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DE LA FUNDACIÓN DE EL ROSARIO

Por sábado 30 de mayo de 2020 Sin Comentarios

ENRIQUE HUBBARD URREA

Hace algún tiempo leí la noticia de que se había celebrado una reunión de cronistas en mi terruño, El Rosario, con motivo de la celebración del aniversario de la fundación del viejo mineral. Al parecer, durante ese evento el cronista del Pueblo Mágico desató un fuerte debate al afirmar que no existe evidencia de que un vaquero, llamado Bonifacio Rojas, hubiese descubierto la veta de plata que dio origen al mineral. Afirmaba el historiador que se trata de una leyenda, respetable, muy arraigada, pero sin sustento en evidencias. Pero precisamente porque se trata de una leyenda, tampoco es posible probar fehacientemente que no haya existido dicho personaje, ni que el descubrimiento de la veta haya acontecido como se narra.

Para acabar de complicar las cosas, lo que sí se puede demostrar es que ya había un asentamiento humano a orillas del Baluarte antes del año de la supuesta fundación, 1655. Esa villa se llamaba Espíritu Santo y precede a la fundación de El Rosario. Tengo muy vívido recuerdo de las veces que Don Adrián García Cortez (QEPD) me invitaba a tomar cartas en el asunto, aunque él se concentraba en lograr la precisión de las fechas, pues actualmente la fundación de mi ahora “Pueblo Mágico”, en 1655, quedaba datada muy detrás de otras poblaciones del Estado, cuando la realidad es que ya existía ese citado asentamiento en las márgenes del Río Baluarte.

No estoy seguro respecto de por qué me hizo Don Adrián blanco de sus sugerencias, cuando yo no soy cronista ni historiador, pero sospecho que le recordaba yo a mi padre, él sí cronista del pueblo e historiador aficionado. Se dice por ahí que tengo similitudes físicas y de expresión, muy peculiares en Don Carlos.

El caso es que, después de ponderar cuidadosamente las sugerencias de Don Adrián, preferí dejar latente y sin cuestionamiento la validez de la leyenda, apoyado, además, en lo que a continuación les cuento:

Pues bien, un pasaje de mi libro “Décadas”, especie de autobiografía narrada en tercera persona, parece reforzar la tesis de la leyenda, por una vía no del todo ortodoxa pero perfectamente aplicable. Va la narración:

Nacido de una leyenda vuelta fervor, cuenta ésta cómo un vaquero de nombre Bonifacio Rojas salió de la hacienda del Agua Verde a perseguir una vaquilla y en el trance perdió momentáneamente un rosario que de su cuello pendía. Para no detener su cabalgar arrojó el sombrero a guisa de marca del lugar del incidente y continuó la persecución hasta alcanzar a la bestia.

Al retornar al sitio, la noche se le venía encima y decidió pernoctar allí mismo; por la mañana, al remover las brasas, descubrió en ellas un preciado tesoro: ¡contenían plata! Fue ése el principio de una explotación minera de casi tres siglos, conocida como Real de Minas de Nuestra Señora del Rosario.

La historia del fortuito descubrimiento puede o no ser cierta, pero nadie puede probar de manera fehaciente que no haya acontecido. En mi eventual deambular por esos mundos (como diría Jardiel Poncela) al servicio de la patria, tuve oportunidad de constatar efectivamente el refrán: no hay nada nuevo bajo el sol.

Un día, el Representante en Belize (sic),de la Organización Panamericana de la Salud, un simpático peruano, me contó la historia de Cerro de Pasco, Perú. Se trata de un mineral que fue descubierto por un indio Inca, quien al deambular en busca de una Llama -ese peculiar animal de exclusividad andina-, lo sorprendió la noche y tuvo que buscar refugio en los confines de una cueva natural. Para su regocijo, por la mañana descubrió que ¡las piedras de su fogata contenían plata!

Curiosa coincidencia, ¿Verdad?

Bueno, es perfectamente posible que dos minerales de explotación española hayan sido descubiertos en parecidas circunstancias, sobre todo si se consideran las similitudes adicionales: En ambos casos, al independizarse de la Corona Española fueron norteamericanos quienes sustituyeron a los ibéricos en la explotación de la mina, que por cierto explica el origen de mi propio apellido. La misma empresa se hizo cargo de la explotación minera en ambas naciones: la American Smelting Co.

También es perfectamente aceptable que en el caso de El Rosario se trate de dos fechas, una la de la fundación por las huestes de Nuño de Guzmán de la Villa de Espíritu Santo, y otra el descubrimiento de la veta, que da origen a la fundación del mineral.

Sea como fuere, la historia da para mucho más. Espero que esta narración haya despertado la curiosidad de los cronistas y se profundice más en la investigación de esos hechos.

Va mi recuerdo cariñoso para Don Adrián.

Embajador de México en retiro

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