedro de Llile Sáenz.Para mí era un deleite oír anuncios publicitarios que llegaban desde latitudes inimaginables, por las frecuencias de la XEW, La Voz de la América Latina desde México; La B Grande de México, o la XET, desde Monterrey, Nuevo León, donde uno de los locutores era el actor Mario Fernández, que le diera vida a Porfirio Cadena, “El ojo de vidrio”. Recuerdo también que en esta emisora norteña, se daba a la vez la hora y la temperatura ambiental, algo no muy usual.Qué mensajes publicitarios tan bien diseñados. Recuerdo el mejoral para niños para combatir el dolor o la fiebre. O aquel que decía: “Haga de su casa un hogar, con muebles más finos de Lerdo Chiquito”. Otro anunciaba: “La Azteca, la fábrica que ha dado fama al chocolate en México”. Las compañías cigarreras tenía los siguientes: “Raleigh, la diferencia está en el tabaco”; “Los tabacos claros son privilegios de los cigarros finos; Fiesta suavecitos, tabacos claros”.“Del Prado; el que sabe, sabe. Sólo pague 1.40 y fume Del MÁS RESPETO PROFESORFRANCISCO PÉREZ VEGATEODOSO NAVIDAD SALAZAR15* Enero de 201. La Promesa, Eldorado, Sinaloa.Comentarios o sugerencias a teodoosonavidad@hotmail.comPrado”.En ese entonces muchos actores, músicos, cantantes y compositores, daban sus primeros pasos, pero otros estaban ya consolidados como Gonzalo Curiel, Manuel Esperón, María Luisa Landín, Tito Guízar, Pedro Vargas, Antonio Aguilar, Carmelita González, Toña La Negra, Pedro Infante, Luis Aguilar, y qué decir de Juan Arvizu, Los Cuates Castilla, Los Panchos, Emilio Tuero, Lalo González “El Piporro”, Francisco Gabilondo Soler “ cricrí el grillito cantor”; Javier Solís, María Victoria, Luis Alcaraz, Lucha Reyes, Alfonso Ortiz Tirado; Chela Campos y otros tantos difíciles de enumerar. Por fin locutor de radio y TV.Jamás desistí de la idea de convertir mi sueño infantil. Siendo profesor de educación primaria, en 1984 tuve noticias de que en el puerto de Mazatlán se realizaría examen para quienes desearan obtener licencia de locutor o aquellos locutores en servicio que no la tuvieran pudieran regularizar su situación haciendo dicho examen. Por ese tiempo yo trabajaba en el municipio de Guasave como profesor de primaria y por las tardes acudía a realizar mis prácticas de radio a la XEGS y en ocasiones a la XEORO, donde hacía una que otra suplencia.En Mazatlán aprobé los exámenes de cultura general, prueba de cabina e improvisación, excepto la prueba de idiomas, que consistía en conocer un poco la pronunciación de alemán, italiano, francés e inglés. La maestra Gómez Maqueo una destacada políglota encarda de este examen, me dijo: no lo puedo ayudar.- Estudie y nos veremos en otra ocasión. La cosa estaba difícil. Sin embargo a fines de ese mismo año, hubo oportunidad para quienes habíamos quedado debiendo alguna asignatura. La cita fue en Hermosillo, Sonora; durante meses me preparé y fui por lo que iba; me traje mi certificado de locutor categoría “B”. Mi licencia para conducir programas de radio y TV, fue la número 5608, me la expidió la SEP, a través del Departamento de Radio y Televisión.Con la seguridad que me daba el documento que certificaba mi aptitud en ese ámbito, al conseguir cambio de adscripción de mi plaza como maestro de primaria a Navolato, municipio cercano a Culiacán, empecé haciendo suplencias en distintas emisoras de la capital del estado; algunas eran muy breves unas más prolongadas, pero al final estaba seguro de que obtendría una plaza base.La anécdotaCierto día en que hubo oportunidad de cubrir algunos turnos extras, me vi en la necesidad de dormir en la estación pues otro día debía entrar a las seis de la mañana y consideré que si me iba a casa, no me levantaría pues había trabajado casi doce horas. Así lo hice. Allí dormí. A la una treinta de la madrugada en que se cerraba la transmisión, me acomodé lo mejor que pude en un escritorio y me dispuse a dormir unas tres horas.Al día siguiente fui al baño me lavé la cara me mojé mi entonces abundante cabellera y me alisé el pelo pero como no traía peine, pensé que alguno de los compañeros que entraban a las ocho, ya fuera mi relevo o el de la otra emisora me prestaría su peine para arreglarme un poco, pues yo que he sido tan meticuloso en mi aseo personal me daría mucha pena subirme al autobús de regreso a casa despeinado y con la ropa