VERÓNICA HERNÁNDEZ JACOBO
¿Qué es el goce según Lacan, sino aquello que transcurre de Eros a Tánatos, a saber, lo que revela que la libido y la pulsión de muerte son lo mismo, es decir que muestra el matrimonio secreto, el horrible matrimonio entre Eros y Tánatos? (JacquesAlain Miller).
El trabajo psicoanalítico es develar los secretos, que celosamente guarda el sujeto, el secreto es un enigma algo que debe quedar guardado pero que se puede hacer manifiesto de múltiples maneras, incluso puede tomar un rostro de síntoma, algunas veces el secreto instala en el sujeto un semblante misterioso, lo que sí es innegable es que estos secretos algunas veces cuestan la vida. En el vínculo médico y familiar los secretos jugaban una función muy importante ya que de guardar celosamente cierta información depende la estabilidad de una pareja de una familia o de un grupo. Hoy las revistas de novelas alcanzan notoriedad a condición de que se rompe el secreto y se balconee a las víctimas, de ahí el carácter morboso para el otro de lo social.
El secreto de confesión es otra modalidad religiosa de esta posición subjetiva, ya que se descarga este secreto en el confesionario para que el sacerdote imponga la penitencia, y el orden ritual exige que el sacerdote también se calle la boca, ya que se dice, pero a la vez se pide encarecidamente que el “padre se calle”. En psicoanálisis, los secretos irrumpen en el cuerpo, hay algo de lo inconfesable en cada sujeto, los secretos instalan algo del orden de la verdad, ya que si algo me guardó es por que ahí la vergüenza se hace presente, y de eso no es bueno hablar.
Se habla también de secretos de alcoba que ocultaban ciertas situaciones embarazosas para casados, estos se guardaban herméticamente para no manchar la honorabilidad de uno de los implicados en ese acto, en ese sentido hay secretos que gritan lo que se intenta ocultar y el sujeto se vuelve cada vez más histérico, por esa verdad que silenciada atormenta.El secreto no necesariamente es una cobardía, pero ocultar esa situación coloca al que lo guarda en una dimensión de goce muy éxtimo que lo arropa, se habla solemnemente que se llevó el secreto a la tumba, para ubicar lo delicado de esa situación, no sabemos si el que se llevó el secreto a la tumba es un héroe o bien un sujeto que lleva una estocada de verdad a la tumba. Lacan nos dice incluso que el gran secreto del psicoanálisis es que no hay organogénesis para darle al psicoanálisis un semblante único y sacro, hoy podemos decir, siguiendo la orientación lacaniana, que el secreto es que no hay nombre-del-padre.
En nuestro trabajo develar el secreto es nuestra función y muchas veces este secreto se precipita como cascada, abrir los secretos es un trabajo único excepcional, podemos llegar al “alma humana” por ese medio, y remediar un poco ese silencio fuerte que se volvió sintomático, por lo regular en análisis el amor tiene una dimensión de pacto secreto, se dice por parte del paciente: “esto no quiero que nadie lo sepa, por que si mi actual pareja lo llega a saber”… en fin, cuando el secreto da su voltereta las cosas pueden complicarse. Algunas veces cuando se guardan secretos por parte del paciente, este opera con significantes que si bien quedan olvidados es posible que se corporizen, un secreto bien guardado por un integrante de la pareja puede llevar a este que lo guarda a Ser un amado convencido del amor para taponar eso que nadie debe saber. En los niños el secreto del sexo se puede pagar con una fobia si recordamos el caso de Juanito, otras veces el secreto puede transformar al sujeto en un desconocido.
Hay sujetos que comen y aún lo que se llevan a la boca lo guardan como un secreto, secretos de familia, el prietito en el arroz, o bien el secreto de nacimiento de un bebé cuando éste perece antes de nacer, algunos lo mantienen en férreo secreto, o bien cuando se mantiene una enfermedad grave en secreto, algunas veces ese secreto se guarda para dañar al otro, se han visto casos de enfermos de sida que guardan ese secreto y contagian.
* Doctora en Educación