Nacional

LOS COMIENZOS DE UN PROFESOR

Por miércoles 31 de julio de 2019 Sin Comentarios

SANTOS LÓPEZ LEYVA

Con este escrito inicio una serie de colaboraciones para el periódico “La Voz del Norte”, donde la temática estará girando alrededor de cuestiones de educación, ciencia y tecnología. Esta primera entrega hace referencia  a mis orígenes como profesor de educación primaria y establece una comparación en cómo es la situación actual para entrar al ejercicio de esta profesión.

Quedó el caballo ensillado

El lunes primero de noviembre de 1965 fue un día fabuloso en mi vida, como lo fue aquel sábado primero de noviembre de 1947, que vi la luz por vez primera, en el Rincón de los Santos, Mocorito, Sinaloa. Ese día de noviembre de 1965, fue mi nacimiento a la vida profesional,

          Estaba a  punto de montar al caballo para ir al campo a desempeñar las labores cotidianas de un jornalero agrícola, que en esos días era el corte de milo maíz, actividad que todavía se realizaba en forma manual.   En ese momento se acerca a nuestra casa un automóvil Fiat color verde, su propietario y conductor era el profesor Jesús Manuel Ibarra Peiro, quien había sido director de la escuela urbana Benito Juárez, donde cursé mi educación primaria, ubicada en la cabecera municipal, la cual hacía poco tiempo se había dejado de conocer  como la escuela de varones, porque su matriculación era sólo para niños.

          Para esa fecha, el profesor Peiro era inspector de la zona escolar del nuevo municipio de Salvador Alvarado, que se había creado en 1962, siendo su primer presidente Alberto Vega Chávez, pero para esas fechas el nuevo  presidente era el Dr. Alfredo Díaz Angulo

Cuando llegó el automóvil su ocupante me dirigió la palabra, diciéndome: Santos vengo por ti, me hace falta un profesor y he pensado que tú puedes  cubrir esa plaza. Consulté con mi padre y me dijo vete.

          Abordé el pequeño automóvil y nos fuimos a Culiacán, me inscribí en el Instituto Federal de Capacitación del Magisterio (IFCM), institución que formó a miles de profesores para la educación primaria en México, fue fundado por don Jaime Torres Bodet, sin duda, el mejor ministro de educación que ha tenido México, el primer requisito para ser alumno era ser maestro en activo, ante ello, presenté un documento que una hora antes me habían entregado donde constaba que ya era maestro y me inscribieron de manera inmediata. Cabe decir que se debían pagar 275 pesos, para ello antes de irnos a Culiacán, el profesor Peiro me dijo que consiguiera tal cantidad para poder inscribirme. Visité a mi padrino, José Arce Apodaca, quien me prestó 300 pesos, cantidad que nunca recuperó. 

Al salón de clase sin ser profesor

 El miércoles 3 de noviembre de 1965, arribé a la comunidad de Caitime, Salvador Alvarado, para tomar mi lugar como profesor, en sustitución de la profesora María de los Ángeles Zavala, quien pasó a hacerse cargo de la primaria en Terrero de los Guerrero, del mismo municipio. Empecé con un primer año, mi primera pregunta fue ¿qué enseñar  y cómo enseñar a aquellos niños?. Así empecé mi carrera como docente, porque el gobierno de Adolfo López Mateos se había propuesto que todos los niños en edad escolar pudieran ir a la escuela, pero faltaban profesores y se recurrió a los jóvenes que apenas habíamos terminado la secundaria para completar ese vacío.

          Hoy, a casi 54 años, la situación se ve muy diferente.

Existe una gran cantidad de espacios para llevar a cabo estudios de pedagogía, espacios en los cuales se puede obtener el título de profesor.

          En 1978, se fundó la Universidad Pedagógica Nacional, en su Unidad Ajusco, en la actualidad cuenta con setenta unidades con 208 subsedes distribuidas en toda la República; pero además, integra a tres universidades descentralizadas. En total, tiene una matrícula arriba de 56 mil alumnos. En Sinaloa, esta institución cuenta con sedes en Culiacán, Mazatlán y Los Mochis.

La Secretaría de Educación Pública (SEP) tiene registro de 261 escuelas normales que ofrecen esta carrera. Aunado a todo lo anterior se encuentran las universidades públicas que ofrecen la licenciatura en educación;  pero también existen instituciones privadas que cuentan con programas de estudio en esta área, las cuales han impulsado la educación en línea, pues el 80% de a educación no presencial  en México es de carácter privado.  

          Ante este panorama, la mayor dificultad no está en estudiar la carrera de profesor, sino en encontrar donde ejercerla, encontrar una plaza para trabajar después de terminar los estudios. Este es un real problema que enfrentan los egresados y por tanto, la educación en México,   problema que requiere atención a través de reformas de verdad, una reforma pedagógica, social y económica y no las de carácter político y punitivo que hasta la fecha se han llevado a cabo. Nuestro país sigue careciendo de una política integral para la formación de recursos humanos, pero sobre todo para para la formación y atención a sus profesores, para convertirlos en el centro de una trasformación real hacia el logro de mejores niveles de vida.

Profesor de la Facultad de Economía y Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Baja California. Campus Tijuana.

Tijuana, Baja California

Artículos relacionados

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.