MARÍA TRINIDAD LÓPEZ LARA
De 1769 a 1835, las misiones franciscanas dominaron la estructura económica y espiritual de la California española y mexicana. Desde San
Diego y por toda la costa hasta llegar a Sonoma, a sesenta y cuatro kilómetros al norte de San Francisco, los frailesfranciscanos fundaron veintiuna misiones, conocidas como el Estado Dorado. Estas misiones fueron parte de un proyecto compuesto por tres frentes que llevó a cabo el Gobierno español para establecer y controlar Alta California (incluido el actual estado de California). Junto con los presidios militares y los pueblos civiles, las misiones eran instituciones autorizadas por la Corona que se crearon para atraer a la civilización occidental a lo que ellos llamaban la frontera salvaje. No se puede hablar de las misiones franciscanas de California sin mencionar al padre Junípero Serra. En 1769, comenzó a trabajar como voluntario para la expedición de Portolá en Alta California. La Misión de Santa Inés fue fundada el 17 de septiembre 1804 por el Padre Estevan Tapis. Fue nombrado en honor de Santa Inés , una mártir cristiano del siglo IV. El español de Agnes es Inés, de ahí el nombre de la iglesia. Los colonos de América Yankee anglificaron la ortografía de la pronunciación española de Inés y nombraron una ciudad contigua de Santa Ynez.
Este verano de 2019 mi familia y yo habíamos planificado un viaje a un lugar no tan común, ir a Solvang, California; un sitio lleno de magia de acuerdo a lo que había revisado en las distintas páginas de las redes sociales y diferentes perfiles de blog de viajes, nunca me hubiera imaginado este lugar tan encantador pareciera sacado de un cuento, una arquitectura exquisita, molinos de viento en movimiento, calles bien cuidadas, una combinación entre tradición y modernidad un pueblo rodeado de ranchos y viñedos, una ciudad edificada al estilo de Dinamarca con todo y La Sirenita que es símbolo indiscutible de Copenhague,este monumento está construido en representación del cuento original de “La Sirenita” escrito por Hans Christian Andersen, pero además conocer y saber que aquí estaba
un lugar tan emblemático como la misión número 47 de las Californias y la número 19 de la Alta California, denominada La Misión de Santa Inés. Esto me motivo a escribir, ya que una combinación de nostalgia, una realización personal, espiritualidad, una reflexión filosófica y sobre todo parte mi historia de vida hacia la transición de un sueño determinaron que yo tomara mi computadora y relatara lo que me atrapó en un instante, un intercambio de conocimiento profundo, una añoranza y una experiencia
única que a continuación describo: Las características de los “relatos de viajes”se acompañan de una larga trayectoria histórica con todos sus avatares, hasta el momento actual aluden a una cierta vocación de perdurabilidad, como tal, el “relato de viajes” atraviesa los siglos y sus diferentes períodos engullendo variadas formas literarias y contextualizando su condición en moldes cambiantes. Una aproximación requiere un rastreo de sus huellas en diferentes períodos de la historia si queremos delimitar lo que queremos ilustrar, en un pasaje vivencial, intentando formar parte de la literatura de viajes es el caso de mi viaje a la antigua Misión de Santa Inés, relacionando tal nombre con el de mi Madre, llamada María Inés Lara Gómez, su vida es una producción muy particular, es una reconstrucción de su historia como Maestra de Primaria en una especie de viaje al pasado ya que ella falleció cuando yo tenía solo 12 años y en el sentido muy personal se vincula mucho a mis propias experiencias como Maestra Universitaria en cuanto a su responsabilidad, visión y compromiso en esta tarea tan cautivadora de educar, el mundo de la enseñanza siempre me pareció fascinante, en las fotografías de mi madre, se aprecia su forma de vestir, su personalidad donde se manifiesta una vivencia, una mirada profunda, una imagen de época, una escuela del ayer y un ejercicio de nostalgia, una herencia para nuestra cultura actual. En ese tiempo la escuela era fundamentalmente el aula, en la mayoría de los casos no se disponía de otro espacio así trabajaban maestros y maestras y sus alumnos; en él tenía lugar los sustantivo de la educación escolar: la enseñanza, la clase tenía su propia decoración, y los muebles, materiales y
los alumnos se disponían según criterios coherentes con unos conceptos pedagógicos propios de esa época. El aula, además de un escenario de trabajo, creaba vínculos sociales entre los alumnos; era un espacio de socialización, de renovación y vigencia del sentido de la familia.
