Por Luis Antonio García S.*
En medio del bullicio de la multitud
de la charla banal, de la música estridente.
En la soledad y el silencio de mi mente
Estas tú. Tu adorado rostro, tu mirada
triste, dulce, y tu risa.
Esa risa que suena como música en
mis oídos y alegra mis recuerdos.
Al pensar en ti, todo mi alrededor
Se detiene, se paraliza, se hace distante
y lejano.
Solo tu belleza, tu mirada, tu dulzura
es real, lo demás; es ilusión pasajera.
*Cronista.