Por: Carlos Lavin Figueroa
En 1530 después de visitar al papa y tener diversos acuerdos en materia de religión, Hernán Cortés regresa a México y el año siguiente se dan las apariciones de la virgen mexicana. Por lo que se puede pensar que las apariciones fueron acordadas en esos diálogos, y que fue el propio conquistador quien propuso el mismo nombre de la Virgen de Guadalupe patrona de su tierra natal –también llamada morena que tiene uno de los santuarios más espléndidos en España- la que sería mexicanizada -con distinta imagen- como la milagrosa Virgen Morena de Guadalupe.
En 1737 la virgen es declarada patrona de la ciudad de México, en 1747 de Nueva España y después de Filipinas y toda América. En 1772 el ya antiguo Chapitel del Calvario de Cuernavaca -que originalmente sería construido como mausoleo para Hernán Cortés y su familia- que tenía en su interior a La Santa Cruz, se consagra a la Virgen y es colocada una escultura de la guadalupana donde se aprecian los originales tres colores nacionales verde, blanco y rojo en las alas del ángel; ésta muy cuernavacense imagen es 49 años anterior a la Bandera; pero desde sus apariciones, la imagen ya tenía en las alas del ángel -que la sostiene en representación de los mexicanos- los tres colores que después serian símbolo nacional, estos tienen antecedentes en la mitología azteca, que simbolizan de las tres eras anteriores de la vida.
La virgen fue estandarte popular en la época colonial, y es el primer símbolo de la naciente nación cuando fue enarbolada por la tropa de Hidalgo para dar inicio a la Guerra de Independencia.
Fue hasta 1821 cuando Agustín de Iturbide Aramburu Villaseñor y Arregui (tres de sus apellidos son vascos -su padre nació en el País Vasco y su madre tiene esos orígenes-, crea nuestra Bandera tomando los mismos colores de las alas del ángel de la Guadalupana, a esto se suma que la bandera del País Vasco, muy anterior a la mexicana, es la única de las comunidades autonómicas españolas que tiene también esos colores. La aparición de la virgen es 290 años antes de la creación oficial de la Bandera.
En la época en que se crea la Bandera, había en México un guadalupanismo muy extendido, no había hogar que no tuviera su imagen. Hidalgo llevó siempre zurcida en sus ropas una estampa de la Virgen durante la guerra. Morelos era guadalupano, aún se conserva en el frente de lo que fue su casa en Valladolid, hoy Morelia, la escultura de la Virgen que mandó poner. La organización secreta que apoyó la guerra por la Independencia se llamó “Los Guadalupes”.
Durante el primer imperio, Agustín de Iturbide creó la Orden de Guadalupe. El primer presidente de México José Fernández Félix, antes de serlo cambió su nombre por el de Guadalupe Victoria. Antonio López de Santa Anna restauró la Orden de Guadalupe. En 1865 Maximiliano 1º de México aparecería en la primera fotografía política mexicana, donde se ve junto con Carlota arrodillados frente a la Virgen; por la cual se mexicanizan por mediación de la máxima autoridad en materia de nacionalidad, la Guadalupana.
El reformador Guillermo Prieto le hizo un soneto, Ignacio Manuel Altamirano proclamó “la igualdad ante la Virgen”. Incluso Benito Juárez cuidó que las Leyes de Reforma dictadas por él y que suprimían los fueros del clero, no dañaran el calendario religioso-emocional de los mexicanos, no tocó sus bienes, mantuvo el 12 de diciembre como fiesta oficial nacional, y puso el nombre de la Virgen a una de sus hijas.
La guadalupana estaba ya en los lugares de trabajo, en pórticos, calles, caminos, transportes, mercados, todo tipo de negocios, en las cabeceras de las camas, en prostíbulos, en luchas cívicas y militares, y después en las tropas de Zapata.
No fue en una sandía, cuyo origen es árabe- egipcio y no mexicano, en la que se inspiraron el General don Mariano Ortiz de la Peña e Iturbide para dar los colores a la Bandera, las distintas significaciones que se les han dado; primero que simbolizaban Independencia, Religión y Unión; que después Juárez cambio a Esperanza, Unión y Sangre; además de subjetivas, son muy personales y carecen de alguna relación y antecedentes; más bien se intentó y consiguió ocultar su origen guadalupano por cuestiones de separación de autoridades, la civil y la religiosa.
El General Mariano Ortiz de la Peña era dueño de la casa donde se hospedó Iturbide en Iguala lugar donde este redactó el Plan de Iguala -hoy Museo de la Bandera-, primer documento que proclama la independencia de México y donde se diseñó la Bandera. Fue don Mariano –nombre en honor de la Virgen María de Guadalupe- quien propuso a Iturbide esos colores, y este los aceptó en razón de ser los mismos que tiene en sus alas el ángel que sustenta la Virgen y los mismos de la bandera del País Vasco tierra de su padre y de sus abuelos maternos.
Históricamente las decisiones para diseñar una bandera están ligadas a los simbolismos de cada región o nación.
Nota: El conocimiento de esta historia sobre el origen de los colores de la bandera tanto oral como escrita en el libro “Mi Testimonio”, autoría del Profesor Urbano Lavin Román quien fuera gobernador del Estado de Guerrero, se debe a que Don Mariano tenía una hija de nombre Susana Ortiz de la Peña casada con el abogado José Urbano Lavin Alonso quienes procrearon a Fernando y Antonio Lavin Ortiz de la Peña, de quienes descendemos los Lavin de Cuernavaca e Iguala.
P.D. Hasta la próxima
* Historiador y Cronista de Cuernavaca