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Carlos Fuentes: Sus raíces Sinaloenses

Por domingo 5 de junio de 2011 Sin Comentarios

Por Joaquín López*

La noticia que la madre de Carlos Fuentes había nacido en Mazatlán, fue suficiente motivo para indagar sobre su ascendencia. El primer hallazgo fue un registro de otro Carlos Fuentes nacido en el puerto en 1888, quien resultó ser hijo de un telegrafista chilango y al parecer sin parentesco.

En el Registro Civil de Mazatlán alcanzamos a ver restos del acta de nacimiento de la madre de Fuentes, Bertha Alejandrina Macías Rivas (2/1/1909), él se refiere a ella como Berta Alejandra, nombres que aparecen tachados y la leyenda “vale”. En la obra de Fuentes encontramos que su abuela materna, Emilia Rivas Gil había nacido y criado en Sonora.

En una publicación de “The Gray Wolf Annual Five: Multicultural Literacy” , Fuentes relata las peripecias que vivieron sus padres el día de su nacimiento en la ciudad de Panamá en 1928. Según el portal de internet de la SRE, su padre, Rafael Fernando Fuentes y Boettiger era Encargado de Negocios ad interim en el Servicio Exterior Mexicano desde 1926, donde despachaba como “Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario Ignacio Norris” (sic).

“Norris”, lo ignora Fuentes, fue un abogado nacido en El Rosario, Sinaloa en 1877 y cuyo apellido en realidad era Noris. Antes de servir como diplomático fue diputado por Sinaloa en los años de la Revolución y uno de los que protestaron la muerte del senador Belisario Domínguez ante el presidente Victoriano Huerta y encarcelados por éste en 1913. También fue Magistrado del Tribunal de Justicia del Distrito Federal en 1919 y poco después de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; era descendiente de Joaquín Noris, padre del rosarense Teófilo Noris Cibrián, último sobreviviente cadete defensor del Castillo de Chapultepec contra los norteamericanos en 1847. Varias de los Noris fueron diplomáticos, políticos o socios mineros de la familia Bradbury en El Rosario, Sinaloa.

Los abuelos maternos de Fuentes fueron vecinos de los Watson, los Quijano, los Haas y los Estrada. Bertha nació por la calle Belisario Domínguez, mientras que Genaro Estrada nació a media cuadra; Estrada conoció a los Fuentes-Macías pues desde 1921 despachaba como Oficial Mayor de la SRE donde había llegado invitado por el ministro Alberto J. Pani, durante la presidencia de Obregón.

Estrada ocupó, durante el gobierno de Victoriano Huerta, el puesto de Prefecto de Estudios de la Escuela Nacional Preparatoria, lugar donde conocería a Pani, hábil político quien una vez investido como Ministro de Industria de Carranza en 1917 lo invitó a colaborar con él.

José Vasconcelos cuenta en sus memorias sobre una rencilla entre él, un general íntimo amigo del presidente Obregón, siendo la causa posible la abuela de Fuentes quien estaba “emparentada con la familia presidencial”; Vasconcelos ordenó su cese del cargo que ostentaba en la SEP. Sobre esto anota lo que le dijo Obregón: “El interés que nos inspira a ambos de esa señora depende de que la conocemos de antiguo y sabemos que con su trabajo sostiene a las hijas y a un marido paralítico” (El Desastre, pp. 99). No es aventurado creer que fue la abuela de Fuentes quien solicita y consigue para su yerno, un puesto en el servicio exterior. Vasconcelos describe la facilidad con que se hacían ese tipo de nombramientos: “…Miguel Alessio y yo habíamos tenido la ocurrencia de visitara uno de esos ministros de don Pablo (González, Jefe de Operaciones Militares) para que nombrara por telégrafo Encargado de Negocios en España a un amigo común. Alfonso Reyes” (La Tormenta pp. 373).

El padre de Fuentes y Genaro Estrada formaron parte del círculo íntimo de amigos de don Alfonso Reyes; su padre, Bernardo, figura en un hecho de armas en los tiempos de Heraclio Bernal en Villa Unión que le consigue su estrella de general, hazaña que hasta entonces sólo había logrado Porfirio Díaz.

El escritor Salvador Elizondo y Fuentes fueron compañeros de parranda y de la facultad de Derecho de la UNAM. El padre de Elizondo, Salvador Elizondo Pani era primo de Alberto J. Pani. Según Fuentes tanto su abuela como la Salvador Elizondo “fueron muy amigas en Mazatlán y por lo tanto compartían historias conjuntas, conservadoras memoriosas en el recinto final de las provincias perdidas: la Ciudad de México”. Elizondo era además sobrino-nieto del poeta y diplomático Enrique González Martínez, jalisciense casado con sinaloense, Prefecto Político durante el Porfiriato y de larga y fecunda residencia en el estado. La imprenta Retes de Mazatlán le publicó “Preludios”, su opera prima (1903).

