Nacional

MÉXICO SE ESTÁ MURIENDO

By viernes 15 de febrero de 2019 No Comments

ALBERTO ÁNGEL «EL CUERVO»

En el estudio, como siempre que nos reuníamos para compartir nuestra música y tradición, se respiraba la emoción por lo nuestro… Pancho Aguilar, extraordinario músico jaliscience, derramaba la pasión que le caracteriza al ir realizando la grabación del nuevo disco de Adrián Bedolla “El Jilguero”… Los compañeros músicos del mariachi dirigido por Pancho, se unían a esa charla en torno a lo que sucede con nuestra música tradicional mexicana.

—¡México se está muriendo, Pancho… Y es una verdadera
tristeza ser testigo de ello…!
—Es cierto, Cuervo… Pero ¿Qué pasa, por qué los jóvenes
no defienden lo suyo…?
—Porque no lo conocen, mi Pancho…
—Tienes razón… Pregúntale a cualquier chavo por María
Grever, o cualquiera de los grandes autores de nuestro
México y no tienen ni la más remota idea de lo que les
estás hablando…
—Déjate de María Grever… Ni por asomo saben quien fue
Miguel Lerdo de Tejada, o Manuel M. Ponce, o Jorge del
Moral… O Alfonso Esparza Oteo…
—Así es… Y mira que muchos de esos autores tendrían
que conocerlos porque forman parte indivisible de nuestra
historia…
—Como por ejemplo a qué se refiere Maestro…
—Por ejemplo, el Maestro Alfonso Esparza Oteo está
definitivamente ligado a la historia de la Revolución
Maderista…
—¡Ah caray, Cuervo, aclárame eso… Siempre sacas
comentarios sorprendentes…!
—Ahí te va… Hay una canción escrita por el Maestro
Esparza Oteo… Se trata de una cancióncita muy antigua
que está escrita con el modo inocente que en aquellos
tiempos se tenía en las temáticas como reflejo de la
vida cotidiana experimentada… La canción se llama el
Limoncito… Y habla en lenguaje costumbrista de los
avatares que se dan cuando el amor se hace presente…
O el desamor…
—¡Creo que sí me acuerdo de ella… Cómo va, Cuervo…!
—“Al pasar por tu ventana/ me “tirastes” un limóoon /
el zumo de dio en la cara/ y el golpe en el corazóoon…”
Refiriéndose a los desprecios que a veces se tiene por
parte de la pareja… Pues esa canción, estaba siendo
interpretada por parte de la Orquesta Típica del Maestro
Alfonso Esparza Oteo en una comida que en honor de
Obregón se llevaba a cabo en el Restaurante de La Bombilla
en San Ángel en la ciudad de México en el instante preciso
en que José de Leon Toral, se acercó a mostrarle unos
dibujos al Presidente Obregón…
“Limoncito, limoncito…/ pendiente de una ramita/ dame
un abrazo apretado/ y un beso de tu boquita…/ limoncito,
limoncito…”
Aprovechando la cercanía, José del Leon Toral, sacó
un revolver y descargó seis tiros sobre el presidente
Obregón… La orquesta del Maestro Esparza Oteo,
continuó tocando un momento por el desconcierto que se
produjo…

“El limón ha de ser verde…/ Para que pinte a morado…/ El
limón ha de ser verde…/ Para que pinte a morado…/ y el
amor para que dure…/ ha de ser disimulado…/ Limoncito,
limoncito…”

El caos total en el restaurante de la Bombilla… La gente de seguridad se fue sobre Toral, pero como dice nuestro refrán charro “ya a toro pasado”… La canción de El limoncito se cubrió de una fama mundial, tanto que años después unos músicos colombianos quisieron entablar una demanda 17 * Pintor, Interprete, Autor autoral por la canción El Limoncito, demanda que no prosperó dado que los derechos y la autoría del Maestro Esparza Oteo se comprobaron completamente. Así como el caso de la canción El Limoncito, muchas canciones han sido ligadas a la Historia y la cultura de nuestro México… Canciones vienen y van describiendo nuestra cultura, nuestro paisaje y quedando como testimonios vivos que recuerdan a las generaciones actuales el tesoro invaluable que les pertenece por derecho propio… Tristemente, cada vez es menor el conocimiento de lo nuestro por parte de las nuevas generaciones…