desaliñada, arrugada por haber dormido en un escritorio. El compañero de la otra estación que entró a las seis de la mañana se disculpó por no traer peine y me dijo que no lo usaba. Esperanzado, encendí la consola de la estación y abrí la programación justo la hora. Por fin mi relevo llegó. Era el Lic. Francisco Pérez Vega, buen amigo y compañero al que saludé y entre apenado y sonriente (pues el peine es un objeto personal), sin reflexionar en mi solicitud, pregunté; -oiga licenciado puede prestarme su peine para darme una penadita explicándole que me había quedado a dormir en la emisora. El buen amigo Pérez Vega me dirigió una mirada que no supe interpretar. Él era y sigue siendo un hombre correcto en su actuar y poco dado a la broma. Me sostuvo la mirada y muy serio me dijo- más respeto profesor.Sentí que la cara me hormigueaba de vergüenza. Me puse más negro de lo que estoy, sudé frío. Traté de articular palabra para disculparme pero no pude. Finalmente atiné a decir disculpe licenciado, le aseguro que no quise reírme de usted. Hasta entonces caí en cuenta y lo digo en verdad, que, si el compañero de la XENZ, no usaba peine pues él, se peinaba en su casa (y ya volvía a hacerlo en todo el día), menos el Lic. Francisco Pérez Vega, pues era un hombre calvo. Juro que jamás pasó por mi mente jugarle una broma de esa naturaleza al buen amigo Pérez Vega a quien sigo apreciando como lo que es: un buen amigo. Yo sólo quería solucionar mi problema y no pensé jamás en hacer escarnio de su calvicie.Pasaron muchos días desde aquel bochornoso momento. Lleno de vergüenza traté de evadirlo, tantas veces como pude, hasta que el encuentro fue inevitable: coincidimos el día de pago en la empresa. Me coloqué en la fila, justo detrás de él. Contó su dinero en la ventanilla de pagos, y lo guardó en el bolsillo de su pantalón. Me miró por encima de sus lentes cuadrados y me preguntó - ¿cómo está profesor? – muy bien mi querido maestro- le contesté al instante. Me abrazó y en ese momento supe que el penoso incidente había sido superado.16JUAN DIEGO GONZÁLEZCiudad Obregón, Sonora, (Después de la Navidad de 2018). Salimos de Todos Santos un miércoles como la 1:00 pm. Un día antes estuve en Cabo San Lucas (BCS). El plan era subir y bajar. Subir por todo el brazo de las dos Bajas Californias, doblar la esquina de México en Tijuana y bajar por Sonora hasta llegar a territorio Yaqui.Después de tres años, mi familia y yo decidimos pasar las navidades en Cócorit, con la familia más grande. Un viaje por carretera para cruzar por lugares desconocidos unos y otros, llenos de recuerdos para mí, recuerdos con olor a café.Pasamos por La Paz, echamos tanque lleno y el letrero Ciudad Constitución nos indicaba el rumbo. Dejamos la brisa del mar y nos adentramos a una parte semiárida y luego a subir, una pequeña zona montañosa. Un letrero de “Bienvenidos a Comundú” nos recibió antes de llegar al valle que une Ciudad Insurgentes con Ciudad Constitución: Naranajas, maíz, dátil y otros cultivos bordeaban la carretera exactamente llamada Transpeninsular. Caía la tarde cuando nos enfilamos a Loreto. Subir, ahora más alto y unas curvas de revolver el estómago y unas cañadas profundas, corazón de oscuridad, vacío de piedras. Alrededor de las 8:00, un rumor de olas nos sorprendió. El Mar de Cortés nos daba un saludo y un mirador antes de entrar a Loreto nos obligó a detenernos. Aún de noche, el mar es espectacular y la brisa nos llenó de ánimos. Bordeando la costa llegamos a Mulegé a pernoctar.Jueves, 7:05 salimos rumbo a Santa Rosalía, antiguo pueblo minero donde pasé muchos veranos de mi niñez, tierra de pan dulce con origen francés, pueblo de playas negras, como alfombra de obsidiana. Es la tierra de mis abuelos paternos (Consuelo y Francisco), ahí aprendí a jugar a las canicas y bailar el trompo, a moler café y comer tortillas de harina con queso de leche de chiva. Mi tata Pancho me contaba de tortugas gigantes, tan grandes que apenas entre cuatro hombres podían voltearlas antes de que regresarán al mar después del desove. Antes de Santa Rosalía, está san Bruno, una villa de pescadores, de playas blancas y pitahayas de tres colores: rojas, rosas y blancas. Todos los Romero son parientes míos: tíos, primos, sobrinos y sobrinas que no conozco todavía.En Santa Rosalía paramos a tomarnos fotos de una capilla