Las rancherías, La Noria, El Número 3 y Los Ángeles, ubicados en Mocorito son sitios a donde mandaron a mi mamá a ejercer su docencia siendo ella muy joven, esos lugares, eran de pobreza extrema y condición marginal en que vivía la totalidad de la población de la comunidad, no había luz eléctrica, ni agua potable, sanitarios, mucho menos medios de transporte, a excepción de burros y caballos, era como viajar al pasado, según la reconstrucción en comentarios sobre el proceso de educar en ese tiempo, en el 2016 haciendo un recorrido por Mocorito me encontré en la comunidad denominada El Número 3, algunas personas que la conocieron me señalaron un aula ya deteriorada, muy dañada por el tiempo; diciéndome que en ese lugar había trabajado mi Madre, conocida como la
Maestra Inesita, que en ese largo caminar del proceso de enseñanza- aprendizaje, había sido una persona muy carismática, buena, apasionada por su trabajo, una mujer llena de cuentos e historias, promoviendo siempre actividades bajo un papel tradicional con mucha determinación; donde los niños y niñas no faltaban ni un día a clases, como cuando les contaba que viajaba a la Ciudad de Los Mochis y les mostraba a la ciudad con su explicación tan clara que les describía cada edificio y cada lugar como si les estuviera mostrando una ilustración o proyectando un video educativo. En esos lugares no había donde se pudiera comprar un refresco o un pan para calmar el hambre, por lo que al término de la jornada en las casas era donde asistían a esos maestros y maestras, donde se generaba una amistad sana, servicial, afectuosa, que sigue a través del tiempo, tal es el caso de los comentarios vertidos en este tiempo sobre esa Maestra que llegó de la cabecera municipal y tuvo que adaptarse a esas condiciones de vida, pero llenas de satisfacción, hace algunos tres años por el Facebook me contactó un exalumno de ella y me manifestó su respeto y admiración por esa maestra inolvidable que les platicaba sobre sus viajes a la ciudad y ahora él se había paseado por gran parte del mundo, pero los relatos de su maestra de primer grado siempre habían sido memorables.
Siempre quise escribir sobre mi mamá y el significado de su nombre Inés, razón por la cual en algún momento investigué en que Iglesia esta Santa era la Patrona y me encontré que en Culiacán había una Parroquia llamada Santa Inés, hice un viaje especial para conocer la Virgen, la primera impresión que tuve fue observar un sitio de recogimiento, sagrado y de oración; donde también se siente una fuerte vocación de servicio a la sociedad a través de los servicios pastorales, una iglesia muy bonita con una misión evangélica muy clara, con una red de relaciones que crece alrededor de la gracia de los sacramentos, este templo cuenta con un retablo de
Santa Inés colocada al centro en el altar mayor, una imagen que me lleva a la reflexión de lo que dice el Papa Francisco: “La necesidad de una Iglesia Madre, condición para una Iglesia Maestra, que solo se legitima cuando es
apoyada por el testimonio de la fe, una iglesia capaz de redescubrir las entrañas maternas de la misericordia, una iglesia con las puertas abiertas hacia los demás, una iglesia misionera, capaz de llegar a todos, especialmente a los pobres y a los olvidados”. Esta descripción del templo
y la relación de mi madre con su nombre, determinan el vínculo eterno que heredé de ella; diseñado para ser una de las relaciones más positivas, comprensivas e íntimas que tendré en la vida, porque, las madres son
las personas más fuertes del mundo, su debilidad es su punto fuerte y este siempre será el amor hacia los que cada día encienden su corazón y sus ganas de vivir, que son sus hijos. Por eso mi inspiración como madre que soy y en referencia a ella cito lo siguiente: “Enseñarás a volar, pero no volarán tu vuelo. Enseñarás a soñar, pero no soñarán tu sueño. Enseñarás a vivir, pero no vivirán tu vida. Sin embargo., en cada vuelo, en cada vida, en cada sueño, perdurará siempre la huella del camino enseñado”. (Madre Teresa de Calcuta). Una relación indestructible apesar de mis alas rotas con su muerte. Ella nació un 21 de enero día que se celebra la Fiesta de Santa Inés, patrona de las jóvenes, las novias, las prometidas en matrimonio,
de la pureza y de los jardineros, de ahí su nombre.
