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NOSTALGIA Cosas para recordar, realidad que no conozco.

Por viernes 30 de junio de 2017 Sin Comentarios

Por: María Trinidad López Lara

Recuperar el niño o niña interior implica, retroceder a las etapas de desarrollo y concluir los asuntos pendientes, para llegar a ello hay que hacer magia y llegar a la sabiduría de la anciana la clásica historia y la historia es en origen discurso sobre el origen, es decir, “arqueología”, que dibuja nuestra vida, sin embargo, en mi cuento la historia es un mito “que me muestra pasajes incompletos que se encuentran situados a mi alrededor en los más variados estados de formación, en todo lo que está abandonado y expuesto, pero al mismo tiempo es sumamente poderoso el insignificante comienzo titubeante y el nostalgiatriunfante final”. Como niños y niñas de diferentes edades siempre nos encontramos alrededor de un adulto y mediante su ejemplo recordamos lo que ha sido antes y de dónde partió esa mano sabia que nos ahorró el enfrentamiento de ese dolor salvaje ante la pérdida de la figura materna, hasta ese momento en el que hubiera progresado lo suficiente en mi propia cultura y estilo de vida, es una experiencia indescriptible, es un descubrimiento saber que la nueva historia, recompone la mirada de ese espejo que ilumina un encuentro imposible, como una prerrogativa divina de una persona que ya no está.

En 1979, el sociólogo Fred Davis, hizo la primera interpretación moderna de la nostalgia, asociándola con hechos positivos. La nostalgia se definió como un anhelo intenso de personas, hechos, lugares o cosas del pasado, de situaciones vividas que nos hicieron felices. Los sentimientos nostálgicos son frecuentes de manera individual, lo que psicológicamente se interpreta como una necesidad de regresar al pasado que detona un estado de bienestar. Una canción despierta el recuerdo de un amor del pasado; el olor a un platillo te transporta a la infancia porque recuerda a los que preparaba la abuela; un grupo de jóvenes sonrientes con mochilas a punto de subirse a un camión evoca la despreocupación y la alegría de la juventud. La nostalgia es una felicidad triste. Se recuerda el gozo del pasado, pero duele saber que todas esas experiencias ya no pueden volver. “Por eso es el dolor de la memoria.
Lo perdido parece inolvidable, único e irrepetible. Se tiene nostalgia por algo que crees que te hizo feliz, que crees que te hacía estar completo, que parece perfecto”.
De pronto, uno se siente invadido por imágenes, resonancias, palabras o sensaciones del ayer. Se da cuenta de que no es un mero ejercicio de la memoria, ya que, acompañando esos trazos de vida vivida,
se presentan vagas emociones que parecen instalarse definitivamente en nuestro interior. Ocurre entonces que de aquellas emociones imprecisas despierta un enorme sentimiento que cubre todo nuestro ser con su presencia. Es como si de golpe todo el pasado vivido quedara resumido en esa estampa agridulce. Como si el tiempo se detuviera con el único propósito de meternos en la encrucijada de ser lo que ya no podemos ser, sin embargo esa nostalgia es magia que brota y nos lleva a esa conexión inquebrantable, en cada muro donde está escrito nuestro nombre, en ese objeto que es un tesoro de secretos olvidados, a esos cuadros familiares, con rostros jóvenes y viejos, al patio donde jugábamos y un sinfín de pensamientos que impactan en nuestra vida presente. Cuando elegimos tomar el control de las cosas, en vez de dejar que nuestra pequeña se quede sentada en su mar de lágrimas, la transformación comienza y con ello se maduran suavemente los botones y las horas, ya que podemos volver a tomar de la mano a la pequeña persona que fuimos y fundirnos en el amor infinito y en el sueño de perdones que sanará nuestras heridas.

Lo que hago soy yo: Por eso vine.
Despierto y me encuentro en el bosque, lejos del
castillo.
El tren viaja a través de la solitaria Luisiana en la
noche…
Cuando miro atrás, hay una resquebrajadura en un
cristal del vagón
Es una parte de mi padre sobre la que no tengo la
mirada.
No puedo recordar años de mi infancia.
Ahora no puedo encontrar algunas partes de mí…
¿Honradamente, queda ahora suficiente de mí?
Cuánto me siento atraído hacia mis padres. Camino
de un
lado a otro, mirando hacia el viejo embarcadero.
Y las ranas nocturnas emiten el canto, del planeta que
gira.
Robert Bly
Ranas Nocturnas.
Este arquetipo de la representación de la experiencia
acumulada, se convierte indudablemente en parte de
nuestra herencia. (John Bradshaw).

* Directora U de O, Guamúchil

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