de acero, diseño original de Eiffel (sí, el mismo de la torre en París). Esta capilla es una construcción armable y fue un regalo de Eiffel a la ciudad de San Francisco, California. Sin embargo, el capitán del barco que llevaba la carga, después de perder el rumbo varias veces, debido al peso del metal, decidió bajar las cajas en este pueblo, junto con un panadero francés, para que leyera las instrucciones y ensamblarla, ordenó el encabritado capitán. Al cerrar la mina, el pueblo se vino abajo. Hay una mina nueva y la vida sopla en la comunidad otra vez.Pan, dulce, café colado, respirando nostalgia, un recuerdo mordiendo mi costilla izquierda y la pupila con el reflejo de las arenas negras. Empezamos a subir, subir, subir, el desierto de Vizcaíno se abría pleno ante nuestros ojos, un desierto elevado, una carretera derechita, derechita. Casi tres horas sin señal de ningún tipo: internet, teléfono, sin postes de luz eléctrica, sólo arena. Ni una cachora, nada. Una belleza en sí misma, una soledad brillante, soleada, un cielo azul pálido y un aire puro, que te duele respirar de tan limpio.Paramos en Guerrero Negro, la tierra de mi abuela Lupe (abuela paterna). Gasolina de nuevo y tacos de mariscos con prisa. Un mapa de la Baja en la pequeña taquería nos señalaba la ruta. Nos enfilamos de nuevo, un letrero nos daba la bienvenida a Baja California y por el retrovisor vi otro con “está usted dejando Baja California Sur, feliz viaje”. Bajamos un poco, como para tomar impulso, porque de pronto, las montañas azules se abrían en dos, cortadas por el cuchillo del asfalto. Y a subir. De pronto, en una curva, rocas inmensas, como si una tribu de gigantes hubiesen levantando una tumba para un guerrero caído. Y las moles de piedra, erguidas como murallas legendarias, atalayas de eras bíblicas. Dejamos el valle de los gigantes y bajamos a un poblado de agricultores, Rosario de abajo. La neblina nos anunciaba de nuevo el mar.SUBIR Y BAJAR:EL MÉXICO QUE AMO17* Autor, docente. Sonora/ BCSSeguimos hacia arriba del mapa. La noche nos hizo llegar a San Quintín. Las olas del Pacífico bordeaban la carretera. Llegamos a Ensenada alrededor de las 9:00. Pizza, cama y neblina, tremenda neblina. Como salimos temprano, no le dimos tiempo a la humedad que penetrara en los huesos. La carretera costera que lleva a Tijuana, logro de la ingeniería humana, es el marco ideal para la belleza del Pacífico, imposible de no admirar. Pasamos Rosarito, la nueva meca del Hollywood contemporáneo. Tomamos el boulevard 2000 para sacarle la vuelta a la mítica Tijuana.Y a subir de nuevo, 1200 metros sobre el nivel del mar: La Rumorosa. Otra belleza en combinación con la ingeniería humana. ¿Cómo no admirar ese prodigio? Como dice Paz: al mirar el vacío, por un instante, el vacío te mira. Bajamos, bajamos, bajamos. Llegamos a Mexicali. En la gasolinera me recomendaron “Tacos el Paisa”. Uff, por favor, lector, parada obligatoria. Tacos de los buenos. Salimos, una carretera bordeada de algodón. Un letrero “Bienvenidos a Sonora” antes de llegar a San Luir Río Colorado, nos hizo sonreír. Después el desierto de Altar, territorio conocido. Luego la revisión en Sonoyta, más gasolina, un pan y café. Caborca nos recibió pardeando la tarde y parada obligada en Santa Ana. Baño, agua y rellenar el tanque. Pasamos Hermosillo entrada la noche y decidí dejar los recuerdos guardados en la guantera.Llegamos a Guaymas, viernes por la noche. Dormimos en la casa de mis padres. Abrazos, besos, una que otra lágrima y mucha platica. En la mañana ceviche y después un poco de baraja, una tradición de mi familia cuando estamos con ellos. Mi madre y Claudia salieron de compras. Al regresar, nos enfilamos a Ciudad Obregón. Acá está la familia de mi mujer. Más abrazos y besos.Respiro hondo antes de escribir esta crónica de viaje. Tanta belleza en esta parte de México, tanto contraste pegadito en este terruño: mar, cielo, desierto, valle, montaña, neblina, cañadas, arenas blancas, cafés, negras. Un paraíso salvaje habitado por norteños con un corazón bronco y generoso. Tanta belleza que la esperanza se agita en mi espíritu, una esperanza que me hace pensar en un 2019 diferente, con cosas nuevas por venir, cambios por hacer, porque este México vale la pena vivirlo. Lector que su propósito de año nuevo sea conocer esta patria que se “regala toda entera”.18CARLOS VARELA NÁJERAVamos a solicitar al Poder Judicial, con todo respeto porque se trata de un poder independiente, que reafirme la sentencia para que se pueda constituir la comisión investigadora en este caso. También, cualquiera que sea el resultado, hice el compromiso que el día 1 de diciembre vamos a emitir un decreto para crear también, si no se ha hecho, la comisión investigadora, y definir todo el procedimiento que vamos a llevar a cabo hasta llegar a la verdad y la justicia”. (Andrés Manuel López Obrador).