Por: María Trinidad López Lara
El proceso de creación en el caso específico de la literatura infantil resulta de una singular belleza, ya que en la comprensión simbólica de la fantasía, se provoca un descubrimiento emocional que nos lleva al maravilloso mundo de la imaginación y nos adentramos en lo mágico, aventuras, personajes fantásticos, hadas madrinas reconocidas como las protagonistas de hazañas que seducen y sugestionan, empero hablar de ellas constituye una valiosa iniciación en un sueño extraordinario que aún no está sepultado y tiene futuro.
Las Hadas, criaturas mágicas e intangibles, que interceden en los asuntos de los humanos para bien o para mal, existen en el imaginario popular desde tiempos inmemoriales, sin que se conozca realmente su origen. Aparecen en leyendas sánscritas, en la mitología arábiga, entre las ninfas de la mitología griega, en la mitología nórdica e incluso hay testimonios entre las culturas indígenas americanas y en las islas del Pacífico Sur.
Por lo general, un hada tiene el aspecto de una muchacha hermosa, unas veces de tamaño normal y otras, más pequeño, con alas o sin ellas, aunque siempre con poderes sobrenaturales. Se suelen dividir entre hadas buenas (protegían los hogares y a los niños, concedían deseos y regalos o realizaban tareas para ayudar), y hadas malvadas (responsables de accidentes, daños y pérdidas en el hogar, niños que enfermaban o se perdían…). A lo largo de los siglos el concepto varió, convirtiéndolas en espíritus guías o protectores de la naturaleza, similares a gnomos o elfos.
LA ÚLTIMA PERLA:
Había nacido un niño y todas las Hadas, el Hada de la Salud, el Hada de la Alegría, el Hada de la Riqueza, el Hada del Amor y otras muchas le habían llevado como regalo una perla cada una. Tan sólo un hada no había llegado aún para darle su regalo. En vista de ello el espíritu de la casa y el Ángel Custodio, que velaba alrededor de la cuna del recién nacido, decidieron ir a buscarla. Alzaron el vuelo tomados de la mano y entraron en una habitación donde yacía muerta una mujer, rodeada de todos sus familiares: en el hueco de la ventana estaba el Hada del Dolor, que lloraba en voz baja.
Una lágrima le cayó en el regazo y se transformó en una perla reluciente, que el Ángel Custodio recogió. He aquí dijo, la Perla del Dolor ¡Ay si faltase! Sin ésta, las otras no tendrían ningún valor, porque sólo ésta hace que las otras sean preciosas. Y llevó la perla al recién nacido. (Juan Cristián Andersen).
La fantasía cumple una función imprescindible en nuestras vidas, no sólo porque sirve como válvula de escape a la realidad existencial, sino también porque es la fuerza impulsora que permite rectificar la realidad insatisfactoria y realizar los deseos inconclusos por medio de los ensueños.
“Si la persona es pasiva, si no lucha por un futuro mejor y su vida actual es difícil y falta de alegrías, con frecuencia se crea una vida ilusoria, inventada en la que se satisfacen completamente sus necesidades, donde él todo lo puede, donde ocupa una posición imposible de alcanzar en el momento actual y en la vida real. La imaginación pasiva puede surgir no intencionalmente, sin fantasía no es posible ningún conocimiento humano.
La imaginación, concebida como una facultad capaz de reproducir mentalmente las causas y soluciones de los problemas reales, es la mejor ayuda para un psicólogo, la psicología moderna ha constatado que el poder de la fantasía sobre la psique es más determinante que el principio del deseo, pues se dice que en el conflicto entre deseo y fantasía es siempre la fantasía la que se sobrepone al principio del deseo. Sigmund Freud definió la fantasía…. una parte importante de la expresión cultural del lenguaje y el pensamiento.
Para Alexyto y Santiago
* Docente Campus UAS Mocorito