En relación a la Santa surgió la costumbre de los corderos blancos, cuya lana se utiliza para hacer los palios de los arzobispos. Su nombre latino es “Agnes”, asociado a “agnus” que significa cordero. Según la leyenda más conocida, Santa Inés era una joven hermosa, rica y pretendida por muchos nobles romanos. No aceptó a ninguno, aduciendo que ya estaba comprometida con Cristo, y la acusaron de ser cristiana.Santa Inés, era una hermosa joven romana que había aceptado el cristianismo temprano en la vida. Cuando el hijo de un gobernador romano la buscó como esposa, ella se
negó, afirmando que ya estaba comprometida, ya que la obligaran a convertirse en una prostituta del templo para la religión pagana romana, y la llevó a un burdel donde la desnudaron. Según la leyenda, su cabello creció lo suficiente durante la noche para cubrir su desnudez y proteger su pureza. El joven intentó verla pero quedó cegado; Agnes luego oró por él y su vista fue milagrosamente restaurada. Debido a estos eventos, la gente de la época la veía como una hechicera, y la sacaron para quemarla en la hoguera, pero nuevamente el Señor lo protegió y el fuego se extinguió milagrosamente. En 304 d. C. fue decapitada y se convirtió en una de las mártires romanas más conocidas y más honradas. Santa Inés es la patrona especial de la pureza corporal y la castidad. Esta leyenda forma parte de la cultura de los lugareños de Solvang, una tradición religiosa, un patrimonio que encaja en los perfiles de los turistas y que nos invita a promover ese pedazo de Dinamarca en California; llamado Solvang, que en danés significa CAMPOS SOLEADOS, como no es muy grande se puede recorrer en bicicleta o a pie, ello resulta descubrir mejor ese lugar, hay algunas paradas indispensables para llevarse una experiencia completa y un recuerdo inolvidable de la que, probablemente, recordaré como la ciudad europea más bonita que haya visto en California, sobre todo para quienes no tenemos aún la fortuna de conocer el Viejo Continente y es aquí donde
encontré: La Misión de Santa Inés: siendo manejada por los franciscanos, en la primer visita puedes conocer la historia de los españoles con los chumash, ( pueblo amerindio que habitó en las regiones costeras del centro y sur de California), respirar la paz de sus jardines y disfrutar de su arquitectura colonial, resulta un espacio que impresiona en donde el relato resulta más allá de la crónica, escribir, tomar fotografías para mí no fue suficiente, matices históricos, un acontecimiento muy esperanzador y un contexto de descubrimiento me invitan a soñar con un nuevo viaje
ya que esto representa una historia clásica un océano de aprendizaje, conservada íntegra la misión de Santa Inés es un hermoso lugar por visitar, lo disfrutamos en familia y apreciamos su extraordinaria riqueza.
A lo largo de sus 214 años de historia, La Misión Santa Inés ha superado los desastres naturales, la agitación política y las dificultades financieras para emerger como una de las misiones más exitosas de Alta California. La Misión ha resistido una rebelión, un levantamiento social, una negligencia y una decadencia, y ha vuelto a surgir a través de la restauración y reparación como una de las gemas escondidas de la cadena de misiones de California.Una estatua de Santa Inés, que data del siglo 18, se encuentra en un nicho en el altar mayor en Old Mission Santa Inés. El museo, la iglesia y el jardín están abiertos todos los días para visitas que comienzan en la tienda de regalos de la Misión.En la primera sala del museo, hay una hoja de historia en cinco idiomas: inglés, español, italiano, alemán y francés que está disponible para los visitantes.Aunque la Misión de Santa Inés fue
una de las últimas misiones que se fundó, posee una muy amplia colección de pinturas de la época de las misiones, así como un considerable número de estatuas.Una de las pinturas más importantes es El Arcángel Rafael (en la foto a la derecha). Se encuentra actualmente en exhibición en el museo de la Misión. Es la única Misión período pintura sobre lienzo de un converso nativo, que no sea un conjunto de estaciones de la cruz alojados en otra misión. Las catorce estaciones del Vía Crucis en la iglesia se basan en una serie grabado copiado de la iglesia de Santa María del Gigho en Venecia. Estatuas significativas en la Misión de Santa Inés incluyen Santa
Inés en el nicho en el altar mayor, y la Virgen del Rosario, en la zona que anteriormente había sido una puerta de entrada al cementerio. Hoy en día, tanto los historiadores como los profesores reconocen la cruda realidad que
atravesaron las misiones y la importancia que tuvieron para forjar la historia de California. Los gruesos muros de adobe reunieron la compleja interacción entre la cultura de los europeos y los indígenas americanos. Este viaje fue muy ilustrativo, una estancia diferente, un plan perfecto con un segmento de turismo bien identificado, con variables personales que me llevaron a una relación afectiva con mi Madre ante un entorno envidiable donde se combina la imaginación y la emoción con las expresiones culturales más profundas de la creación del hombre.
Dedicado a mis hermanos y hermanas.
Chichí, To, David, Magui, Faby y Pita
Con nuestras alas rotas encontramos la forma de volar
Doctora y Directora UAdeO, UR Guamúchil