PRIMAVERA ENCINAS
Con un ejército de maletas, María Félix se prepara para abordar el avión que la llevará, lo sabe bien, a afianzar el estrellato internacional. Va a protagonizar La bella Otero así como French Can-Can. Es el año de 1954, y a la fecha ha actuado en México, España, Argentina, Italia. Es la primera vez que lo ha hará en francés.
Como signo característico levanta la ceja, al ver que se tardan en acomodar sus pertenencias, ¿tienen que ser tan ineptos cuando lleva prisa? Nunca está conforme, pese a que empacaron docenas de vestidos, sombreros y varios abrigos de pieles, que obviamente no usará porque en París se comprará otros modelos, siente que no va preparada.
La exquisita gama de joyas tampoco le satisfacen. Tal vez debió dejar sus pendientes de diamantes en casa, como le sugirió Jorge, pero no fue capaz de desprenderse de ellos, así como del juego de pulseras, anillos y gargantillas de piedras preciosas con diseños bastante originales.
Qué vida más sorprendente tiene. Nunca fue una mujer común. Era demasiado bella para su primer esposo, quien no soportaba que los hombres la miraran en Guadalajara, por lo que debió dejarlo. María se divorció en una época en que las mujeres no eran independientes, perdiendo la custodia de su hijo, la cual recuperaría mucho después.
Cuando en la Ciudad de México un periodista la recomendó para ingresar al mundo del cine, ella dijo que no empezaría desde abajo. O sería protagonista o no filmaba. Los productores fueron incapaces de negarse, a pesar de no poseer estudios formales en actuación. Fue así que inició con El Peñón de las Ánimas en 1942.
Sería con Doña Bárbara, un año después, que conseguiría el estrellato, al encabezar esta historia escrita por Rómulo Gallegos. Después de eso, la carrera de María no dejó de crecer.
Ha tenido muchos hombres en su vida. Agustín Lara le compuso canciones inmortales como María Bonita. Políticos y empresarios han suplicado por sus favores. Un actor argentino fingió un accidente con su mano, cuando no lo aceptó en matrimonio.
Cuando llegue a París, María será considerada la mujer más elegante del mundo. Disfrutará de los Campos Elíseos, el jardín de Luxemburgo, la plaza de la Concordia. Lucirá esplendorosa en las galas en el Hotel de Ville y la Ópera Garnier. Ignora que más adelante radicará en esa ciudad, dedicada a la crianza de caballos con un nuevo esposo.
Durante la filmación de French Can Can tendrá problemas con una actriz por asuntos de egos. Y cómo no, si María Félix es la “Doña” en Europa o México. En España e Italia la amaron por ser Mesalina o la musa de Mare Nostrum. Nadie olvida sus actuaciones en Enamorada, Río Escondido o La Pasión Desnuda. Aunque los años pasen, su belleza es imperecedera y le abre el mundo del cine internacional, al grado de despreciar Hollywood.
Es una mujer afortunada en todos los sentidos, y mientras espera para abordar el avión, sabe que el amor le sonríe. Su boda con Jorge Negrete fue lo más sonado. No tiene idea que pronto, cuando esté filmando en París, le darán la noticia que el actor y cantante perderá la vida por una cirrosis hepática y deberá regresar a México para el funeral.
Escritora y Lic. en Psicología
