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MÚSICA Y FERVOR SANTA CECILIA, PATRONA DE LOS FILARMÓNICOS DE MOCORITO Y EL MUNDO

By sábado 30 de noviembre de 2019 No Comments

JUAN CARLOS GONZÁLEZ GASTÉLUM

Con especial dedicación a mis músicos favoritos: Omar Alan, Aldo Uriel y Gael Antonio, mis hijos.

Cuando se escucha el nombre de Santa Cecilia, surge inmediatamente una relación con la música. Así sucede en Mocorito, pueblo tradicionalmente ligado a la actividad de Orfeo, personaje mitológico de la Grecia antigua hijo de Apolo y Caliope; era capaz de dominar las fieras y de brindar paz a los hombres cuando ejecutaba su lira.

La Santa en mención es la Patrona de los músicos; según he encontrado, esta noble mujer el día que contrajo matrimonio –aunque no deseaba casarse- al escuchar las ejecuciones de los músicos, “cantaba con el corazón”, a decir del Papa Gregorio XIII había demostrado una atracción irresistible hacia las armonías melodiosas de los instrumentos; su sensibilidad y pasión demostrada por los acordes musicales le valieron para que fuese nombrada como el símbolo de la música.

Decía líneas arriba que en Mocorito hay una gran tradición musical, eso se puede verificar por medio de la costumbre oral o bien en lo que se encuentra asentado en muchos pasajes de la historia y que cada año se vivencia con las actividades que en honor a este día se organiza.

Ejemplo de buenos músicos que esta tierra ha dado los podemos encontrar en varios integrantes de una familia que destaca por sus aportes: los Rubio. De esta prestigiosa familia han surgido talentosos músicos, ejecutantes de los instrumentos propios de la llamada en sus principios tambora sinaloense y hoy en día como banda de música sinaloense. En estos tiempos que nos ha tocado atestiguar, el profesor Víctor Manuel Rubio ha sabido perpetuar y hacer crecer el número de filarmónicos dedicados a este género musical.

No podemos desdeñar a los músicos que han alegrado con guitarra, tololoche y acordeón a tantas generaciones de bohemios empedernidos que ya sea en el bar “embrujo del Évora” o en las plazas, callejones o banquetas,pidiendo las canciones que a pesar del paso inexorable del tiempo siguen frescas en la memoria y el gusto de nuestra gente; los Hermanos López del Chinal son un ejemplo de lo que aquí escribo.

Pero regresando a la fiesta de Santa Cecilia, las actividades que el sindicato de filarmónicos organiza resultan muy representativas: desde la víspera al 22 de noviembre se reúnen los matrimonios en una organizada romería en la que se ofrece una celebración eucarística en las instalaciones del mencionado sindicato que se ve abarrotado y la calle se tiene que cerrar para que los asistentes a esta importante reunión, tengan oportunidad de disfrutar en pleno. Las bandas que se encuentran inscritas en esta agrupación se dan a la tarea de ofrecer una serenata que se prolonga hasta altas horas de la madrugada. El sindicato lleva por nombre el de uno de los mejores clarinetistas de nuestro pueblo, Don Margarito Lozoya.

Por cierto, en casa de la familia Lozoya se realiza una velación que año con año ha ido creciendo. El hogar de Don Rosario “Chayo” Lozoya a quien me tocó conocer y quien para muchos ha sido un ejecutante del trombón con un estilo muy notable por la facilidad que hacía salir notas de ese instrumento a quien pocos lo han podido igualar. Doña Consuelo Avendaño, esposa de este reconocido músico, junto con sus hijos y nietos se ha dedicado desde hace ya muchos años a organizar una velación que es ya una tradición y que reúne muchos familiares e invitados en una capilla dentro del hogar que se ha construido exprofeso para rendir agradecimiento a la protectora de los filarmónicos.

En realidad los festejos se realizan el 21 y 22 del penúltimo mes del año, el mero día, se realiza una muy vistosa peregrinación de fieles, familiares y por supuesto músicos quienes van turnándose la angarilla en la que pasean por las calles la imagen a la que en cada salida a tocar se encomiendan para que este trabajo que ellos realizan sea el adecuado y que puedan ir y regresar con bien.

El trabajo del músico es a veces subvalorado pues es mucho el esfuerzo que realizan y las privaciones que tienen. Para nadie es ajeno que mientras ellos con sus notas divierten a los asistentes a una fiesta o bien acompañando a alguien hasta su última morada, ellos dejan de estar presentes en las ocasiones familiares o en fechas importantes porque como reza el eslogan: “la música viva, siempre es mejor”.

* Profesor Universitario y Escritor

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