¡Me canso ganso! es una frase que usa nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador, retomada del cómico Tin-Tan para enfatizar una verdad más allá de la verdad, una verdad más verdadera, una verdad que aspira al no equivoco. También es esa verdad que no tiene por qué no llevarse a cabo, una verdad sin ambages, una suerte de metalenguaje de la verdad.A muchos no les gusta ese tonito provocador... “me canso ganso”, suena a una novatada juvenil, un exabrupto, incluso un decir sin consecuencia, pero, conociendo lo obstinado del Presidente, se toma las cosas muy a pecho, tal vez por eso, su pecho sea su talón de aquiles, eso si es mi novatada como psicoanalista, una interpretación salvaje, que me disculpen los lectores. Sabemos desde el psicoanálisis que la verdad no puede decirse toda, tal vez por ello de su insistencia, como no se dice toda se repite hasta el cansancio, para sentar su certidumbre gnoseológica, al decir Andrés Manuel, la verdad se inventa, quitándole su implicación de ficción, a condición de que esa verdad no sea la verdad revelada, sino que se destile por los desfiladeros del significante, aunque sabemos que verdad y ficción van de la mano. AMLO se coloca en una suerte de Lacan posmodernizado, ese que en algún momento mencionó: yo la verdad hablo, pero no toda, porque la verdad no puede decirse toda. AMLO, encarnando a la verdad, la dice muy a su manera, “yo, me canso ganso”, la ficción de AMLO tiene que ver con los despojos que le dejan como País, es decir la verdad de Andrés Manuel choca con lo Real, como imposible de sortear, por eso llama al pueblo para que le ayude a sortear ese Real imposible de digerir, un País roto, deshecho, una suerte de caca en abundancia, de sangre, de cementerio, ahí entonces esperamos que el ganso no sólo, no se canse, sino que sobreviva frente al desencanto.Pero si AMLO toma la verdad como causa no puede hacerlo sino como un mortal neurótico, incluso proponiéndose como cordero al matadero, “ya no me pertenezco, soy suyo”, esta es la manifestación de su descorporización, un tanto, ¡les entrego mi cuerpo, les entrego mi sangre!, AMLO en posición maternal, la madre de todos los mexicanos, ese que Ungido nos parió en su seno para dotarnos de leche y miel, y curar al despojado, al agraviado, un AMLO a toda madre, en ese sentido aparece como consuelo.Nuestro presidente interpreta la verdad como realidad, esa que no debe dejarse esperar sino elucidar, tomando al toro por los cuernos, encarnando la verdad en demanda de actos, hacer vida la palabra, hechos, para paliar la pobreza de los mexicanos, por ello la intención es de un deseo benevolente, está echado pa delante, lo mueve un deseo decidido que nombramos obstinación, aferramiento, terquedad, pero es su singularidad, eso que lo marca como distinto frente a los gobernantes corruptos que hemos conocido cuyos nombres no es necesario recordar.Para ser más justos con nuestro presidente, la verdad que él encarna es una verdad dicha, la verda de AMLO es una verdad a la palabra, que usa como garantía, tal vez por eso a la tercera fue la vencida, es su reiteración por tercera ocasión, convenció a los incrédulos, esa repetición del uno, que no era más de lo mismo, lo nombramos en la orientación lacaniana como iteración de goce, un goteo incesante de goce, que nos hizo uno con él, pasamos a encarnar el ideal de AMLO, y bueno, empieza un sexenio con un líder sin descanso ganso, los mejores éxitos y cuente con nosotros presidente, por lo menos en lo personal se de su gran esfuerzo eso es un mérito inobjetable.