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PLANTAS MEDICINALES EN SINALOA

Por martes 31 de marzo de 2020 Sin Comentarios

SARA AVILÉS GAXIOLA

El uso de plantas con el fin de curar y prevenir diversas enfermedades comenzó desde los inicios de la humanidad. Esta práctica es considerada como el origen de la medicina moderna y, aunque en menor medida, continúa en la actualidad, donde el uso de plantas medicinales ha sido estudiado y documentado en todo el mundo. La diferencia entre la medicina moderna y la medicina herbolaria es que mientras la primera se basa en el uso de compuestos específicos, la segunda se basa en el uso de partes enteras de plantas. Algunos de estos compuestos específicos, fueron por primera vez aislados de plantas. Por ejemplo, el ácido acetilsalicílico conocido popularmente como aspirina(de corteza de árbol de sauce), la digoxina (de la planta dedalera), la quinina (de corteza del arbusto cinchona) y la morfina (de la planta amapola), usadas para tratar fiebre, insuficiencia cardiaca, malaria y dolor, respectivamente.

Debido a la demanda de medicamentos conforme aumentó la población, fue necesario comenzar a sintetizar químicamente el principio activo, revolucionando la atención médica en la mayor parte del mundo. Sin embargo, grandes sectores de la población en los países en desarrollo, que equivalen al 80% de la población total, aun recurren a plantas medicinales para el tratamiento de padecimientos diversos. Los países más reconocidos por mantener esta tradición a lo largo del tiempo han sido Cuba, Tailandia y China.

En la última década la medicina tradicional se ha hecho nuevamente presente y su regreso a occidente y a países desarrollados, es inminente. Hoy en día el consumidor demanda productos naturales principalmente por los efectos adversos propiciados por el uso de fármacos sintéticos.

Una ventaja para la medicina herbolaria es que actualmente se cuentan con métodos de química analítica para conocer la composición de las plantas y los compuestos que ejercen un efecto benéfico a la salud. Así como con ensayos biológicos y moleculares que permiten conocer su mecanismo de acción y la dosis adecuada para el tratamiento de diversas enfermedades, haciendo a esta disciplina, más segura y confiable.

Un aspecto importante, es que cada población recurre a plantas endémicas y nativas a su región, debido a la disponibilidad y facilidad de uso. Por esto, es importante conocer las plantas y hierbas que se tienen al alcance.

En Sinaloa, se cuenta con plantas cuyas propiedades medicinales han sido ya estudiadas y reportadas. A continuación, algunas de ellas.


El género Jatropha está constituido por alrededor de 170 especies. El nombre de esta planta se deriva de las palabras griegas “jatros” y “tropha” que significan doctor y alimento, respectivamente. En Sinaloa su presencia es abundante en Estación Dimas, El Quelite y La Campana, principalmente la especie Jatropha curcas. Pobladores de esta zona reportaron el uso de la raíz para atenuar los síntomas de infecciones como la diarrea. Y recientemente estudios científicos han demostrado que esta planta contiene mezclas de diferentes compuestos químicos que pueden actuar individualmente y en conjunto para mejorar la salud. Estas moléculas son principalmente ésteres de forbol, terpenos y flavonoides.

Se ha confirmado que la raíz y que la corteza del tallo de esta planta tiene el potencial para curar infecciones microbianas, mientras que infusiones a partir de sus hojas promueven curación de heridas, fiebre, reumatismo e incluso se ha reportado que promueven la lactancia. Por otro lado, sus frutos y semillas ayudan en el tratamiento de la artritis y como producto tópico promueven a la desinflamación de quemaduras.

En México se le conoce como “aguama”. Los frutos de esta planta se dan en Sinaloa, principalmente en Navolato, Mocorito y Sinaloa de Leyva entre los meses de mayo a noviembre. Estos frutos han sido ampliamente utilizados en medicina herbolaria, considerándose como un recurso abundante y poco aprovechado. El uso tradicional de esta planta es hervir los frutos en agua y utilizar el extracto para el tratamiento y alivio de la tos, escorbuto, diabetes y enfermedad del riñón. La infusión de hojas hervidas ha sido también utilizada para tratar enfermedades parasitarias y espasmos. Estudios recientes han mostrado la capacidad de la pulpa del fruto de aguama para el tratamiento de infección por hongos al ser aplicada como tópico o crema. Además, se considera una fuente alta de vitamina C, fibra y de minerales como calcio, magnesio, manganeso y zinc. También se ha comprobado la capacidad de esta pulpa para combatir infecciones bacterianas, sirviendo para aliviar desórdenes gastrointestinales y fiebre tifoidea. La actividad antibacteriana y antifúngica del fruto de aguama ha sido asociada a proteínas presentes en el mismo.

