Para desarrollar este trabajo me auxilié de una entrevista que le hice el 26 de julio de 2010 a quien en la actualidad es uno de los que más sabe del tema: el Dr. Juan Ricardo Jiménez Gómez, natural del barrio de La Trinidad, con estudios primarios en la escuela Miguel Alemán de San Sebastián, secundarios en la ETI 59, bachillerato en la U.A.Q., al igual que la licenciatura, habiendo hecho su maestría y doctorado en la UNAM. Para abrir boca, le pido al doctor que me defina la jerarquía de los conquistadores de Querétaro y me suelta a boca jarro que “Nicolás de San Luis Montañez ni siquiera aparece mencionado, mucho menos valorado, en los documentos del siglo XVI, ni siquiera en la famosa “Relación Geográfica de Querétaro” de Hernando de Vargas de 1582, cuando presuntamente en las memorias del mismo, de 1550, él se dice tío de Conín (Fernando de Tapia) y su superior jerárquico, además de otros, a los que les repartió los territorios para consolidar el dominio español”. El tal tío aparece en documentos hasta el siglo XVIII, “con propósitos que seguramente no eran para interpretar la historia de la fundación sino de atribuirse méritos para cuestiones de herencias y repartos de privilegios”. Dice el doctor Juan Ricardo que “a 1531 lo tomemos como un año a partir del cual podemos empezar la discusión o el debate, pero que poco a poco han surgido documentos anteriores a ese año y en éstos tampoco aparece Nicolás de San Luis Montañez.” A lo mejor fue grande en la circunscripción de la Gran Chichimeca pero no en Querétaro. Además se pregunta el historiador “¿Si fue tan importante por qué no aparece en ningún testimonio, proceso o causa como es el caso de Fernando de Tapia?” “El único jefe que aparece es “Conni”, nadie más”. Prefiere llamarlo “Conni”, que es la voz original y significa “ruido”, a “Conín”, como se desnaturalizó después. El doctor Jiménez Gómez tampoco admite que se utilice la palabra “conquista” para el caso de la ciudad de Santiago de Querétaro, prefiere dejar el término en “fundación” porque “no dispone de ningún documento del siglo XVI que le diga que hubo la famosa batalla incruenta entre indígenas locales, chichimecas infieles, y los españoles con aliados de otras tierras, otomíes cristianizados, donde supuestamente no se utilizaron armas sino que fue lucha cuerpo a cuerpo”. Sabemos que Fernando de Tapia fue llamado así –Hernando o Fernando por Hernán Cortés y de Tapia por Andrés de Tapia, capitán de aquél- al cristianizarse en territorios michoacanos por mediación de Hernán Pérez Bocanegra donde aceptó la conquista española. Previamente había conocido a Andrés de Tapia en Tlaxcala donde se puso al servicio de éste. Para el doctor Jiménez Gómez Fernando de Tapia “fue un gran dirigente, un extraordinario político y un hábil negociador que logró permanecer en los primeros planos de la construcción económica, política y social del pueblo de Querétaro hasta su muerte ocurrida en 1571; es decir, cuarenta años de hegemonía política, más que Porfirio Díaz. Para analizar a Conni hay que ver el proceso de colonización, también lo que era antes esta zona previo a la llegada de los europeos. El valle queretano, donde actualmente está la ciudad de Querétaro, era una zona de frontera pero también de conflictos entre dos grandes señoríos como el tarasco y el mexica. También era tierra de guerra y tierra de nadie”. La vocación de comerciante “pochteca” de Fernando de Tapia “le permitió conocer y tratar a mexicas, tarascos, otomites y chichimecas y hasta seducirlos políticamente, convenciéndolos de aceptar a los otros.” Las habilidades de este indio le permitieron convertirse en un cacique y además lo considero el primer luchador por la independencia de Querétaro al pelear la autonomía de los indios de esta tierra respecto de Xilotepec, cabecera indígena de donde dependía el pueblo de Querétaro, ya que se menciona en la propia “Relación Geografica de Querétaro” de 1582 que Coni fue llevado preso a Xilotepec, hoy Jilotepec”. “Entonces hay que reconocerle a Fernando de Tapia el haber luchado para que Querétaro fuera cabecera política por sí misma sin depender de Jilotepec”. Cuando le pregunté al entrevistado sobre los abusos del cacique en materia de aguas, tierras y mercedes a favor de él y de sus familiares y amigos venidos de fuera me contesto: “no podemos ignorar la fuerza que tiene un cacicazgo; un cacicazgo es un sistema de privilegios y no estamos hablando de un fraile franciscano que hubiera hecho votos de pobreza sino que usa su poder de dirigente. No hay que olvidar que el valor jurídico