* Doctor en educación, licenciado en psicología¡ME CANSO GANSO!, O CUANDOLA VERDAD ES MÁS VERDADERA19MARIO ARTURO RAMOS“Así es, pero/ pequeña puerta de la esperanza/ Nuevo día del año/ aunque seas igual / como los panes/ a todo pan, / te vamos a vivir de otra manera/ te vamos a comer, / a florecer, a esperar.” Oda al primer día del año. Pablo Neruda (fragmento).El año que inicia tiene diferentes significados, no sólo es una fecha del Calendario Gregoriano, desde 1582, que, a iniciativa del Pontífice, Gregorio XIII, mide el tiempo. La aceptación de distintos países de este instrumento cronológico, le otorgó una característica mundial que no alcanzó el viejo Calendario Juliano, que, durante casi 1600 años, impuesto por Julio Cesar, 46 años A C, fue el camino del transcurrir de la vida de una buena porción geográfica del Occidente. Aquel 24 de febrero, de la 8ª década del siglo XVI, una nueva era dio sus primeros pasos conservando la tradición de destacar el año que ingresa al universo de los recuerdos y, al que llega como tiempo de esperanza-como la define el diccionario de la RAE: - estado de ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos- , que continuó con la esencia que los historiadores ubican en la Antigua Mesopotamia, en la “KITV, fiesta de la primavera” y que son las raíces de este primer festejo del 2019. “Día / del año nuevo/ día eléctrico, fresco/ todas las hojas salen verdes/ del tronco del tiempo. “Oda al primer día de año.” (fragmento) P. N.La celebración – en China es el primer día, del 1º mes lunar; en Israel es en septiembre u octubre y en la India el 22 de marzo- es fiesta masiva, reunión social, ritual colorido, música, poesía, baile, fuegos artificiales, alegría popular, reflexión íntima, abrazo fraterno, renovación de objetivos, deseo de paz, tan necesaria, tan vital. Se abre un período que volará entre imaginación y realidad a toda ala, que escribirá nuevas páginas o que quizá verá pasar las horas entre obstáculos, sinsabores que hacen más apetecible las metas trazadas. Desde luego en algún momento del festejo será necesario cantar como despedida del que termina, con tono nostálgico “guapachoso”, aquella pegajosa melodía del compositor colombiano Crescencio Salcedo que no puede faltar: “Yo no olvido el año viejo/ que me ha dejado cosas muy buenas. Ay, yo no olvido el año viejo… “. “Las puertas del año se abren/ como lenguaje a lo desconocido.” 1o de enero. Octavio Paz. (fragmento).Otro ciclo inicia y como escribió Paz es posible que sea ruta a lo desconocido, a lo impredecible, sin embargo, hay que afrontarlo con lo mejor de cada uno, con energías renovadas, con esfuerzos solidarios sin etiquetas; acciones que al final del que comienza, estoy seguro serán honorable pago de la tarea. En las calles las hojas que llueven de los árboles, anuncian que el invierno está despuntando, que es tiempo de que las mejores actitudes humanas compensen en algo el frío punzante que lacera a los que menos tienen; avisan con su color amarillento que el cambio es condición necesaria de la naturaleza, que llega: el Año Nuevo. “No quiero verte/ por el resto del año/ o sea hasta el martes.” Haiku del año nuevo. Mario Benedetti. La poesía cumple entre otras funciones, ser premonitoria, el haiku de Benedetti es una muestra leíble, este 2019, empieza en martes. Mario, gran poeta, lo sabía, lo cantaba; ingresar en su trabajo literario, nos permite pensar en los que pasarán la fecha esperando que su destino cambie, por ellos y por Benedetti, digo ¡salud! “Un año más sus pasos apresura/ un año más nos une y nos separa/ un año más su término declara/ y un año más sus límites augura.”. Sonetos de Navidad y año nuevo.” 1955. (fragmento). Salvador Novo. El año nuevo y la poesía forman un maridaje temático, rítmico, lingüístico en el hombre. La palabra y la vida se unen de manera lúdica para cantar a la nueva etapa; a veces con acento duro, otras con tono laudatorio o personal, pero siempre están ahí, presentes, como en: “Canción marina”, de León Felipe:Todos somos marineros/ marineros que saben bien navegar/ todos somos capitanes/ capitanes de la mar. Todos somos capitanes/ y la diferencia está/ sólo en el barco que vamos/ sobre las aguas del mar. / Marinero, marinero, marinero, capitán, / que llevas un barco humilde/ sobre las aguas del mar/ marinero…/ capitán…/ no te asuste naufragar/ que el tesoro que buscamos/ capitán/ no está en el seno del puerto/ sino en el fondo del mar.”. Celebremos al año nuevo con poesía.* Autor e investigadorCELEBREMOS ELAÑO NUEVO CON POESÍANext >