“Brilla en sus textos un arte apoyado en la paradoja, la delicadeza, la elegancia, la brutal virtud de la palabra inesperada”. FELIPE GARRIDO
Hay poetas a los que independientemente de la fama, el referente por regla general es relacionado con un poema en particular: Salvador Díaz Mirón “A Gloria”, Jaime Sabines “Los amorosos”, Ramón López Velarde “La Suave Patria”, sentido y amoroso canto a la mexicanidad, en el que se amalgaman el drama, lo folclórico y festivo, a semejanza de una multicolor acuarela viva, tal como la concibió el poeta.
Ha habido seudocríticos que han enjuiciado su poesía, de sensiblería provinciana, en cambio, han surgido voces del rango intelectual de Xavier Villaurrutia, Octavio Paz ambos poetas laureados, entre otros, quienes en lúcidos y penetrantes estudios, han exaltado la trascendencia de su obra poética, y el sitial entre los consagrados.
Por otra parte, haya sido por desconocimiento o falta de difusión, nos habíamos privado del placer estético de su deslumbrante prosa, que confirma la calidad de hombre de letras. Ante las tradicionales celebraciones de septiembre, y por considerar propicio el tiempo, seleccioné el texto “Novedad de la Patria” del cual transcribo lo siguiente:
“Hijos pródigos de una patria que ni siquiera sabemos definir,
empezamos a observarla. Castellana y morisca, rayada de azteca,
una vez que raspamos de su cuerpo las pinturas de olla de silicato, ofrece –
digámoslo con una de esas locuciones pícaras de la vida airada- el café
con leche de su piel.
“La alquimia del carácter mexicano no reconoce ningún
aparato capaz de precisar sus comportamientos de gracejo y solemnidad,
heroísmo y apatía, desenfado y pulcritud, virtudes y vicios, que tiemblan inermes ante la amenaza extranjera
como en los Santos lugares
de la niñez temblábamos al paso del perro del mal”.
Ramón Modesto López Velarde Berumen, nació en Jerez, Zacatecas, el 15 de junio de 1888; seminarista, abogado, funcionario público, murió en la Ciudad de México el 19 de junio de 1921, de bronconeumonía de acuerdo al certificado médico, aunque hay otras versiones; el 15 de junio de 1963, sus restos fueron trasladados a la actual Rotonda de las personas Ilustres.
* Autor sinaloense