Por: Carlos Lavin Figueroa
La Revolución maderista iniciada con el Plan de San Luis en noviembre de 1910 fue apoyada por Emiliano Zapata, el conflicto termina a sólo seis meses con la firma de los Tratados de Ciudad Juárez, fue un escueto acuerdo de paz firmado el 21 de mayo de 1911 entre representantes del presidente Díaz y el revolucionario Madero, acuerdo que con la inminente renuncia de Díaz –día 25- puso fin a los combates.
Así concluyó la primera etapa de la Revolución que sirvió solo para llevar a Madero a la presidencia. Seis meses después, con el Plan de Ayala del 28 de noviembre, Zapata desconoce como presidente a su antes aliado Madero porque este no cumplió sus promesas sociales, entre ellas la de reintegrar a los campesinos morelenses las tierras que les habían arrebatado los hacendados -pero continuó gobernando hasta que fue asesinado en 1913. Por surgir en Morelos es conocida como la Revolución del Sur; del Plan de Ayala, o la Contrarrevolución, un movimiento local, luego regional, pronto se hizo nacional y mundialmente conocido como la auténtica Revolución Mexicana y al morelense Emiliano Zapata como su ícono y caudillo.
John Womack, historiador, egresado y profesor en la Universidad de Harvard, y postgraduado en Oxford, dijo en el Colegio de México que hubo tres grupos de personas que integraron el Ejército Libertador del Sur, que encabezó Zapata, y que no han sido suficientemente estudiados: los intelectuales que lo rodeaban, los migrantes de Guerrero y Estado de México que se unieron en la lucha a la gente de los campos de Morelos.
-Aquí cito, que entre los migrantes intelectuales que llegaron evadiéndose de Guerrero a Morelos precisamente a Villa de Ayala perseguidos –políticos- por el coronel porfirista Victoriano Huerta -tema comprobado- estaban el abogado, poeta y filántropo Salustio Carrasco Núñez nacido en Mazatlán Sinaloa y avecindado en Iguala Guerrero, quien antes de la Revolución asesoró a los campesinos
de Ayala y Anenecuilco en el juicio legal para la restitución de sus tierras; después llegaría Gonzalo Ávila Díaz que fue maestro de Zapata, quienes a la postre serían el redactor y el escribiente respectivamente del Plan de Ayala, tema, que como resultado de las investigaciones que he realizado, informé a Womack en un largo intercambio epistolar en julio del 2012 -publicado en Diario de Morelos – lo que a Womack le pareció “absolutamente razonable”; en su libro “Zapata y la Revolución Mexicana”, había hecho mención de esos dos personajes como una de las posibilidades de esa autoría, Plan, que por su contenido social dio la vuelta al mundo, y concluye: “Estimado Sr. Carlos Lavín: Gracias a usted por hacerme saber estas noticias tan interesantes. Siempre hay que recordar que ninguna historia escrita por mano humana pueda quedarse sin necesidad de correcciones. Siempre hay algo nuevo que aprender. Saludos cordiales. J. Womack”.
El evento se realizó en noviembre pasado, en el marco del 100 aniversario de la Convención Revolucionaria de Aguascalientes de 1916, donde Francisco Villa y los demás revolucionarios se sumaron al Plan de Ayala. -Esperemos que para este año 2017 que será el centenario de la Convención Revolucionaria de Cuernavaca se haga algo similar.
“Si yo tuviera una nueva vida, estudiaría a personajes intelectuales que fueron decisivos en el ejército de Zapata” indicó Womack. Y narró que el Ejército Libertador del Sur, representaba un ejemplo de levantamientos armados en busca de un principio básico de justicia, como había ocurrido en Europa con algunos otros movimientos militares.
Esta búsqueda, de un principio muy claro de justicia para los oprimidos fue lo que aglutinó a decenas de miles de hombres y mujeres alrededor de Zapata, pues no fueron sólo los habitantes de las comunidades de Morelos lo que lo apoyaron, sino otros grupos sociales con diferentes agravios en todo el territorio mexicano.
“Hace falta investigar más –dijo Womack- sobre otros movimientos de lucha democrática que ya estaban presentes en el estado de Morelos y que buscaban condiciones de vida con más justicia, “como los refugiados que llegaban de Guerrero y Estado de México”.
Edgar Castro Zapata bisnieto del caudillo, hizo un repaso histórico de cómo diferentes gobiernos postrevolucionarios, iniciando con Álvaro Obregón, intentaron utilizar a los familiares de Zapata como aliados para ganar cierta credibilidad y legitimidad ante los ciudadanos, presentándose como gobiernos surgidos de la Revolución, a pesar de que pocos de ellos defendieron las causas por las que peleó el líder del Ejército Libertador del Sur.
También se reflexionó que el levantamiento zapatista fue un factor decisivo en la Revolución Mexicana por la claridad de sus demandas plasmadas en el mismo Plan de Ayala -que sustituyó en ideales al de San Luis- y fue uno de los documentos que nutrieron a la Constitución de 1917, que aun rige al país y que este 31 de enero cumple 100 años.
Pero asesinaron a Zapata y el Plan de Ayala sigue aún vigente por no haberse cumplido en sus demandas sociales, es un documento de actualidad. Por lo que hay que darle un repaso y actualizarlo a las condiciones actuales.
* Historiador y Cronista de Cuernavaca