Su poesía canta como en sus primeras páginas, como en los primeros cantos de las páginas
Por Mario Arturo Ramos*
Señora de la flauta y del relámpago,
terraza del jazmín, sal en la herida,
ramo de rosas para el fusilado,
nieve en agosto, luna del patíbulo,
escritura del mar sobre el basalto,
escritura del viento en el desierto,
testamento del sol, granada, espiga.
“Piedra del sol”(fragmento) Octavio Paz
El 19 de abril se cumplieron trece años de la ausencia física de una de los mexicanos de mayor significado en las letras nacionales del siglo XX: Octavio Paz. Días antes del aniversario luctuoso del poeta que vivió 84 prolíficos años, me encontraba participando en la Feria del Libro de Puerto Peñasco, Sonora, en un Taller de poesía y música con rocaportenses y llegados de otros lugares a la ciudad bañada por las aguas del golfo de California. En las noches porteñas recordé la presencia de Paz en la música, que su obra musicalizada por compositores populares y de ópera conforma una muestra sobresaliente del canto poético.
Mi padre al tomar la copa
me hablaba de Zapata y de Villa,
Soto y Gama y los Flores Magón
y el mantel olía a pólvora.
o me quedó callado,
¿de quien podría hablar?
“Intermitencias del Oeste, II” (fragmento).
Octavio Paz/ Javier Salazar
En diálogo con los talleristas, señalé que el canto de la poesía y la poesía del canto nacen por los mismo días, que a diferencia de los textos usuales de la canción popular llenos de lugares comunes y “clichés”, en esta expresión melódica –literaria, la palabra recupera el buen cantar, a través de una vieja unión de poemas a los que se les compone música, o con música que necesita textos para lograr contar su existencia, desde una posición diferente al canto fácil, repetitivo, popularizado en base a la difusión masiva. Que en los sesentas del siglo XX, con la aparición de lo que se conoce como Nueva Canción o Canto Nuevo, la fusión palabra/ nota musical recuperó vitalidad y camino; que terminó la separación entre compositores, ejecutantes e intérpretes que se agruparon en este movimiento. Por lo tanto recomendé a los creadores musicales leer poesía y a los autores de poemas sin lectores, olvidarse de la divinidad y la música interna para acercarse a los que saben de acordes y canto que así mejoraran su trabajo creativo. Terminé la exposición afirmado que estoy seguro que de esta manera como en los primeros tiempos sonido y lenguaje juntos avanzaran de nuevo convocando a escuchas y lectores ausentes, ¡que hacen tanta falta! Y para cerrar la sesión conté de la presencia de la obra de Octavio en la canción.
Ronda por las orillas, desnuda, saludable, recién salida del baño, recién nacida de la noche. En su pecho arden joyas arrancadas al verano. Cubre su sexo la yerba lacia, la yerba azul, casi negra, que crece en los bordes del volcán. En su vientre despliega sus alas, dos banderas enemigas se enlazan, reposa el agua.
¿Águila o sol? (fragmento) Octavio Paz
El premio Nobel mexicano escribió sobre la visión que pretende delimitar el resultado del oficio poético: “Reducir a la poesía a sus significados históricos sería tanto como reducir las palabras del poeta a sus connotaciones lógicas o gramaticales. La poesía se escapa de la historia y lenguaje aunque ambos sean su necesario alimento. Lo mismo puede decirse con las naturales salvedades, de la pintura, la música, la novela, el teatro y el resto de las artes.” 1.-Bajo estas consideraciones críticas, el poeta nacido en el pueblo de Mixcoac, de la ciudad de México, el 31 de marzo de 1914, acepto que Daniel Catán, Oscar Chávez, Javier Salazar y otros compositores musicalizaran poemas y fragmentos para dar vida a canciones y óperas rompiendo con el círculo lector-autor y trasladaran su expresión literaria al canto. La Feria del libro 2011, Puerto Peñasco terminó el sábado 16 de abril, en los últimos minutos de la segunda sesión del Taller, insistí en que el mejor homenaje en el treceavo aniversario del deceso de Octavio Paz es leer su obra y, que en el caso de los compositores que desean abandonar los temas frívolos e intrascendentes tan en boga, en ella encontraran una fenomenal veta para crear o nutrir la creación. Para despedirme cité una cuarteta de un canto de Octavio Paz y el compositor yucateco Roger Novelo:
El mundo reverdece si sonríes
comiendo una naranja el mundo cambia
si dos vertiginosos y enlazados
caen sobre la yerba enamorados.
Han pasado trece años de la muerte del poeta, su poesía canta como en las primeras páginas, como el primer canto de las páginas.
1.- “El laberinto de la soledad” Octavio Paz. FCE/SEP 1984.
*Investigador y compositor.