Nacional

JOSE ALFREDO Y YO (…o así pasaron muchas horas)

Por martes 31 de enero de 2017 Sin Comentarios

jose alfredo y yo

Por: Miguel Ángel Avilés

José Alfredo se quiso tomar una foto conmigo en el balcón. El Rey me dice que no conocía aquí. Había pasado por estas tierras hace muchos años, pero no se detuvo hasta ver Ensenada.

Abrimos unas cervezas y brindamos por la vida y un montón de cosas. Él se quedó viendo al horizonte como si pensara en ella o no sé en qué recuerdo.

El cielo estaba despejado y se pintaba de un azul maravilloso. Nos tomamos otras rondas de cerveza y a mí de pronto se me cansó el caballo y me recosté por un ratito.

Me sobresalté cuando José Alfredo me pegó un grito, para pedirme una pluma o lo que tuviera a la mano para escribir. Se la llevé junto con un par de cervezas más y él arrancó un par de hojas de un cuaderno maltratado que había dejado yo sobre la mesa.

Nos quedamos platicando de lo que ustedes quieran y así pasaron muchas horas. Cuando le dije que ya me iba a dormír, creo que no me escuchó porque otra vez tenía puesta su mirada en un punto infinito.

Al despertar en la mañana, vi que mi amigo se había quedado dormido en la mesita donde estaba mi cuaderno. De seguro se puso a escribir y ahí clavó su pico.

En el piso estaban tiradas un par de hojas donde había garabateado algunas letras. “Mar , llegaste hasta la orilla que Dios te señaló..mar”.

Y como que ahí lo venció el sueño…recogí el resto de las hojas con mi mano izquierda y la guardé atesoradamente para que no se me fueran a perder.

El día que la termine, estoy seguro que será una bellísima canción. Ya no hice más ruido y, agradeciendo este milagroso encuentro con el hijo del pueblo, le eché encima el jorongo con el que había llegado y de nuevo me volví a dormir.

Apenas amanecía y en las olas de ese mar, se observaba una quietud…

*Abogado y autor, Premio del Libro Sonorense

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