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BESAR AL DETECTIVE: LA FILOSOFÍA DE LOS PERSONAJES DE ÉLMER MENDOZA

Por martes 30 de abril de 2019 Sin Comentarios

JUAN DIEGO GONZÁLEZ

Fue un viernes 8 de marzo, en Cabo San Lucas. En el Pabellón de la República, un edificio raro, de esos en los que Kafka se sentiría a sus anchas. El evento era el Festival de la Lectura. Presentación de libros, conferencias, conversatorios y mesas de libros. Ha buscar y comprar se ha dicho. Entre los que escogí, se vino uno de Élmer Mendoza. “Besar al detective” (2015, Literatura Ramdom House. México). Ya lo leí dos veces. Lo recomiendo ampliamente. ¿Por qué?, Porque les va a gustar y más, si su género es el detectivesco. El protagonista es Edgar “El Zurdo” Mendieta, el peculiar policía judicial de Culiacán, que el autor pone en el centro de otras novelas.

Aclaro que no haré una reseña. Voy a trascribir frases de los personajes que viven en este mundo creado por el autor, un mundo que se conecta con el nuestro, o quizá el “Zurdo” Mendieta está ahí, en Culiacán, con sus broncas y amores fallidos, sus investigaciones y tiroteos. Una vez que conoces al “Zurdo” se te antoja platicar con él, entrevistarlo, invitarle una cheve helada y unos tacos de pescado. Cuando leí “Efecto tequila” (2004, Tusquets Editores), tuve la idea de hacer lo mismo y por una razón que no viene al caso, simplemente no lo hice. Mi propuesta es entretejer la filosofía de vida estos personajes, tan cercanos a nosotros, con su forma de hablar y ver el mundo. Veamos:

“Hay días en que estás dispuesto a cambiar todo por una pinche troca y largarte, no digan que no.” (El Zurdo, Pg. 27). Lector ¿cuántas veces no estás harto de todo y se te vienen los deseos locos de tomar carretera, irte, moverte, sin más frontera que las nubes?

¿No eran muy locos los romanos? Cómo cree, era un pueblo admirable, todo lo pensaban en grande: sus arquitectos, sus militares, sus políticos, y desde luego sus poetas…” (El Zurdo platicando con un abogado, Pg. 33). Alguna vez escuché a una historiadora decir que el mundo todavía no se recupera de la caída del Imperio Romano. Este abogado, le recuerda al Zurdo Mendieta (y de paso a nosotros) que debemos volver a ese pensamiento romano de hacer las cosas en grande, para dejar un legado que soporte el transcurrir de los siglos.

“Jefe, eso de mujer de la vida alegre me encabrita, ¿acaso las otras somos de la vida triste”. (Angelita, recepcionista de la jefatura de policía, Pg. 38). La sencillez y la profundidad en la reflexión de esta mujer que busca romper con los clichés ¿por qué encasillar a alguien?

“Que los muertos no salgan en los periódicos no quiere decir que no existan”. (El Zurdo platicando con un mesero llamado “Cococha”, Pg. 41). La crítica a la Presidencia de la República es válida para la de ese año y también para la actual. “Un tarado que no sabe freír un par de huevos no tiene derecho a opinar de nada”. (Comandante Briseño, jefe de El Zurdo, Pg. 46). Cocinar pareciera superficial o al menos poco importante. Sin embargo, la cocina es en realidad el corazón de una familia y de hecho, la cocina es un principio de identidad cultural. ¿Acaso los tacos no nos definen ante el mundo? El comandante expresa esta frase con un sentido aristotélico, es la conclusión de un silogismo elaborado con precisión. “Generalmente pienso que vinimos a este mundo a valer madre, te molestas por lo que te cobran de luz o agua y no te das cuenta de que te vas pudriendo en vida.” (Belascoarán platicando en un café con El Zurdo, Pg. 58). Un eco existencialista al más puro estilo de Kierkegaard. El ser humano contemporáneo está más preocupado –y a veces obsesionado- con cosas sin importancia. Se esfuerza, trabaja duro, trata de superarse, ¿de qué, para qué? ¿Tener una televisión gigante, un carro, viajar a Estados Unidos para comer hamburguesas?

“Los tropiezos sólo tiene derecho a recordarlos el que los sufrió, pues sí, ni modo que qué.” Pensamientos del Piojo Daut, amigo de El Zurdo, Pg. 66).La regamos, todos. La hemos regado, gacho alguna vez. ¿Qué sentido tiene estarle recordando a un amigo o amiga esos momentos? Nadie, nadie en este mundo puede cambiar el pasado.

“¿Y no puedes esperar a que se acabe la pinche peli? Es Pedro Infante, cabrón, no es cualquier pendejo.” (Rodrigo Méndez, alías el Gavilán, sicario y narcotraficante, respondiendo a un interrogatorio de El Zurdo, Pg. 83). Homenaje al cantante y actor sinaloense, icono del cine mexicano. ¿O es una crítica a los actores/actrices malones que nos venden en la tele?

“Cuando matan a un cabrón que lo merece, no hay culpable.” (El mismo Gavilán, Pg. 84). Moisés en pleno, el libro del Éxodo, capítulo 21 plantea un sistema de justicia, en el cual no te queda de otra más que portarte bien.

“Un pendejo jamás deja de ser un pendejo”. (Samantha Valdés, Jefa del Cártel del Pacífico, Pg. 105.) ¿Qué decir? Sin palabras. Si acaso recordar al fallecido bardo Facundo Cabral: “Tengan cuidado de los pendejos porque son muchos y pueden elegir un presidente”.

“Hierba mala nunca muere. Falso, a todos nos va a llevar la chingada”. (Discusión entre Samantha Valdés y El Zurdo, después de salir bien librados de un tiroteo con bazucazos incluidos, Pg. 105). Una de mis canciones favoritas es “Un puño de tierra” de Carlos Coral, interpretada con banda por Antonio Aguilar. Si de verdad entendiéramos qué, como seres vivos vamos a morir y no podemos llevarnos nada de este mundo, haríamos todo diferente, empezando por sonreír más.

“No hay comida en el refri pero está lleno de cerveza.” (El Piojo Daut a El Zurdo, cuando le presta su casa para que se esconda porque lo buscaban por todos lados, Pg. 129). Que a mí también me preste su casa el Piojo ¿qué no?, o al menos nos diga bien la dirección para llegarle de improviso. Salud.

Como dije, esta novela “Besar al detective” y las otras donde El Zurdo Mendieta es el protagonista (para mi gusto, el héroe, en el sentido literario de la palabra) deben estar en nuestra lista de libros. Incluso lector, si gustas, puedes hacer tu propia colección de frases de estos personajes. De lo que se trata es de leer y disfrutar la lectura. Quien sabe, algún día, quizá, se nos puede hacer caminar en las calles de Culiacán y ver pasar por ahí al Zurdo tarareando una canción.

* Autor / Docente Sonora BDS

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