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DE LA YUNTA AL TRACTOR

Por sábado 30 de mayo de 2020 Sin Comentarios

SANTOS LOPEZ LEYVA

A principios de los años 50 del siglo pasado, en lo que son los altos del municipio de Mocorito, el cultivo de tierra se hacía con yunta de bueyes, par de bueyes que se unen con un yugo amarrado a sus cuernos por medio de las coyundas, el arado se jala con un timón, si es arado de madera, o bien,con una cadena si es arado de fierro. Yo vivía en el Rincón de los Santos y cuando decían que en Mocorito se trabajaba con mulas, me quedaba pensando y ¿cómo les ponen el yugo si no tienen cuernos?

El tiro de mulas

En 1956, que llegué a Mocorito, pude conocer cómo se desarrollaban las siembras utilizando el tiro de mulas. Un tiro estaba compuesto por dos bestias mulares, ya fueran machos o mulas, que se usaban para tirar el arado con el cual se hacía el surco para la siembra, se llamaba gañán o mulero a la persona que trabajaba con mulas conduciéndolas con las riendas y sosteniendo el arado. Esta persona tenía que levantarse muy temprano para guarnecer el tiro, así se llamaba a lo que era ponerle el collar y la horquilla con las cadenas para tirar el arado; el primer día de trabajo se debía llevar, además del tiro guarnecido, también el arado, los balancines y la bolea; los días siguientes, estos tres instrumentos se dejaban en la labor. En ese primer día, cuando se iba a empezar a sembrar el avance era casi nulo, pues las mulas, generalmente, estaban alebrestadas y no se dejaban guarnecer, cuando llegaban al cerco no querían trabajar, no se alineaban para trazar un surco.

Lo primero era partir besana, que era el primer surco, cuando había varios tiros, generalmente, el trabajador más experimentado era el encargado de abrir besana. Cuando eran dos tiros, el tiro de adelante abría el surco, después iba el sembrador tirando la semilla y enseguida el arado tapador, el cual se encargaba de cubrir la semilla.

Después de la primera lluvia fuerte, al siguiente día muy temprano, Mocorito se llenaba del ruido de las cadenas de todos los tiros de mulas que iban hacía los cercos. En el pueblo, quien tenía el mayor número de tiros y trabajadores era Chuy Galindo, pero también estaba José Sillas, con quien trabajé varias temporadas, primero como sembrador y después como mulero, don Benigno López; pa´ arriba estaban don Arturo Sosa, don Ismael Gutiérrez, don Tián Valenzuela, don Camilo Gastélum, don Luciano López y otros.

Esta fue una forma de trabajo que prevaleció durante muchos años, el paso de la yunta de bueyes al tiro de mulas fue un gran avance, porque las mulas son más rápidas, más resistentes tanto al calor como al trabajo, más ágiles para dar vuelta y de mejor aprendizaje; para dar el salto de la yunta al tiro de mulas se tuvo que avanzar en la tecnología del diseño y elaboración de las guarniciones para que las mulas pudieran tirar el arado. El cultivo de la tierra usando tracción animal fue un paradigma agrícola que desapareció con la llegada del tractor.

La llegada del tractor

El primer tractor que vi trabajar fue un Allis Chalmers de don Benigno López, en un terreno que tenía en el Chinal; pero había uno o dos más de la misma marca en el pueblo, después empezaron a llegar los tractores John Deere, los Massey Fergunson y los Ford. El tractor desplazó al tiro de mulas en la agricultura de Mocorito, el propio gobierno empezó a dar mayores facilidades para que los agricultores lograran comprar su tractor. El sonido de las cadenas y el argûende de los trabajadores que iban al campo desparecieron, ahora era el ruido de motores.

Con el tractor llegaron nuevas tecnologías como las semillas mejoradas, fertilizantes y pesticidas para el combate a las plagas, como los chapulines, que antes eran capaces de terminar una siembra.

Decía David Ricardo, el célebre economista Inglés, muerto en 1821, que cuando un trabajador era desplazado por el avance de las máquinas, siempre existiría un efecto compensación, esto es el trabajador se contrataba en la nueva actividad, esto opinaba en un principio, pero para cuando escribió su obra: Economía Política y Tributación, en 1817, señalaba que los trabajadores que son desplazados no encuentran acomodo en la nueva actividad, porque son necesarias otras habilidades, así los muleros no se convirtieron en tractoristas, además, el número de tractoristas era mucho menor que el de muleros. También, cuando una actividad se pierde, esto repercute en otras labores, la desaparición de este tipo de agricultura repercutió en forma negativa en los herreros, que en pueblo eran Lalo de la Cunda, don Alisandro Sillas y Nito Payán. Disminuyó la crianza de mulas, con ello, la desaparición del burro meso, encargado de engendrar la mula en una yegua.

El avance tecnológico del mundo implica una constante destrucción. La llegada del tractor significó un gran avance en la producción agrícola, pero también la destrucción de una forma de cultivar la tierra, un cambio en la organización del trabajo y una transformación en el modo de vida de la sociedad.

Profesor de la Facultad de Economía
y Estudios Internacionales UABC

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