Por: Juan Carlos González Gastélum
Conozco a Ángel Jaime Sotelo González por una cuestión muy especial. Es hijo del señor Martín Sotelo y doña Lorenza González, esta última hermana de mi padre, por lo tanto mi tía. Pero no es eso quizá lo destacable en esta historia. Lo que busco es descubrir el lado humano y también la acentuada participación en la música del muy conocido Chito Sotelo. Como muchas familias de nuestro pueblo, los Sotelo González tuvieron dificultades para salir adelante. Don Martín se dedicaba a la música, tocaba la armonía o también conocida como charcheta y además la tarola, en una banda de música que fue catalogada –a decir de don Ramón Velázquez- como la mejor en la década de los 30-40’s del siglo pasado, a quien por cierto, su inclinación por la música le venía por su señora madre, doña Bartola Rivera, a quien la recuerdo apenas, pero sí tengo claro que era muy buena para ejecutar la armónica, interpretando varias melodías. Así pues, por tradición familiar, Ángel Jaime se hizo músico, igual que Óscar Fernando su hermano mayor, percusionistas ambos y Martín, clarinetista virtuoso. Lo característico de nuestro muy apreciado Chito, es que desde muy temprana edad padece de poliomielitis, enfermedad que afectó ambas extremidades inferiores, potenciando sus brazos y manos con una fuerza muy especial. Mis hermanas me platican que en muchas ocasiones el Chito jugaba con sus hermanos, primos y amigos al béisbol, entrando como bateador emergente y bola que le pichaban, bola que tomaba alto vuelo para convertirse en carrera segura. Empieza Ángel Jaime su carrera musical cumplidas quizá las primeras dos décadas de su vida. Como muchos que se interesan en este negocio de la “musiqueada” anduvo como ayudante o “secre” en la banda La Regional de Cruz Rubio, ahí empezó a darle duro a la tarola o redoblante por un tiempo muy corto. Óscar, su hermano trabajaba con Los Hermanos Rubio, pero al integrarse éste con otra agrupación, el Chito tomó la responsabilidad con la que es La Mejor Dinastía en Banda, con ellos tiene aproximadamente cuatro décadas. Es una institución con esta banda. Con los Hermanos Rubio ha tocado ritmos como valses, boleros, huapangos, chotises, pasos dobles, danzones, mazurcas, rancheras, polkas, mambos, marchas, entre muchos otros, que gracias a los redobles y toques muy especiales de manos de Sotelo González, se vuelven inconfundibles, son como una firma especial. También ha grabado, creo, por completo la discografía con que cuenta esta banda. Por la parte humana, es difícil decirlo por la cercanía familiar que tenemos; pero no está demás señalar que este hombre es honesto a carta cabal, pues es el administrador de la banda, es el “que guarda la liqui”** y desde que me acuerdo, a él acuden los sus compañeros para que les paguen. Se hace cargo de su madre, de sus hermanos ante la falta de su señor padre y más recientemente de su sobrina Carmen Elena a quien quiere como una hija. A decir de sus compañeros, El Chito tiene muchos atributos. Desde muy joven, en la Misión Cultural, tomó cursos del método Hilarión Eslava en el que era muy destacable su inteligencia, lo que demuestra en sus ejecuciones, pues lleva el tiempo y la melodía con una exactitud muy precisa. También es solidario ante los problemas de los compañeros de la banda y demás músicos, su capacidad especial lo hace “tener un corazón fuerte como el acero, pero con una enorme nobleza, lleva bien puesta la camiseta de la mejor dinastía en banda”. Este es El Chito Sotelo, quien es reconocido por doquier por ser un redoblante natural en la música de banda sinaloense en La Atenas de Sinaloa.
* Economista y compositor
