Por: José Luis Aguirre Huerta
El reflejo de lo satánico es el origen del mal. Satanás constituye el paradigma de lo maligno, lo atentatorio contra el bien común y pulverizante del bienestar individual, todo lo que se opone al desarrollo humano, es en sí mismo un acto de maldad, el género humano consolida en su conformación ontológica, lo más bello y lo más miserable-. Se agolpa en la mente el recuerdo de centros de exterminio ,como las cárceles de Abu Ghraib en las proximidades de Bagdad, o Guantánamo, en la isla Caribeña Cubana, a ultranza de los campos de concentración nazis, construidos para diezmar a la población judía capturada en los países europeos ejes del círculo Alemán y a los combatientes socialistas de la hoy extinta URSS La perversidad no tiene límites, matar a prisioneros elegidos por azar, encadenarlos o exponerlos miserablemente a canes asesinos, pareciera que forma un abismo insalvable dentro de los sujetos que detentan la bondad y quienes despliegan la maldad; sin embargo los agentes captores de prisioneros, orquestando matanzas atroces, en nombre de esa ideología creyeron a sus dirigentes políticos, que les inculcaban que estaban actuando con apego a la defensa del patriotismo que desempeñaban, consideraban que el exterminio a los prisioneros, era un acto de vindicación de los derechos de las ideologías que representaban.
Sobre el particular se ha generado un sistema de entrenamiento psicológico y mediático a los agentes de exterminio, se les prepara para la guerra sucia, supuestamente en defensa de los intereses de su patria, imprimiéndoles un criterio de disposición como torturadores emanado del sistema de poder, los funcionarios de prisiones, suelen sostener que la masacre se justifica para acabar con lo que ellos llaman manzanas podridas del mundo, y siempre a estos torturadores se les observa con el trastorno psicológico de la sociopatía paranoica, con una carencia de amor propio y miedo excesivo, bajo el estigma de la alienación mental y dependencia hacia las ordenes de sus jefes, o comandantes, quienes a su vez tienen la consigna de destrucción a una población o un país, etiquetado del enemigo, es decir satanizado por del Estado Poder a quien pertenecen.
Cuando la elite del Poder quiere destruir un país, supuestamente enemigo, y apropiarse de su riqueza, por ejemplo yacimientos petroleros, recurre a los expertos en propaganda, para crear un programa de odio, los ciudadanos del stabilishment, acaban odiando a la región elegida para el latrocinio, hasta el punto de pretender segregarlos, atormentarlos o matarlos, la persecución de la brujas, la delación de los judíos y libertarios en Alemania, la xenofobia de algunos ciudadanos de Arizona matando migrantes, el Ku Klux Klan, la persecución de los árabes y así miles de ejemplos de programación mental de poblaciones contra poblaciones. Hace falta una imaginación hostil, la construcción psicológica implantada en las profundidades de la mente, mediante una propaganda que trasforma a los otros en el enemigo, mediante palabras e imágenes.
El proceso se inicia con una imagen estereotipada y deshumanizada del otro a quien se presenta como despreciable, poderoso y diabólico, un monstruo abstracto, amenaza latente para creencias, costumbres y valores. Mediante mensajes e imágenes se construye un miedo abstracto al enemigo, y su amenaza inminente hace que la razón actué de manera irracional, y con obediencia ciega al estado que se erige en defensor de la libertad, es ahí donde los ciudadanos pacíficos, cobran la moral de un guerrero Atila, el Huno. Todo se preparó con la difusión cibernética del enemigo, ó la programación mental propagandística, impresos, televisión cine, con fijación en el cerebro primitivo límbico, de potentes emociones de miedo y odio. El enemigo atentó contra las Torres Gemelas, el hijo de Kim lL. Sung pretende acabar con el mundo, se exacerban en consecuencia las emociones del miedo y el odio.
Se construye la imaginación hostil, mediante el usufructo de las imágenes del enemigo, de ahí el poder maligno de las fuentes retóricas ideológicas que hipotecan la conciencia humana de los pobres, a cambio de promesas de dotación de bienes y derechos inmanentes a la liberación del proletariado, liberación que solo emerge en migajas, porque nadie detenta la capacidad para solventar esas promesas cuyo poste implicaría un debido reparto de la riqueza social. Pero dicho sea de paso producen en su ejercicio, millones de pobres, porque se alimenta de estos, y en su conjunto, decía el Filosofo Facundo Cabral, son muy peligrosos, porque pueden hacer de un monstruo, un líder mundial, baste el ejemplo de dos locos en escena, amenazantes del exterminio del globo terráqueo.
Las potencias que enfrentan la guerra, usan la propaganda de creación del imaginario hostil, en la percepción del contrario, hasta llegar a justificar el genocidio y construir el plan de un pueblo, para eliminar de la faz de la tierra a todo el que considere su enemigo. Militares norteamericanos imprimen a prisioneros iraquíes, en centros carcelarios visibles y clandestinos, formas inconcebibles de tortura, a prisioneros civiles, obligados a formar pirámides humanas, o colgados en las vigas por largos periodos de tiempo; arrastrados, amenazados por canes bravíos; carceleros sin escrúpulos que, justifican su actuar ante su intención de extirpar a las manzanas podridas del que llaman terrorismo internacional, pero sin darse cuenta que forman parte del engranaje de ese mismo sistema de terror; al que dicen perseguir.
El estado al que pertenecen, y sus psiques han sido envenenadas bajo el paradigma de constituirse en los enemigos de Satanás. La pregunta que permea en el aire: ¿Dónde está la maldad?, la construcción del mal obra en la perversidad de la preservación y expansión del poder hegemónico mundial, esta pregunta la puede descifrar Adolf Eichmann, aquel alemán nacido en Ramia en marzo de 1906, muerto en mayo de 1962, coronel nazi, responsable directo de la trasportación de deportados, a los campos de concentración alemanes en la segunda guerra mundial; hombre frenético de la doctrina fascista, que utilizó la logística de los campos de concentración como fanático al cumplimiento de su deber, los judíos, comunistas y socialistas libertarios eran estadísticas que debía cubrir, sin importarle mucho el nazismo fanático, era un simple engrane de Himmler con quien conflictua cuando este último ordena acabar con los asesinatos masivos, Eichmann sigue produciendo ordenes de exterminio.
El odio hebreo contra el fascismo, también irradia crímenes, el secuestro, juicio y ahorcamiento de Eichmann, se realiza en el entorno de la ilegalidad, pasando por alto la soberanía argentina, es privado ilegalmente de su libertad en el barrio de Palermo en Buenos Aires; durante cerca de medio mes, en espera de ser deportado de contrabando al estado de Israel, el fincamiento de su juicio se basa en la violación de todos los derechos humanos, bajo la justificación de juzgamiento al genocida, las protestas del Presidente Arturo Frondizi, fueron acalladas por el poderío de Sion.
La mentalidad de los demonios del exterminio se finca en el fundamentalismo ideológico, que pretende justificar de manera facciosa, el dominio del poder Imperialista.
La figura de Satanás, ha servido para su empoderamiento y expropiación de los bienes del enemigo. Habría que preguntarse ¿qué ha pasado con el petróleo iraquí?.
* Abogado Ciudad de México