CARLOS LAVÍN FIGUEROA
De un viaje por Canadá y Alaska,recién regresó nuestro amigo Oscar D, llegó impresionado pero más de decepción que por satisfacción, nos cuenta que en el crucero,la fiesta, la abundancia, todo felicidad, los turistas departiendo alegremente en la cubierta y en mangas de camisa con temperaturasde 23 grados o más, cuando en temporadas anteriores lo hacían bien abrigados a tres grados. Sobrevoló los glaciares alaskanos en deprimente deshielo, donde los rangers-guardias y guías- con tristeza y hasta lágrimas describen como eran esos macizos hace poco, y como ahora se desintegran ante su impotencia. El pasado 31 de julio, en solo un día se desintegraron 11 mil millones de toneladas de glaciares- 197 mil millones en solo ese mes-en imponentes y estrepitosas corrientes de agua dulce desbordándose al mar. Mientras tanto en Australia, un ciclón polar cubrió de nieve los desérticos campos de los canguros donde hace unos meses estaban a 50 grados.
Mi comadre Pilar L. de N. desde Roma, me reporta arriba de los 40 grados como en toda Europa, donde mueren adultos mayores y niños, y las fuentes se están usando para refrescarse.
Y en el Caribe Mexicano, el cíclico sargazo producido por el calentamiento, ahora incrementado en cantidades nunca vistas por el exceso de nutrientes llevados al mar por desechos industriales, de barcos y ríos contaminados, principalmente por el Amazonas, es un fenómeno que afecta a la población y al turismo.
La evaporación del agua de mar, provoca el inicio de huracanes que llegan de manera destructiva también a los Estados Unidos. La proliferación del alga sombrea el mar y evita en gran parte su calentamiento y con ello la formación de ciclones, acaso tendrá algo que ver ese país para reproducir de manera masiva esa alga con el objeto de disminuir los huracanes. En esta temporada, es muy notoria la drástica disminución de huracanes en esa zona en relación a años anteriores.
Me comenta nuestra amiga Malakeh M. quien reside en Mahahual, rivera del Caribe Mexicano, que para la población es un gran problema, que afecta sobre todo a los que viven al día de la pesca; y la evidente disminución del turismo, aqueja a los vendedores de artesanías, hoteles y restaurantes, y por ende a toda a la economía local, al turista que llega en crucero no se le antoja bajar a la playa, la mayoría están tomando tours para ir a nadar a la lejana laguna de Bacalar que está a hora y media, y de las pocas que aún no se ha secado. Las tortugas no pueden salir a desovar por el sargazo.
No hay manera de controlar el arribo de esa plaga que llega de manera continua desde miles de kilómetros mar adentro, desde Tulum hasta Isla Mujeres pasando por Xel Ha, Acumal, Puerto Aventuras, Xcaret,Playa del Carmen, Puerto Morelos y Cancún, son150 kilómetros de playas convertidas -esperemos que temporalmente- en un
solo pantanal, del que solo la naturaleza podrá bajar su intensidad. En días anteriores las corrientes y los vientos han desviado el arribo de sargazo, y no la Marina como declara orondamente el Presidente adjudicándose la solución, lo que no es posible hacerlo de manera artificial. En el invierno disminuye el fenómeno, pero seguro regresa los veranos en mayor o menor cantidad. No descarto que ese problema, puede también provocar la migración al norte en busca de supervivencia, por eso y más, el capitalismo debe reconvertirse, para ser más equitativo con los países pobres, dicho sea por su propio bien y tranquilidad, porque las migraciones del sur al norte, como las de África a Europa, y de Centroamérica a los Estados Unidos son cada vez más incontrolables, la gente prefiere arriesgarse a morir ahogados, que seguir viviendo en la penuria, me parece que esa sería la razón por la que Trump ha insistido tanto en el muro fronterizo, adelantándose a una migración descomunal, por carencia de alimentos y de agua, como se vio en la película “Cuando el destino nos alcance”de 1973, pero ambientada en el año 2022 cuando la sobrepoblación y la escasez de recursos llevan al hombre a vivir en una sociedad sin control, sin orden y luchando por vivir al día, una cotidiana realidad ante la miseria extrema en que ya viven millones. Razón por la que Trump, aparte del muro,siembra miedo, odio racista, y ha obligado a México a ser un “país seguro” o para ser más claro, en una muralla territorial y militar, y lo mismo hizo ya con Guatemala, todo una serie de estrategias para impedir o por lo menos desalentar las migraciones en masa al país del norte.
No se puede negar que el cambio climático y calentamiento global, son provocados principalmente por los países industrializados, en aras de su comodidad, consumismo y riqueza; en contraparte, es la población de los países pobres la que sufre las consecuencias, los que no tienen sistemas de riego avanzados, maquinaria, infraestructura, aire acondicionado en sus casas, ni en los centros de trabajo, ni en los autos. Las lluvias se concentran en trombas, causando desastres, cobrando vidas y bienes, incluso en el Sahara donde las corrientes arrastran camellos, en contraste, en otros lugares se pierden sin lograr cosechas, provocando la migración a esos países ricos en una especie de karma.
En México también se altera el clima en ciudades más en ciudades menos, todavía es tiempo de plantar árboles en los campos para dar sombra a los animales silvestres y al ganado, y sobre todo en las calles a manera de túneles verdes, evitando el calentamiento del asfalto que difunde altas temperaturas, que entre otros beneficios también abaten la contaminación ambiental y visual, lo que es posible sin causar deterioros.
Urgen leyes y reglamentos municipales, estatales y federales de Cambio Climático.
P. D. Hasta la próxima
Historiador y Cronista de Cuernavaca