JESÚS ENRIQUE RUIZ CORTEZ
En época de gran incertidumbre mundial, producto del impacto económico, político y social que los países padecemos, a raíz del impacto del COVID-19, y que ha frenado, a la vez que ha acelerado distintos procesos de desarrollo; los Sistemas Educativos Nacionales fueron uno de los que se vieron impactados de una manera disruptiva, que obligó a pasar de un enfoque de educación básica prácticamente escolarizada a un sistema en línea y/o a distancia, desafío para el cual en nuestro país era impensable para estos tiempos, ya que no contamos con escenarios favorables para el logro de tales propósitos, la conectividad, la falta de equipamiento y sobre todo la falta de capacitación y de una cultura tecnológica de nuestros profesores; para ello la SEP, estableció la estrategia “Aprende en casa” el cual recibió la colaboración de Microsoft, poniendo a disposición la herramienta “Teams”, a Google Education y Google Classroom, Youtube, WhatsApp y Facebook, así como televisoras y radiodifusoras educativas, culturales y comerciales de México. Todo esto bajo la rectoría de la SEP, desde el portal https://educacionbasica.sep.gob.mx/ y a través de las plataformas:www.aprende.edu.mx;www. telesecundarias.sep.gob.mx y www.librosdetexto.sep. gob.mx.
En este escenario la SEP a través de la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros puso a disposición de los docentes, el MARCO PARA LA EXCELENCIA EN LA ENSEÑANZA Y LA GESTIÓN ESCOLAR EN LA EDUCACIÓN BÁSICA. PERFILES PROFESIONALES, CRITERIOS E INDICADORES PARA DOCENTES, TÉCNICOS DOCENTES Y PERSONAL CON FUNCIONES DE DIRECCIÓN Y DE SUPERVISIÓN. CICLO ESCOLAR 2020-2021, en otras palabras, “la docencia que queremos para la Nueva Escuela Mexicana”.
La cual presenta perfiles únicos de la docencia, de la función directiva y de la supervisión escolar, en cualquier nivel, tipo de servicio o modalidad en Educación Básica, los cuales incluyen los saberes necesarios que las maestras y los maestros, los directivos y los supervisores despliegan en el ejercicio de su quehacer profesional para alcanzar una educación de excelencia, entendida ésta, como aquella en donde todos los alumnos accedan a oportunidades de aprendizaje retadoras, duraderas y relevantes para su vida, trabajando los docentes en corresponsabilidad con otros actores educativos para lograrlo, incluyendo obviamente, a las autoridades.
Se espera que estos perfiles, dominios, criterios e indicadores representen lo más valioso de las funciones docente, técnico docente, directiva y de supervisión escolar, a la vez que den cuenta de un desempeño posible de llevar a cabo en las escuelas de Educación Básica en México, y de excelencia, dirigido al logro de los propósitos educativos con todos los alumnos en un marco de equidad, inclusión e interculturalidad.
El diseño de los perfiles, dominios, criterios e indicadores está orientado por una visión humanista sobre la labor profesional de las maestras y los maestros de educación básica, que se concreta en un conjunto de principios que se mencionan enseguida.
(1) Son personas que desarrollan una actividad profesional clave para el desarrollo de los individuos y de la sociedad. Su quehacer contribuye a garantizar el derecho a la educación de excelencia de las niñas, los niños y adolescentes. La sociedad requiere reconocer y valorar su trabajo, pues cuentan con competencias profesionales y con capacidad de inspirar a otros para actuar en la transformación social del país.
(2) Son servidores públicos conscientes de su responsabilidad social y educativa que buscan asegurar la igualdad de oportunidades educativas y la equidad como una condición de justicia social.
(3) Se les reconoce como personas con principios y valores, que son puntos de partida para las decisiones que toman cotidianamente en el trabajo con los alumnos y la gestión de la escuela, a fin de generar ambientes de aprendizaje basados en el respeto, la equidad, inclusión, interculturalidad y justicia.
(4) Ponen en el centro de su actuación el interés superior de las niñas, los niños, y los adolescentes; reconocen que estos son personas integrales con características personales, sociales, culturales y lingüísticas, ritmos de aprendizaje, condiciones de salud y familiares; que cuentan con saberes, experiencias de vida, talentos y potencialidades, que aportan diversidad al aula y a la escuela que debe ser retomada para la formación integral y de excelencia.
