JUAN SALVADOR AVILÉS OCHOA
El cronista José Ramón Velázquez, nos consigna en su libro Apuntes de Mocorito, que originalmente el panteón se encontraba como en todos los asentamientos españoles junto a la iglesia. En este caso, en el terreno que hoy ocupa la plazuela Miguel Hidalgo. Cuenta el cronista, que en los años treinta platicó con personas que les tocó conocer el cementerio, y le relataron que en él había tumbas antiquísimas hechas durante la colonia. En la década de 1850 se pensó en cambiar el panteón a otro lugar, sin embargo fue hasta la década de los sesenta cuando se hizo dicho cambio a la actual ubicación.
Sin embargo varias tumbas habían quedado frente a la iglesia. Recordemos que antes de las Leyes de Reforma, los panteones eran administrados por la iglesia católica, así es que al hacerse cargo el gobierno de la administración de estos lugares, la reubicación de las tumbas fue forzosa, ya que se quería hacer una plaza de armas ahí frente a la iglesia, así es que fue al principio del siglo XX cuando se trasladan los últimos restos a este lugar.
A continuación se enlistan los registros documentales más remotos sobre los entierros en el panteón colonial durante el año de 1747, que se encuentran inscritos en el libro cuarto de difuntos del pueblo de San Miguel de Mocorito, levantados de puño y letra por el padre Joseph Garfias, que se ubica en el archivo parroquial de la iglesia de Mocorito, en dos cajas que contiene la Sección Sacramental Defunción, una que comprende los años de 1747 a1839 y la otra, de 1833 a 1972.
El dato más antiguo que se anota en el libro mencionado dice: “El 20 de enero de 1747 con beneplácito del Sr. Cura de San Benito y sin perjuicio de sus derechos parroquiales, se enterró en el cementerio de esta iglesia Justa Rufina López, hija de Pasqual López Guzmán y de María Serafina López de Alcala. Fue mujer de Nicolas de la Vega, hijo de Nicolas de la Vega y de María Rosa Urías, vecinos de Sinaloa”.
Enseguida, cuidando conservar, en algunos casos, la escritura original, se asientan el resto de las defunciones del citado año, anotando nombre, breves datos sobre el fallecido y fecha de sepultura.
María. Viuda de Gabriel, caporal. Sepultada el 6 de febrero.
Pedro Melchor. Natural de este pueblo. El 9 de febrero.
Phelipa. Mujer de Juan Ascencio, naturales de este pueblo. El 26 de febrero.
Juan Quintana. Mulato libre natural de la villa de Culiacán, un pasajero que murió en el pueblo. 30 de abril.
Martín. Mayo natural de Tehueco, marido de Teresa natural de Santa Cruz de Mayo. 4 de junio .
María Francisca Xaviera Gonzales. Mulata, hija de Simón Tadeo Gonzales y de Josepha Gurrola ya difunta, mulatos, era esposa de Nicolas de la Parra mulato vecino de Casa Vieja. 9 de julio.
Anna María. Párvula española, hija de padres no conocidos. 20 de julio.
Francisco. Párvulo, hijo de Domingo y Beatriz, naturales de este pueblo. 24 de julio
Lucía. Mujer de Gregorio, naturales de Santa Cruz de Mayo, murió yendo de camino en el rancho llamado Caitime. 3 de septiembre.
María Teresa hija de Nicolás Parra y de María Xaviera Gonzales, mulatos feligreses de esta parroquia. 16 de septiembre.
Gaspar López. Soldado del presidio de Sinaloa, hijo de Lucas López y de María de Villanueva, vecinos del Valle. 1 de octubre.
Thomas. Párvulo hijo de Francisco Valenzuela y de María Antonia Leal, vecinos de la Huerta. 9 de octubre.
Juan Eduardo. Párvulo hijo de B. Coyote y de María Gertrudis, india, vecinos de Santa Rosa. 14 de octubre.
Gerónimo. Párvulo hijo de Martín y Anna María, residentes del rancho Guarachas. 23 de octubre.
Juan Lorenzo. Natural de Tehueco, marido de Petra natural de Echojoa, ambos residentes en Mocorito. 6 de noviembre.
Juana Alberta. Párvula hija de Thomas Gonzales y de María Fermina López, mulatos vecinos del Palmar. 18 de diciembre.
María Constancia. Párvula, murió en el Palmar de los Gonzales, hija de Ignacio Francisco y Juana Isabel, naturales del pueblo de Tamazula y sirvientes en dicho Palmar.
El padre Joseph Garfias continúo encargado de la iglesia hasta el año de 1760. En 1761 es sustituido por el sacerdote de origen checo Francisco de Paula Hlawa quién permaneció al frente de la misión hasta 1767, año en que fueron expulsados los jesuitas de la Nueva España.
A la salida del misionero, el templo quedó a cargo del cura Cristóbal Espinoza de los Monteros.
* Cronista y Presidente de la Corresponsalía en Mocorito del Seminario de Cultura Mexicana