Por: Alberto Ángel “El Cuervo”
Como en ocasiones anteriores, la caminata en la rivera del Rhin, es deliciosa… No obstante el frío, la magia que el paisaje encierra per se, me produce una emoción muy particular… Esta vez, el Museo de Bellas Artes de Basel, presenta dos atractivos extras. Asistiré por primera vez al edificio dos del museo. Hace un año, estaba en plena construcción. Por otro lado, se anuncia una exposición de Jackson Pollock, definitivamente uno de mis artistas plásticos favoritos. Es uno de los inviernos más fríos que recuerdo haber pasado en esta bella y antigua ciudad arte. Desde la entrada, el museo es bello no solamente por la construcción sino porque dede la plazoleta de la entrada, podría pasarme horas mirando la escultura que permanece ahí en medio. Un sentir un poco decepcionante me invade cuando la mujer de la taquilla me responde que no hay descuento alguno ni para maestros ni para personas adultos mayores… Pero, bueno, esa es una de las cosas maravillosas que nuestra no menos bella Ciudad de México, ofrece a todos en su oferta cultural. Estudiantes con credencial, Maestros y adultos mayores no pagan entrada a los museos.
La exposición de Pollock es en el edificio nuevo. Decido no tomar el elevador no obstante que son cuatro pisos con un número de escalones que se antojan erdaderamente agotadores… El cálculo inicial se queda corto y resulta ser mucho más agotador de lo que pensaba. Cuando llego por fin al cuarto piso a la sala donde está la exposición de Pollock, tengo que detenerme a tomar aire respidando agitadamente… El guardia del museo se rie y en alemán me dice: “¡Lo que hay que hacer por el arte…!” al ver mi mirada dubitativa, me lo repite en inglés y ambos reimos… Me ofrece un folleto de información no sé si por atento o por compadecerse de mi falta de condición… “Pollock Figurativo” es el nombre de la exposición. De inmediato se antoja interesante dado que la obra de este artista considerado hoy por hoy como el más importante pintor de Estados Unidos por la aportación que realizó a las artes plásticas con su técnica del llamado “drop painting”, el goteo, es básicamente abstracto; de tal manera que, una exposición de pinturas figurativas de Jackson Pollock, aunque fuera por mera curiosidad, resulta por demás interesante.
Aquí, cabe mencionar algunas cosas referentes al pintor norteamericano: Siempre fue un gran admirador del arte pictórico mexicano, especialmente el muralismo. En este sentido, de inmediato se percibe en sus pinturas figurativas, mismas que forman parte de la exposición que el Kunts Museum de Basel presenta. Orozco, tuvo una influencia sumamente marcada en su obra, en su búsqueda… Tal vez esa admiración e influencia que el arte mexicano tuvieron en Pollock, intentaría ser minimizada por algunos críticos y biógrafos del pintor estadounidense. Así, en la película de nombre Pollock que estelarizara Ed Harris con una actuación magistral, se le da muchísima mayor importancia en la influencia que Pollock tuvo a partir de Picasso, otro de los grandes pintores contemporáneos que admiraba por su técnica y su aportación. Incluso, hay un pasaje en la película en donde Pollock llega por demás ebrio y casi cargado por su hermano de regreso a su casa y grita desesperado maldiciendo a Picasso por considerarlo como el más grande aportador a la pintura debido a su técnica cubista.
Pero en esta misma película no se habla acerca de la profunda admiración que Pollock tuvo por Clemente Orozco, su perspectiva, su manejo del color, el dramatismo de su obra que casi siempre dejaba ver la temática de la injusticia y la revolución mexicana. Ta mpoco se menciona la admiración que David Alfaro Siqueiros depertaba en el artista de USA… Ni qué decir que fue su alumno. Así es, y esto vaya para todos aquellos coleccionistas que por pose y con ese afán estúpido de alabanza a lo extranjero sin saber bien a bien de qué o quién se trata, buscan hoy en día adquirir un cuadro de Pollock: Fue alumno de David Alfaro Siqueiros ese enorme pintor mexicano. De hecho existen fotografías de los cursos que Siqueiros dio a muchos pintores de la época en las que se puede observar la presencia de Pollock como un alumno más dentro del grupo que asistía a los cursos del gran artista mexicano. Pollock pasó muchos años estudiando a los grandes muralistas de México. Asimismo, la Revolución Maderista, ejercía una fascinación sobre el estadounidense, lo que le llevó a pintar muchos cuadros en su etapa figurativa, en los que claramente se observa la intención de plasmar esos momentos revolucionarios con todo el dramatismo que implica. Y hablando del dramatismo, si alguna pintura es precisamente acorde con ello es la de nuestro muralista enorme José Clemente Orozco y su pintura, su técnica, su perspectiva maravillosa, fue motivo de estudio de Pollock en su búsqueda de autenticidad. Todo esto puede observarse en las obras “Hombre Desnudo Con Cuchillo” y las de la serie “Diaporama” mismas que, desde luego, forman parte de la exposición Pollock Figurativo en el Kunts Museum (Museo de las Bellas Artes) de Basel, Basilea, en Suiza.
