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SINALOA EN SUS ONCE RÍOS

By jueves 31 de octubre de 2019 No Comments

OSCAR LARA SALAZAR

S inaloa, hermosamente inclinado de las montañas al mar, lo atraviesan once ríos a los cuales les debe su maravillosa fertilidad. Once rajaduras por donde rueda el agua de la sierra a la costa para hacer detonar la revolución verde que nos eleva como los líderes de los granos y las hortalizas de México. Echaré mano de la potamología, que es la ciencia que estudia los ríos, para dar a conocer el significado del nombre de cada uno de nuestros once afluentes. Que bien vale la pena conocer o cuando menos repasar.

RÍO SINALOA. Petatlán fue el nombre más antiguo de este río, La palabra procede del idioma azteca: “Petla- tlán”; “Petlatl”, petate; “Tlán”, junto: “junto a los petates”. El conquistado Diego de Guzmán fue el primer español que descubrió la región y le puso por nombre río del Señor Santiago, que no se retuvo en las cartas geográficas.

Su longitud aproximada es de 420 kilómetros., desde su nacimiento en la serranía en Chihuahua hasta su desembocadura en el Golfo de California.

RÍO MOCORITO. Antiguamente se llamó San Sebastián de Evora, debido a que en el año de 1531, Don Diego Fernández de Proaño, alcalde de la Villa de San Miguel de Culiacán, envió de encomendero y poblador de la región a Sebastián de Ëvora, que impuso su nombre al río. Después se le llamó Río Mocorito, que significa “lugar de muertos”, según la etimología cahita, en triste recuerdo de aquella espantosa carnicería de indios que a su paso por el lugar cometió sin beneficio ni justificación el conquistador don Francisco Vázquez de Coronado.

Tiene su nacimiento en la Sierra de Parras y termina en el Puerto de Playa Colorada. Con una longitud de 108 kilómetros.

RÍO HUMAYA. El nombre de este río procede del idioma azteca y está compuesto de “home”, dos “atl”, agua, y la partícula “yan”: “om-a-ya”, lugar de dos ríos. Los indios llamaban al río Humaya: “Hueitl”, agua o río grande o también Orabá. En la confluencia de este río con el Tamazula fundó Nuño de Guzmán en 1531 la Villa de San Miguel de Culiacán.

Desde su nacimiento en la serranía del Mineral de las Palmas, Estado de Durango, tiene una longitud de 280 kilómetros.

RÍO TAMAZULA. Nace en la sierra y valle de Topia, al norte del Real de Minas del mismo nombre, y al pasar por el pueblo de Tamazula toma este nombre. Don Alonso de la Mota y Escobar, en 1602, aseguró que los naturales lo llamaban Batacudea y los españoles río de Topia. Arregui, en 1621, lo llamó río Ytlaxa.

Tiene una longitud de 280 kilómetros. El lugar exacto de su nacimiento se origina por los río de Síanuri y Topia, en el Estado de Durango, pasa por el pueblo de Tamazula y se une al río Humaya frente a la ciudad de Culiacán.

RÍO CULIACÁN. Se forma en la confluencia de los ríos Humaya y Tamazula, frente a la capital del Estado, cambia la dirección de estas corrientes hidrográficas por la del oeste, que conserva hasta el pueblo de Navolato de donde se dirige al sur, inclinándose al sureste, para desaguar en el Golfo de California, frente a la península de lucenilla que cierra la bahía del Tule.

En su curso toca los poblados de Bachigualato, Aguaruto, Navolato, el Bledal, la Pipima y el Castillo.

RÍO SAN LORENZO. A este río lo llamó don Alonso de la Mota y Escobar, en 1602, río Tabalá, que lo tomó de un pueblo sujeto a la doctrina y justicia de Elota. Esta corriente ha sido llamada por los indígenas con el nombre de Cihuatlán, que significa lugar de mujeres y, en algunos lugares, le llamaban también de Alayá y de las Vegas por pasar por poblados de estos mismos nombres. En su nacimiento, dentro del estado de Durango, recibe el nombre de río de los remedios. Igualmente es conocido por río de Quilá y en su desembocadura tiene el nombre de río Navito.

Desde su nacimiento en la Sierra de Durango baja por las minas de San Andrés y hasta su desembocadura en la Boca de Navito, en la extremidad norte de la Bahía de Quevedo, tiene una longitud de 156 kilómetros.

RÍO ELOTA. El nombre de este río procede de la palabra azteca “elotl”, que significa mazorca de maíz que tiene ya cuajados los granos y de la abundancia “ta” o “tla”: lugar de elotes, elotal, aplicado en un principio al pueblo y después al río que algunos llamaban también, en una parte de su curso, río de cogota. Parece ser que los indios lo conocieron con este último nombre.

Desde su nacimiento en las sierras del Estado de Durango hasta la desembocadura en el mar, tiene una longitud de 221 kilómetros.

RÍO PIAXTLA. El nombre de este río lo recibe de un pueblo de indios situado a su rivera, aztequismo compuesto de “piaxtli” y la abundancia “tla”, que significa lugar donde abunda una especie de calabazas largas y delgadas, propias de la región. Perteneció a la Nueva Vizcaya en 1621.

Desde su nacimiento en la sierra madre occidental, después de recorrer 203 kilómetros, termina en boca o barra de Piaxtla, en el Golfo de California.

RÍO PRESIDIO. Tomó este nombre desde la época en que se estableció el Presidio de la Purísima Concepción de Mazatlán, en 1576 por orden del Gobernador de nueva Vizcaya, don Hernando Bazan . Anterior a esta fecha era designado, por lo indios con el nombre de río de Sacanta, y así aparece en algunas crónicas. Recibe los nombres de río Mazatlán, de Villa Unión, y en su desembocadura el de río Barrón.

Tiene su nacimiento en la serranía del estado de Durango y hasta su desembocadura, a cinco leguas al S.E., del puerto de Mazatlán, recorre una longitud de 167 kilómetros.

RÍO BALUARTE. Conocido también con los nombres de río Chametla y Rosario. En sus márgenes fue descubierto el famoso mineral “El Tajo” el 3 de agosto de 1655. En un cerro inmediato a su desembocadura existe un peñasco donde la tradición asegura su formalidad histórica, que allí estuvo sentado Hernán Cortés cuando contempló, por primera vez, el mar del Golfo que había de llevar su nombre.

Desde su nacimiento en la Sierra Madre Occidental, estado de Durango, desde los límites de estado de Sinaloa hasta su desembocadura en el Océano pacífico mide una longitud de 155 kilómetros.

RÍO DE LAS CAÑAS. Conocido también con los nombres de Teacapán y Bayona. Sirve de límites en 35 kilómetros, entre los estados de Sinaloa y Nayarit.

Su longitud, tomando como punto de partida la Sierra de San Francisco, Nayarit, hasta su desembocadura en el estero de Teacapán, es de 72 kilómetros. Son sus afluentes los arroyos de Juamecate, Potrero Grande, San Francisco, el Caimán y Pancho Lorenzo. Y toca los pueblos de Guajicori y La Concepción.

Sinaloa sobresale por contar con once importantes ríos, que significan no solo desembocaduras de agua, sino esperanza y destino para que la revolución verde de nuestros campos sea garantía de mejor porvenir para los hombres y mujeres que viven en el campo y para los que viven del campo. Lástima que algunos de nuestros ríos, con el tiempo se van convirtiendo en pobres arroyuelos, pero el poder de la naturaleza, que todo lo puede nos concederá algún día verlos rugir de nuevo como en sus épocas de gloria.

* Cronista de Badiraguato

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