SANTOS LÓPEZ LEYVA
En noviembre de 2019, durante la realización del X Congreso de la Red de Investigación Docencia en Innovación Tecnológica (RIDIT) en la ciudad de Barcelona, mi esposa y yo visitamos el monumento más emblemático de esa ciudad: la Basílica de la Sagrada Familia. Es la segunda ocasión que la visitamos, pero en este momento no tuvimos suerte de encontrar boletos para pasar al interior. La primera visita fue en julio de 2010, estábamos en esa ciudad durante la realización de la XIX Copa Mundial de Futbol en Sud África, donde resultó campeona la selección española. La euforia era alta, con justificada razón, España iba por el campeonato, el cual obtuvo ganándole en la final a Holanda, la otra era que varios jugadores del Club Barcelona formaban parte de la selección: Piqué, Puyol, Iniesta, Xavi Hernández, Busquets, Víctor Valdez y Pedro. La peor locura fue cuando Iniesta anotó el gol que les dio el campeonato. En esta segunda visita pudimos constatar que en diez años se tuvo un gran avance en la construcción de las torres de la Basílica, por la información brindada por algunos colegas, nos enteramos que el comité de apoyo a la construcción ha hecho el firme compromiso de terminarla para el 2025. En broma se ha señalado que los miembros de este patronato quieren terminarla antes de morir porque todos son mayores a 80 años, como si para la muerte hubiera edad. Pero terminar esta construcción es una buena intención después de casi 138 años de trabajo.
Historia
Este monumento fue iniciado por el arquitecto Francisco de Paula en 1882, sin embargo, al poco tiempo renunció y su lugar lo tomó el joven arquitecto Antonio Gaudí, creo, sin duda, un personaje con un mayor compromiso religioso, quien rediseñó el proyecto y continuó con su construcción a la cual se dedicó hasta su muerte en 1926, en los últimos quince años solo se dedicó a esta obra. Se dice que apenas logró avanzar un 25% de su construcción, aparte de la cimentación y la parte baja, se tuvo la construcción de una torre. El diseño comprende la construcción de 18 torres, cada una de ellas tiene un significado, doce torres están dedicadas a los doce apóstoles, cuatro a los evangelistas, una a María y otra a Jesús, lo que quiere decir que existen personajes que tienen dos torres, pues los cuatro evangelistas: Mateo, Marcos, Juan y Lucas, también fueron apóstoles y para José no hubo torre. Los fondos para su construcción se obtienen a través de donaciones y el cobro que se hace a las entradas de los turistas, se calcula que entran anualmente tres millones de turistas, por lo que por este concepto el monto recaudado es alto, ya que se cobra alrededor de 20 euros por cada persona. Se ha estado construyendo desde 1882, a excepción del periodo que duró la Guerra Civil Española, en 1936 se interrumpió la construcción, cuando un grupo de anarquistas le prendieron fuego.
En 2005, fue declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco y en 2010, el papa Benedicto XVI la ascendió al rango de basílica. Para cuando se termine será el edificio católico más alto del mundo, pues alcanzará los 172.5 metros de altura. El tiempo de duración de la construcción será similar al de las pirámides de Egipto, pero menor al de la Muralla China.
Alcance y significado religioso
La Sagrada Familia es uno de los centros religiosos más visitados que yo conozco, los otros son el Vaticano, la Catedral de Santiago de Compostela en España y la Basílica de la Virgen de Guadalupe en México. Claro que existen diferencias, el Vaticano es el lugar donde se encuentra la máxima jerarquía eclesiástica católica, pero también es un lugar de alto turismo por lo que es visitado no solo por católicos. La Catedral de Santiago de Compostela, según la tradición, es el sepulcro del apóstol Santiago, lo que la ha convertido en uno de los destinos de peregrinación más importantes de Europa, a través del denominado Camino de Santiago, que era la ruta que comunicaba a España con el resto del continente. Por su parte, la Basílica de Guadalupe, en México, es también un centro de peregrinación, no solo para México, sino para toda América Latina. Por su parte, la Sagrada Familia no es un centro de peregrinación, más bien es un centro de alta atracción turística donde los visitantes, más que atraídos por un fervor religioso admiran el arte arquitectónico y la capacidad del ser humano para construir y distribuir figuras. En la Sagrada Familia no se observan muestras de agradecimiento por milagros cumplidos, los creyentes no lo tienen como un lugar donde pueden hacer penitencia, ni los devotos van a pedir para que se les conceda algún milagro, es un lugar de concentración donde también asisten personas de otros tipos de creencias, donde se comercializan una gran cantidad de objetos, no solamente souvenirs religiosos, sino deportivos, prendas de vestir y otros tipos de artículos, es un centro donde la religión y el comercio se sienten acompañados y caminan de la mano.
En la actualidad se puede ver, por los cuatro casos mencionados, y el papel que cumplen las iglesias en los pueblos, que los templos religiosos continúan siendo centros con alto nivel de atracción de visitantes, ya sea por motivos religiosos o simplemente por razones turísticas. Nuestras iglesias son importantes, tenemos que cuidarlas.
* Profesor de la Facultad de Economía y Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Baja California