Voy a atreverme a señalar algo más, bajo el riesgo de que algunos seguidores de Pollock me acusen de “chovinista” diciendo que solamente mi tierra, mi país, mi cultura son capaces de producir lo auténtico y auténticamente bello y profundo. Pero en este caso, se trata de una realidad. Durante los varios seminarios que Jackson Pollock tomó bajo la enseñanza de Siqueiros, una de las cosas que mayormente le impactaron, fue precisamente el descubrir la utilización de la pintura líquida misma que Siqueiros aplicaba maravillosamente… De ahí partió Pollock hacia la experimentación que lo llevaría a la famosa técnica del “drop painting”, la técnica del goteo que en la película de su vida, se habla de que fue accidental pero nuevamente se omite que el descubrimiento de la pintura líquida chorreada, vertida sobre el lienzo, Pollock lo descubre en los seminarios que el muralista mexicano David Alfaro Siqueiros impartió.
Desde luego, no estoy restando mérito alguno a Pollock en cuanto a su técnica y su aportación al arte, de ninguna manera. Al contrario, me declaro un irremediable admirador del arte de Jackson Pollock. Y coincido con muchos críticos de arte al considerar que Pollock es tal vez el más grande pintor estadounidense de todos los tiempos. La obra de Pollock es un viaje a la emoción dentro de la pintura contemporánea… Desde luego que no hablaría yo de arte abstracto absoluto en ningún pintor. Cuando menos no en el sentido en que el término se maneja. Simplemente el arte abstracto es, como su nombre lo indica, una abstracción de parte de la narrativa que la obra lleva implícita. Así, la narrativa en la obra de Pollock es maravillosa en su etapa del llamado drop painting. Cada cuadro es distinto (contrario a como muchos intentan juzgarlo) cada cuadro es una historia de trazo, de color, de dinámica que nos lleva de la mano hacia universos lejanos y profundos ya sea introyectados a manera de cargas mnémicas o alrededor como una especie de impacto que fluye en una dinámica especial que el diestro goteo de Pollock le imprime. Pero hay algo más que la exposición de Pollock en turno ofrece por demás interesante. Y es esa parte de su vida en la que la locura invade o intenta invadir su mundo externo (todos estamos locos, pero conservamos la locura en un paisaje secreto). Es cuando acude al psicoanalista y ante la desesperación de terapeuta por la falta de cooperación del paciente, le pide que le lleve sus obras para que de ahí se obtenga material para el análisis… ¡Eureka! A partir de ahí se realiza una sui géneris terapia psicoanalítica que le lleva incluso a consolidar una de sus herramientas favoritas: el trazo automático… Es como jugar un poco a la asociación libre… En esta caso, el trazo libre… Es dejar salir los fantasmas, los dolores, el llanto acumulado en el alma y la lujuria que se agolpa en la piel y se desgasta con los años… Todo eso se hace brotar por medio del trazo automático y el mismo Pollock crea toda una serie con sus cuadros que titula “pintura psicoanalítica”. En muchas ocasiones he escuchado la pose estúpida de muchos autocalificados como críticos y analistas del arte y los artistas intentando “descubrir” a posteriori las razones que llevaron al creativo a realizar tal o cual obra. Es verdaderamente encolerizante, decepcionante, una burla la forma en que engañan dando cursos que rimbombante nombran con títulos como “psicoanálisis del arte”. Por eso, cuando me entero de que Pollock realiza su trazo automático y su serir de pintura psicoanalítica analizando el mismo con su terapeuta, hago mayor conciencia aún de la farsa de aquellos que no conocieron al artista e intentan analizarlo ridículamente por medio de su obra y de lo interesante que resulta lo realizado por Pollock y su psicoanalista con su obra, con su diálogo, con su terapia, con ese sí auténtico psicoanálisis del arte.
Abandono la sala de “Pollock Figurativo” como siempre con la admiración profunda por la obra y la vida de este artista. Todo fue intenso en él… Siempre intenso… Incluyendo su dramática decisión de abandonar la vida… Auténtico paridor del dolor sobre su arte auténtico de igual manera, Pollock decide abandonarse a la muerte voluntaria para provocar que el auto donde viajaba volara hacia la inmortalidad al desbarrancarse en una carretera… Regreso al edificio uno del museo y me asomo a una de las salas de las exposiciones permanentes que el “Kunts” ofrece a los visitantes. La emoción crece al entrar en otro viaje, Salgo del Museo, verdaderamente complacido entro a la exposición de los impresionistas, pero eso es motivo de otra charla.
* Pintor, autor e intérprete