La lectura de la novela “Aura” de Fuentes vio un resurgimiento en sus ventas gracias al entonces Secretario de Trabajo, José Carlos María Abascal Carranza cuando logró que despidieran a Georgina Rábago, profesora de su hija, por haber encargado la lectura de la novela (La Jornada 16/4/2001). Aunque la trama es ficticia, no así la casa donde ocurren los hechos pues, dice Fuentes, Elizondo la alquilaba y la utilizaba para sus prácticas eróticas. Quizá Abascal sabía de la reputación de la casa y de lo que sucedía ahí y de ahí su oposición a la lectura de la novela.

Con todo este bagaje histórico, no sorprende que desde muy joven, Fuentes haya tenido la certeza que sería escritor. En Tiempo Mexicano narra que cuando le comunicó lo de su vocación a su padre, este le advirtió: “Te morirás de hambre. Primero haz una carrera y luego dedícate a lo que quieras”, contrariado, Fuentes le pide consejo a Alfonso Reyes, quien le dice: “México es un país muy formalista. El título es el asa que los demás emplean para levantar nuestra tacita”. Tiempo Mexicano ganó el Premio Mazatlán de Literatura en 1973, galardón que fue rechazado por el autor contribuyendo con ello a la suspensión del mismo por un par de lustros.

En el portal de internet de la Academy of Achievement (22/X/2006) Fuentes describe a sus abuelas de las que dice: “…yo tuve dos abuelas y ambas fueron cuenta cuentos. Una era de Veracruz y la otra de Mazatlan en Sinaloa en la costa del Pacífico. Así que tenía dos océanos a mi disposición (cuando) pasaba mis veranos con mis abuelitas en México. Creo que me hice escritor a raíz de mi acceso a esas historias… todas las historias que no conocía de México, de mi propia tierra. Sus mentes y sus corazones sirvieron de almacén del pasado. Todo esto fue muy fascinante para mí, esta relación con mis dos abuelitas”.

Fuentes fue parco al informar sobre su abuelo materno Manuel Macías Gutierrez; un documento revela que era originario de Guadalajara que vivía por la calle Principal (Belisario Domínguez) No. 558; era comerciante y descendiente de Higinio Macías Gutiérrez, natural de Xolostitlán; la esposa de este, Domitila Gutiérrez, del mismo poblado (y por el apellido, probablemente su prima) residía en 1909 en Aguacaliente de Gárate, Concordia, pueblo de tradición mezcalera y ciruelas cercano a Mazatlán.

En 1906 era socio de la empresa de una lavandería denominada Paredes y Compañía, sus socios fueron la agiotista rosarense Francisca Rojas, su hijo José Antonio Paredes y Francisco M. Sarabia con capital social de 37 mil 607 pesos del cual Francisca aportó el 40% o 15,420 pesos 80 centavos; la duración de la sociedad fue de 5 años.

Emilia Rivas era consanguínea de los Rivas de Álamos, Sonora, Tepic, Mazatlán y Culiacán. El miembro más distinguido fue el arquitecto Rivas Mercado (creador del monumento del Ángel de la Independencia). Le sigue su hija Maria Antonieta, mecenas de artistas y escritores, amante de José Vasconcelos e impulsora de su campaña a la presidencia de la República. María Antonieta se suicidó con una pistola obsequiada a Vasconcelos en Mazatlán, dentro de la Catedral de Notre Dame de París. Al comparar la imagen de la madre de Fuentes con la de María Antonieta se aprecia un gran parecido físico.

Fuentes asegura que desciende de: “inmigrantes llegados de Santander en la década de 1860, así como de indígenas Yaquis del Estado de Sonora”. Sobre su bisabuelo Teodoro Rivas sabemos que era abogado y como ya se dijo, emparentado con los Rivas de Tepic. Residió en Álamos, Sonora donde aparece como testigo del testamento de Modesto Güereña (consanguíneode María Félix) en 1866. Antonio Gil Contreras, Juez local de Álamos, era pariente de la esposa de Teodoro, Josefa Gil, natural del Mineral de la Concepción de Álamos, Sonora (de aquí la ascendencia yaqui que reclama Fuentes).

Josefa, a la fecha del nacimiento de la madre de Fuentes era viuda y residía en Culiacán, probablemente al lado de alguno de los Rivas que desde entonces residían allá. En “Agua Quemada” Fuentes utiliza las historias que su abuela mazatleca le contara sobre el solar sinaloense.

La Universidad de Sinaloa rindió tributo al escritor al otorgarle el Doctorado Honoris causa en el año 2000.

* Cronista de Teacapán, Sinaloa

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