Mejor conocido como árbol de Neem y principalmente distribuido en el centro y norte del estado, ha sido utilizado tradicionalmente para el tratamiento de enfermedades dermatológicas, hipertensión y diabetes. Tras estudios científicos estos efectos fueron comprobados y han sido mayormente atribuidos a un compuesto en particular, un nortriterpenoide llamado azadiractina. Se ha reportado que las hojas del árbol de neem contienen otros compuestos con alta actividad antioxidante, lo que supone un retardo en el envejecimiento celular. Se recomienda colocarlas en agua caliente (90ºC) y dejarlas reposar 15 minutos para posteriormente beber la infusión.

El aceite de la semilla, así como las infusiones a partir de la hoja han mostrado que, tras 4 semanas de consumo, reducen el nivel de glucosa en la sangre. De igual manera la infusión de las hojas reduce el colesterol y los triglicéridos en sangre. Infusiones de la corteza del árbol de neem han mostrado capacidad contra procesos tumorales e inflamatorios.

Conocido como Venadillo, se localiza en los bosques secos y húmedos tropicales de las costas del Pacífico del estado de Sinaloa. Este árbol es una fuente de madera para la construcción de muebles y ha sido utilizado como árbol medicinal. El aceite de su semilla es considerado altamente nutritivo tras estudios científicos que afirman un alto contenido de ácidos grasos esenciales, principalmente linoleico y linolénico. Mostrando un uso promisorio principalmente por la capacidad de estos ácidos grasos de disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre, beneficiando a pacientes con riesgo de enfermedades cardiovasculares. El consumo de su semilla promueve también la disminución de glucosa en sangre. Este efecto se debe a compuestos conocidos como limonoides.

Conocido también como “el árbol de la vida” o “árbol milagroso”, es altamente valorado y distribuido por todo el estado, principalmente en Culiacán, Mazatlán y San Ignacio. El consumo y el uso de esta planta han aumentado a lo largo de los años, tanto que hoy en día se usa como suplemento alimenticio siendo vendido en centros de consumo urbano.

Las hojas de este árbol han demostrado ser benéficas en el tratamiento de afecciones crónicas como hipercolesterolemia, presión arterial alta, diabetes, enfermedad hepática, cáncer e inflamación. Estos efectos se deben a fitoquímicos con propiedades nutracéuticas, como polifenoles, carotenoides y glucosinolatos. Las hojas de Moringa oleifera contienen 7 veces más vitamina C que las naranjas y 25 veces más hierro que las espinacas.

Por su parte, las semillas de Moringa oleifera son una fuente alta de proteína, lípidos y vitaminas A y E. Debido a lo anterior, se recomienda su uso como aceite de cocina en sustitución a otros como el de oliva. Además, se ha reportado que la harina de la semilla mantiene niveles normales de glucosa en sangre, reduce la inflamación e inhibe el crecimiento de cáncer de colon e hígado, lo anterior asociado a la presencia de compuestos como taninos y glucosinolatos.

Es un árbol nativo de México que crece entre 2 y 6 metros. La presencia de Randia echinocarpa se da en el pacífico mexicano en estados como Sinaloa, donde su fruta es conocida como “papache” y su uso ha sido recomendado por años como fitoterapia para el remedio de enfermedades circulatorias, diabetes, cáncer y úlceras estomacales.

Estudios científicos muestran que extractos acuosos del fruto tienen también poder cicatrizante. Los compuestos a los cuales se le atribuye su bioacividad son mannitol, y ácidos quinovico, oxoquinovico y ursolico.

Este fruto ha sido objeto de estudio por investigadores sinaloenses durante los últimos 20 años. Mediante esta ardua investigación se ha determinado que el papache tiene propiedades antiinflamatorias, hepatoprotectoras y anticancerígenas. Además, se reporta que contiene compuestos como melaninas solubles relacionadas a la protección contra rayos ultravioletas y al tratamiento de diabetes.

Conclusión

A pesar de los numerosos estudios que demuestran la capacidad de las plantas medicinales del estado de Sinaloa para el tratamiento de una amplia variedad de enfermedades, respaldando así las afirmaciones tradicionales, la mayoría de ellas no han sido validadas adecuadamente mediante ensayos clínicos, por lo que aun falta conocer detalles como las dosis adecuadas para el tratamiento de los ya mencionados padecimientos. Debido a esto, es necesario continuar con el estudio y la investigación de estas plantas para su correcto aprovechamiento.

Estudiante del Doctorado en Ciencias en el CIAD-CONACYT en Culiacán, Sinaloa

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