de la dominación española fue el de la desigualdad económica, política y social, había jerarquías permitidas desde la ley, y de Tapia reparte tierras y se queda también con muchas de ellas”. “No hay que olvidar que Fernando de Tapia fue la figura principal en ese proceso de culturización, de integración, de lo que hoy es la ciudad de Santiago de Querétaro, por su negociación que impidió la posibilidad de daños por un enfrentamiento bélico ya que estaba convencido de aceptar el señorío español porque había visto la caída del imperio mexica a manos de aquél y había sido testigo de la caída de Michoacán sin dar pelea y, entonces, él y su gente piensan qué ventajas le van a sacar a la situación de rendirse pacíficamente y es cuando aceptan el vasallaje de Hernán Pérez de Bocanegra que es el otro personaje toral en la conquista de la zona y que venía de Apaseo”. A la pregunta específica sobre la fecha de fundación de mi ciudad, de la que unos dicen que fue antes que San Miguel de Allende y otros que fue después de ésta en 1542, responde: “ahí tenemos una serie de imprecisiones, variaciones, versiones que nos dan las fuentes porque San Miguel el Grande (hoy de Allende) fue poblado y despoblado, ya que los chichimecas arrasaban con todo”. Entonces le pregunto por las tres fundaciones de lo que hoy es Querétaro, la primera en La Cañada, la segunda en Carretas y la tercera en La Cruz y me contesta: “que todo eso está en cuestión en este momento; las respuestas tendrán que venir de una fuente documental que sea indubitable”. Considera, con base en un documento confiable, que “el pueblo de indios de Querétaro sí pudo haber sido fundado en 1531. La Relación de Hernando de Vargas de 1582 no tiene atrás documentos que la respalden, sólo se atiene a la memoria de los ancianos del lugar”. Juan Ricardo Jiménez es rigorista con lo científico de sus trabajos: “no puedo decir más allá de lo que mis fuentes me dicen, en una metodología racionalista; sólo puedo interpretar o reconstruir el pasado con una visión prudente, sin ficciones, sin suposiciones y sin fantasías. Por ejemplo, Juan Sánchez de Alanís, el que diseñó y planeó el pueblo de Querétaro, me aparece cuatro veces en documentos fidedignos distintos”. Doctor, ¿somos capaces de contestarle al público quién dijo la primera misa en la ciudad, si fray Jacobo Daciano o fray Alonso de Rangel? “No, Daciano no me aparece en ningún documento y a Alonso de Rangel sólo lo tengo localizado en Jilotepec como guardián del convento de ese lugar. Quién sabe en qué se basaron para afirmar eso, yo no lo puedo decir, pero para eso existe la leyenda”. ”El dato de consagración de templos que tengo en lo que hoy es el Estado de Querétaro es de 1555, no más allá, y si estoy trabajando el siglo XVI no voy a utilizar documentos del siglo XVIII”. De los detalles de la leyenda de la fundación me argumenta que es el fruto de la visión de frailes franciscanos del Colegio de Propaganda Fide de La Cruz, para darle más méritos a su institución religiosa, como lo dice Antonio Rubial en un estudio sobre tal materia. De la misma Relación de Méritos de Fernando de Tapia me asevera que “fueron declarados nulos esos documentos por juristas y procuradores del mismo siglo XVI porque Conni la hizo a su gusto”; “es información auténtica pero subjetiva”. “Fernando de Tapia indujo a los testigos de sus méritos a decir lo que él quería que dijeran, era un hombre que manejaba la política real y eso es digno de un hombre de su prosapia”. Cuando le hice la última pregunta y que versó sobre quién fue el verdadero pilar de la conquista de estas tierras me aseguró que “el único fue Fernando de Tapia, nadie más, por su liderazgo colectivo, aún con sus diferencias con los chichimecas logró aglutinarlos y luego se deshizo de ellos apoderándose de sus tierras, entre ellas las de Jurica”. Juzga Juan Ricardo que en el valle de lo que hoy es Querétaro no había nada asentado según sus fuentes, sólo había asentamientos en La Cañada y en lo que hoy es “El Cerrito” en la pirámide de El Pueblito, “porque toda la mancha urbana chichimeca estaba hacia Acámbaro y Apapátaro”. Al mismo tiempo, por carecer de fuentes, no reconoce la fundación de Huimilpan de 1529, antes que Querétaro, al decir de Manuel Septién. En cuanto a la leyenda de que “la iglesia chiquita” de La Cañada es la más antigua en el Estado, me afirma que cree que es la de San Juan Dehedó en Amealco de Bonfil. De San Francisco no duda en que efectivamente es la primera iglesia y convento construidos en la ciudad.
* Doctor en Derecho, Cronista de Querétaro