(5) Cuentan con saberes obtenidos en su formación inicial y continua, y con la experiencia que le brinda enfrentar los retos de su labor docente, directiva o de supervisión escolar; con capacidad para aprender de manera permanente en la práctica, interactuar con los alumnos, con colegas y la comunidad, en su crecimiento profesional, al realizar estudios académicos y participar en procesos de formación, actualización y capacitación para el mejor ejercicio de su función.
(6) Ejercen su labor en una variedad de contextos sociales, culturales, lingüísticos y educativos; los colectivos docentes de los que forman parte, los alumnos y sus familias, reflejan la diversidad que caracteriza las regiones del país, y por ello, son personas que reconocen la composición pluricultural de la nación mexicana y aprecian los aportes de las diferentes culturas a la humanidad.
(7) Son agentes clave de una comunidad que se organiza y participa para favorecer el máximo logro de aprendizaje de todas las niñas, los niños y adolescentes, por lo que asumen en su actuar profesional, principios y valores democráticos como el diálogo, la participación y la toma de decisiones que contribuyan al bien común.
Estos perfiles están soportados en una serie de Dominios, Criterios e Indicadores y estos en su conjunto, definen el tipo de profesor que requiere la Nueva Escuela Mexicana, un profesor que garantice la educación de excelencia, para lo cual, sin duda alguna, van a requerir de una capacitación y actualización en competencias docentes, que la gran mayoría de ellos no las han alcanzado, pero además, van a requerir de una convicción que les permita mantener una mentalidad activa, emprendedora, abierta permanentemente para aprender (ACTUALIZARSE) y también para trabajar colaborativamente, con directores, asesores técnicos pedagógicos y padres de familia; en suma, una mentalidad que en los últimos veinte años no hemos visto, ya que, por ejemplo: en el 2002-2004, se diseñó el Programa de Educación Preescolar (PEP 2004), y por primera vez aparecen los principios pedagógicos para la práctica docente, pero en el 2010, el extinto Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), presentó resultados de una investigación denominada “La Educación Preescolar en México. Condiciones para la enseñanza y el aprendizaje” y en su capítulo # 8, establece que el 90% de sus docentes no tenían alineadas sus creencias docentes a los fundamentos y principios pedagógicos de la Reforma de Preescolar, es decir, en la práctica escolar sólo el 10% de los docentes de este nivel, estaban en consonancia con el enfoque pedagógico planteado. En el 2011 se presenta la Reforma Integral para la Educación Básica (RIEB 2011) y en ella se establece la importancia de 12 Principios Pedagógicos como elementos fundamentales para la implementación del currículum, la mejora de la práctica docente, alcanzar los aprendizajes esperados y elevar la calidad de la educación, y los resultados que nos constan, -ya que trabajamos con alrededor de 3000 profesores de educación básica durante ese periodo (2011/2016)-, es que más del 90% de estos profesores no asumían tales principios, ya que no tenían el conocimiento y la claridad suficiente de ellos y mucho menos cómo podían hacer evidente su aplicación, es decir, los “como en la práctica”. Para el año 2017, con el Nuevo Modelo Educativo para la Educación Obligatoria, también plantearon 14 principios pedagógicos que la mayoría de los docentes no conocieron, a pesar de que varios de ellos, se repetían y, que, a decir de algunos expertos, si no se transforma con ellos la cultura pedagógica, las Reformas Educativas no rendirán los frutos que buscan. De ahí que un factor clave del cambio, de acuerdo con estos expertos, es poner en marcha en las escuelas y las aulas los principios pedagógicos de la Nueva Escuela Mexicana, para contrarrestar la influencia de prácticas sustentadas en la mecanización, la repetición y la memorización; favoreciendo la renovación de los ambientes de aprendizaje y que en las aulas se propicie una educación de excelencia, entendida ésta, como aquella que da a todos los alumnos oportunidades para que accedan a aprendizajes retadores, duraderos y relevantes para la vida, y para ello se requiere de: capacitación y actualización permanente, sistemática y rigurosa, para que el docente reconozca al estudiante como parte esencial y la razón de ser de la práctica pedagógica, es decir, poner al estudiante y su aprendizaje al centro del proceso educativo y lo saque con el apoyo de su director, ATP y supervisor, de ese gran rezago educativo en el que hoy se encuentran.