SOFÍA MIRELES GAVITO
El pasado 29 de febrero del 2020 los cronistas fuimos a la ciudad de Motozintla con el objeto de asistir y participar en el XX Encuentro estatal de cronistas con motivo de la conmemoración de los 400 años de fundada esta ciudad.
Algunos cronistas salieron de Tuxtla Gutiérrez desde el viernes 28 a las 10 de la mañana; otros salieron desde la costa del estado, unos desde Tuxtla Chico, pasando a recoger al cronista de Villa Comaltitlán en la ciudad de Huixtla, y desde ahí subir la sierra y llegar a Motozintla. Yo salí desde Tonalá, rumbo a Huixtla, y luego a nuestro destino. El trayecto es largo, alrededor de 7 horas desde la capital, porque Motozintla está enclavada en medio de la Sierra Madre de Chiapas, tiene una altitud de 1,300 metros sobre el nivel del mar; su orografía es totalmente accidentada. Desde tiempos prehispánicos, Motozintla era un sitio de paso natural de la Sierra Madre, existía un camino entre Huixtla y Motozintla, y que sigue el cañón y el río; a través de Huixtla, Motozintla se comunica con el Soconusco y por Comalapa, se comunica hacia Comitán, San Cristóbal y Guatemala.
La historia de la fundación de Motozintla de Mendoza data de 1620, en el lugar en donde se encontraba la estancia ganadera San Francisco, de tal manera que se le llamaba San Francisco Motozintla. Esta población perteneció al distrito de Quetzaltenango, Guatemala hasta que al efectuarse el tratado de límites México- Guatemala en 1884, Motozintla pasó a formar parte del Departamento del Soconusco; y en 1890 lo anexan al Departamento de Comitán.
En 1912, Motozintla es elevada a la categoría de Villa con el nombre de Motozintla de Romero; y en 1926 recibe el nombre de Motozintla de Mendoza, en memoria del revolucionario y luchador con ideas a favor de los obreros Ismael Mendoza Sánchez. Es hasta el año de 1954 que el gobernador Efraín Aranda Osorio la eleva al rango de ciudad.
Yo había visitado a Motozintla, cuando era Directora de la Casa de la Cultura de Tonalá y fui con el grupo de danza folklórica de esta institución a presentar unos bailables a la feria comercial el 7 de marzo de 1987. En ese año, Motozintla era una ciudad pequeña con pocos atractivos, nada más tenía un hotel para atender a los visitantes, era el Hotel Victoria. Ahí nos hospedaron y tuvimos que dormir compartiendo los cuartos con los miembros del grupo de danza y sus padres. Me acuerdo, que las carnes y verduras las subían en carretera desde la ciudad de Huixtla. Eso sí, tenían y tienen todavía, un buen y delicioso café, ya que allí se encuentran seis fincas cafetaleras: cinco son del siglo XIX, las fincas Nueva España, El Vergel, La Victoria, La Esperanza y Ludbeka; y la otra del siglo XX, La Fortuna. Existieron otras fincas como: Santa Isabel, La Bandera, Menacal Llano Grande, Bélgica, Belén y San Antonio Tiuxcún.
Ahora, que asistí con mis compañeros cronistas, noté que Motozintla ha crecido mucho en el transcurso de los últimos treinta años, ya que hay más hoteles, y algunos tienen las comodidades de hoteles de 5 estrellas; igualmente, hay más restaurantes y mejores servicios en general.
El XX Encuentro de cronistas se realizó en los corredores de la planta baja de la Casa de la Cultura, que actualmente funciona como Palacio Municipal, ya que el edificio del Palacio fue quemado el 1 de octubre del 2012 por gente que no estaba de acuerdo con los resultados de las elecciones a Presidente Municipal. En ese incendio, se quemaron los archivos municipales.
Los primeros en participar fueron los niños y jóvenes en la mesa de la crónica infantil y juvenil; luego llegó la Regidora de la comisión de cultura, quién dio la inauguración del Encuentro en representación del Presidente Municipal, Ing. Jorge Luis Villatoro Osorio. Posteriormente, se leyeron los trabajos con los temas siguientes: actividades productivas y el comercio en la región; paisaje natural como patrimonio cultural, problemática del medio ambiente en mi municipio y tema libre.
En la noche, nos invitaron a cenar en la Casa Museo de Don Herme, Hermelindo Roblero, donde encontramos artesanías, esculturas en madera y de raíces. Ahí, Don Herme nos enseñó su taller, con sus obras. Ahí nos explicó que lo único que se vende son las artesanías; pero las esculturas en madera o raíces no las vende, porque son obras únicas e irrepetibles. Después de recorrer el museo, cenamos un delicioso pollo horneado, todo amenizado con música de baladas. Al final, agradecimos la hospitalidad y la amabilidad de abrirnos las puertas de su Museo. Al día siguiente, domingo 1 de marzo, después de desayunar, cada uno de los cronistas regresó a su ciudad.
* Cronista de Tonalá, Chiapas