—¿Y por qué será que no lo conocen, tú, Cuervo… Les vale
madre a los chavos, o qué…?
—Mira, mi Pancho, quizá por un lado pueda calificarse
de esa manera, pero la culpa es de las generaciones
precedentes que no supieron motivarlos a acercarse
a lo propio, por el contrario, parecería que intentaban
mantenerlos lejos como si se tratara de un estigma o de
una peste bubónica…
—Es cierto… Pero ¿qué no es a las autoridades a las que
corresponde eso, Cuervo…?
—No necesariamente, hermano…
—¿Por qué, Maestro…?
—Pues porque la labor de motivación para la búsqueda de
la intención nacionalista comienza o debe comenzar en la
casa, en las familias, en los amigos, en las reuniones…
Y de pronto lo nacional, lo tradicional, lo nuestro fue
relegándose y en algunos casos caificado como algo
vergonzoso de manera absurda… Porque ustedes, las
nuevas generaciones, mi querido Adrián, son los que
tienen ahora la obligación de defenderlo…
—Usted sabe que lo que usted me diga eso haré…
—No, eso es algo que tiene que ser llevado a cabo como
convicción y no como imposición… Lo primero es que
ustedes lleven muy conscientemente la convicción del
enorme tesoro que tienen en sus manos por derecho
propio y que es merecedor de la admiración de propios y
extraños…
—Así es, Cuervo… Y de nosotros, como músicos y autores
e intérpretes depende en gran parte, porque los políticos
no creo que vayan a preocuparse mucho por lo que suceda
con nuestra música y tradición… Al contrario… Se la
pasan apoyando lo extranjero… Cuando tenemos cosas
hermosas y que los mismos turistas vienen a buscar a
nuestro país…
—Así parece ser, mi pancho… El Mariachi, sin ir más lejos,
está ligado absolutamente a nuestra Historia, ha sido
motivante de conciencia y aglutinamiento nacionalista y
por ende hasta detonante de luchas sociales… Ha sido
nombrado por la UNESCO “Patrimonio Cultural Inmaterial
de la Humanidad”… Y qué hacen nuestras autoridades…
Absolutamente nada…
—Al contrario, tú, Cuervo… Ahí va uno a pedirles chichi y
todo pa’ que lo manden a la fregada cuando les ofreces
obras musicales con mariachi…
—Por eso es importante y básica la lucha por parte de las
nuevas generaciones…
“Indita por un trabajo…/ Me cobrates cuatro reales…/
Indita por un trabajo…/ Me cobrates cuatro reales…/ Indita
no seas tan cara…/ Yo puse los materiales…/ Limoncito,
Limoncitoooo”
Así como esta canción del Limoncito, hay canciones que
están indivisiblemente ligadas a nuestra historia… Adiós
Mamá Carlota, por ejemplo que de alguna manera narra
de forma chusca lo que el pueblo pensaba y sentía en
torno a Maximiliano y Carlota… Ni qué decir de géneros
como el corrido que fuera durante muchos años la
manera en que la gente se enteraba de lo sucedido a lo
largo y ancho de la república…
—Pos… No queda de otra que seguirle dando, mi
Cuervo…
—Así es, mi Pancho… Seguirle dando y apoyando a los
jóvenes intérpretes de nuestra música, cultura y tradición
para que conozcan más y más acerca de lo nuestro….
—Yo me comprometo a defender con mi vida si es
necesario lo nuestro… Y usted lo sabe, Maestro…
—Más que con la vida, tendría que ser “de por vida”, mi
Jilguero… De por vida…

Las máquinas de grabación se apagaron… Terminaba una sesión más… Y con ello, una nueva charla en torno a nuestra música, nuestra cultura y tradición… Nuestro México Lindo… Y qué herido… Y la atmósfera se llenó de nacionalismo… Al salir del estudio, no pude evitar que los ojos se llenaran de agua… Hubo un abrazo muy emotivo… En las conciencias se había sembrado una pequeña plantita… La inquietud por defender lo nuestro… Por evitar de muchas maneras desde la trinchera de la música tradicional mexicana, que nuestro México… Siga muriendo.

Guadalajara… En la reflexión que siempre alimenta el alma después de grabar la música tradicional mexicana.

* Pintor, Interprete, Autor

Artículos relacionados

Leave a Reply

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.