ANDRÉS GARRIDO DEL TORAL
“Amorcito Corazón”, esa cursi canción que todos los malos hijos de la lingada le cantan a su madre o a sus abuelas el 10 de mayo, no tiene mejor versión que con Pedro Infante, lo mismo que “Cien Años”. “Ojos Tapatíos”, de la opereta “Las Musas Latinas” no tiene mejor intérprete que Jorge Negrete, aunque me reclamen los seguidores de Los Paladines y de Los Dorados de Villa. “Hey”, compuesta por Julio Iglesias contra su ex Isabel en 1979, no tiene mejor cantor que el que la hizo, a pesar de que desafina visiblemente en vivo, pero su ingeniero de sonido y su orquestota lo ayudan; cuando en 1980 le preguntaron unos periodistas que a quién se la había compuesto, el gallego contestó que “a su perro”. “Solamente una vez”, la canción de Lara para Dios y José Mogica cuando éste se retiró al convento, tiene miles de grabaciones, pero para mí la mejor es la de la Rondalla Tapatía, cadenciosa, lenta, con tres voces de 22 maestros. “El Día que me Quieras” fue quitada al tango con la versión lenta de Roberto Carlos en 1974, llegando a las multitudes de jóvenes que no conocieron a Gardel; claro que este tango canción ha sido grabada por miles de artistas, como Plácido, Julio, Raphael y los mejores tangueros del mundo, pero la dulzura de Roberto Carlos no tiene mádere.
“El Bachiller”, de Memo Muñoz y Salvador Cuevas, no tiene mejor versión que la primera de 1964, con los fundadores de la Estudiantina de la U.A.Q., a pesar de las nuevas grabaciones con tecnología de punta y las estudiantinas y rondallas queretanas, mexicanas y hasta centroamericanas han adoptado esta pieza que da identidad a los queretanos, sobre todo, a los universitarios. “Estrelllita”, la gran creación de Manuel M. Ponce, tiene buenas versiones como la de Alfonso Ortiz Tirado, Humberto Cravioto,
Hugo Avendaño, Ernestina Garfias, José Carrreras y otros caones, pero la de Plácido Domingo con el mejor violinista del mundo, Itzhak Perlman, te obliga a hacer emicciones a gotas. “Eres Tú”, de Juan Carlos Calderón, no tiene mejor representación que Mocedades, a pesar de los muy dignos acetatos de Luis Miguel, Estudiantina Femenil y El Consorcio. “Volver”, sin duda alguna, no tiene mejor intérprete que su autor Carlos Gardel.
La muy llegadora “Hasta que Vuelvas” de Felipe Gil y el autor queretano Mario Arturo Ramos tiene su mejor exponente en Gualberto Castro, a pesar de la calidad con la que la grabaron José José y Luis Miguel. Para cantar las de José Alfredo Jiménez y Juan Gabriel no hay nadie como ellos mismos, con fuerza y emoción, aunque no puedo decir de lo mismo de Martín Urieta quien tiene como sus mejores intérpretes a Juan Valentín, Yoshio y sobre todo Vicente Fernández, cuya canción más representativa es “La Ley del Monte” del compositor José
Ángel “Ferrusquilla”. “Al Final” de Cantoral no tiene mejor representación que la de Emmanuel en 1979, así como “Llorando por Dentro” y “Yo sin Ti” no tienen mejores intérpretes que Los Hermanos Castro. “La Malagueña” del estado de Guerrero es cantada como nadie por Miguel Aceves Mejía y Los Calavera. “La Malagueña” de Lecuona tiene en Plácido Domingo su mejor versión. “Begin the Beguine” (Volver a Empezar) ha sido grabada por Jorge Negrete y los más grandes jilgueros del mundo, pero la versión discotequera de Johnny Mathis es la mejor, haciendo alarde de una estupenda voz. El “Ave María” de Shubert y el aria “Nessum Dorma” de la ópera Turandot no tienen mejor versión que la de Pavarotti. Continuará…. Les vendo un puerco melómano y bohemio como mi compadre SGA.
* Doctor en derecho y Cronista de Querétaro