CARLOS LAVÍN FIGUEROA
“Un domingo a Modesta encontré, por las calles lucidas de Iguala,y me dijo me vine a pasear, en un tren desde Tetecala”, así inicia el poema hecho corrido de Modesta Ayala.
Es común entre quienes desconocen esa historia, decir de manera superficial ¡pero Tetecala no tenía tren!
En aquella época, San Francisco Tetecala, hoy “De la Reforma”, era una próspera población en comercio, haciendas, ranchos, industrias, sus habitantes “acomodados” iban a caballo a tomar el tren a la estación de Puente de Ixtla -que estaba a solo15 kilómetros a través de las lomas de Ahuehuetzingo-, en aquel entonces, tomar el tren era una novedad y hasta presunción; Iguala, tenía un extenso mercado de productos traídos de los pueblos serranos, por lo que había una estrecha relación comercial. Quien intente investigar y hablar de historia primero debe ubicarse en el tiempo y las circunstancias.
La poesía, como la de este corrido, no es una crónica precisa; en poesía, hay cosas que se dejan a la imaginación; o por estética; o para lograr la rima y la métrica. El autor, no detalla el recorrido que hizo Modesta para tomar el tren, era obvio que se abordaba en “Puente”.
Modesta Ayala vivió en la actual Tetecala, ahí su apellido es tradicional. Ahí, también vivieron sus primas Felicitas Ayala -mi abuela- y María Simona Ayala; sus sobrinos; Miguel Oriak Ayala quién fue presidente municipal y diputado, y Amparo Figueroa Ayala madre de quien esto les escribe; y entre una extensa parentela, Modesta viene siendo mi tía abuela.
Su casa existe en la calle Bravo; su puerta, con “dos marcos”, como precisa el corrido, se ubica “por el lado donde sale el sol” y “en el frente un barandal de acero, por el lado donde está la Plaza”, todo coincide con exactitud. El largo barandal fue retirado, en su lugar se colocaron tres menores. Hoy la propiedad está dividida en tres casas, la de la izquierda es la casa original remodelada y pertenece a Joel Amilpa; la del centro a Pepe Velázquez ex presidente municipal quien guarda el barandal original; y la de la derecha es de Ulises Mejía, hijo de don Tiburcio Mejía un personaje de la Revolución conocido como “El Mayor Mejía” a quien recuerdo siempre con sus largas botas al estilo de Pancho Villa, era amigo de mi abuelo Licabardo Figueroa, a quienes en los años cincuenta cuando jugaban conquián, los escuché hablar de Modesta Ayala y de esa casa donde vivió.
En el libro “Tetecala del Ayer” 2ª Edición, de mi primo el doctor, cronista y ex presidente de Tetecala Miguel Oriak Villegas –hijo de Miguel Oriak Ayala- menciona la historia y corrido de Modesta Ayala.
El corrido fue compuesto en 1903 o quizá 1904 por Próspero Salgado Marchán, en Morelos y Guerrero es un himno popular, se escucha y canta con pasión en todo el país y entre mexicanos en los Estados Unidos. Ha sido interpretado por famosos del género ranchero y romántico como Luis Pérez Meza, Antonio Aguilar, Ignacio López Tarso, Hermanos Zaizar, entre las bandas norteñas destacan las de Sinaloa donde es muy sonado. Cuenta Rogelio Salgado Barrera –nieto del autor-“Fui criado por la cuñada de mi abuelo Próspero, doña Frumencia Batalla y ella me relató la historia de mi abuelo con Modesta”.“A mi abuelo le decían “el loco” porque componía canciones “al vuelo”, conoció a Modesta en la calle”. “Mi abuelo se fue a pie hasta Tetecala, Morelos y la encontró”.“A pesar de que Modesta era adinerada, su padre, le dio la oportunidad a mi abuelo de conversar con ella”. Agrega Salgado Barrera -vecino de la colonia Villa de Guadalupe en Iguala- que su abuelo murió deshecho y tirado al alcohol, tal vez por ese amor.
Otra versión, menos reconocida y sin mayores datos, menciona que el corrido es de Félix Cruz, de Ixcapuzalco– siendo que, en la letra original el autor dice ser de Teucizapan- aun así, el tema de Modesta y la actual Tetecala no cambia, es una historia real. A este poema-corrido le han modificado algunos versos; su lenguaje es propio del autor, aquí unas estrofas de las treinta originales;
“Una tarde a Modesta encontré
por las calles lucidas de Iguala
y me dijo me vine a pasear
en un tren desde Tetecala.
Esa joven tan linda y hermosa
me ha robado todo el corazón
en Iguala no existe otra cosa
como el talle d’ esa hermosa flor.
Yo con l’ ansia y el gusto de hablarle
a esa joven de tanto primor,
un domingo salió a contestarme
y me dijo: -Mañana me voy.
Si usté me habla con voz melodiosa,
si usté me habla con mucha bondad;
Soy Modesta, vivo en Tetecala,
cuando guste me encuentra usté allá.
Con las señas que le voy a dar,
pa, que pueda usté dar con mi casa:
en el frente un barándal de acero,
por el lado donde está la plaza,
y dos marcos que tiene la puerta
por el lado donde sale el sol
y un letrero que dice Modesta
la que busca ya sabe quién soy.
Un domingo salió por la noche
el tren en que Modesta se fue;
muy gustosa la vi yo en su coche,
yo pensando en su amor me quedé
Sin embargo marché por la tierra
para el rumbo para Tetecala,
luego luego dí con un letrero
con el nombre de Modesta Ayala.
Cuando yo iba llegando a su casa
a su puerta ella estaba parada,
y me dijo para dónde vas,
soy la misma que vió usté en Iguala.
Luego luego se fue para adentro
a avisar a su padre en el acto:
-Ahi’stá un hombre que busca trabajo
usté dice papa si le da.
Anda y dile que pase pa’dentro
sus facciones quiero conocer,
luego luego me fui para adentro
anhelante de aquella mujer.
Yo les dije de toda mi patria:
-Soy criollito nacido en Guerrero,
mi distrito ha sido Teloloapan,
Teucizapan conozco por pueblo.
En los días en que yo había llegado,
esa joven perdió la existencia;
para que hubiera sido mi esposa,
Dios inmenso no dio su licencia.
Más en fin amigos me despido
confundido y lleno de pasión;
Ya no quiero seguir mi corrido
pa’ ya no aumentar mi dolor”.
Así termina el autor su historia con Modesta. Sin embargo,
tenemos evidencias que ella continuaría su vida en el norte
del estado, y que participaría en la Revolución…
Historiador y cronista de Cuernavaca
