Por: Sofía Mireles Gavito
El actual edificio de la estación de ferrocarriles en Tonalá se empezó a gestionar por el año de 1946; pero fue hasta los años de 1959 y 1960 que se construyó bajo los criterios del movimiento modernista. La terminal tiene una gran cubierta rectangular y ligeramente alabeada, sostenida por 12 columnas de sección circular; dicha cubierta ubica una amplia y abierta sala de espera, taquillas y un restaurant con servicios sanitarios. El 2º edificio es una bodega intermedia y el 3er edificio es una construcción de dos niveles donde se ubicaba el personal administrativo, este último edificio muestra una estructura modulada y cuya solución per mite articular amplios ventanales de marco de herrería. Está recubierto con pequeños azulejos de color azul de Prusia y amarillo ocre.
Esta estación estuvo funcionando en magníficas condiciones hasta antes del 31 de agosto de 1999, cuando el Gobierno Federal vendió en concesión por 30 años a la Compañía norteamericana Genesee and Wyoming, propietaria de la Empresa Chiapas Mayab, la línea del ferrocarril que recorría la costa chapaneca. La empresa Chiapas Mayab se dedicaba al transporte de carga de México a Centroamérica de millones de toneladas de gas propano, cemento, materiales para construcción, fertilizantes y gasolina hasta antes del desastre ocasionado por el huracán tropical “Stan” el 8 de octubre del 2005. La tormenta del “Stan” afectó 64 puentes, varios kilómetros de vías, ocasionando que dejará de circular el ferrocarril desde Tonalá hasta Suchiate. Y mientras se veía la reconstrucción de puentes, vías; la compañía de Chiapas Mayab decide cancelar sus operaciones en México en julio del 2007 sobre pretexto que la concesión ya no era rentable para ellos.
El gobierno federal poco a poco ha arreglado puentes y vías, ya circulan los trenes rumbo a Tapachula; pero las estaciones de pasajeros, de carga y descarga han sido abandonadas.
La estación de Tonalá está convertida en refugio de vándalos, que duermen y hacen sus necesidades fisiológicas ahí. Han roto vidrios, quitado puertas y ventanas, se ve sucio y en ruinas. Da pena ver como se ha ido deteriorando uno de los primeros edificios modernistas en esta ciudad, que llegó a ser un icono y centro del comercio
de la región, donde se transportaba personas, ganado, plátano, café y que cuando se construyó todavía era la única vía de comunicación en la costa. Ya que la carretera fue inaugurada a mediados de la década de los sesenta del siglo XX.
Esperemos que las autoridades federales y municipales se preocupen por cuidar y darle mantenimiento a estas estaciones, que ya forman parte del patrimonio cultural tangible de los municipios; en última instancia que se donen para que se conviertan en museos históricos de cada lugar.
* Cronista de Tonala, Chiapas
