MIGUEL ÁNGEL AVILÉS
Todos van al mismo punto para encontrarse. Para encontrarse consigo mismo y con una identidad que quiere ser como lo que se esculpe para que permanezca.
Sin esa trascendencia, lo demás es ocasión. Pero esto ya no lo parece: los que están en esa plaza , la llamada ya por todos, merecidamente , como Alonso Vidal están por primera vez, segunda, tercera o cuarta o las que sean pero están , como los demás en otro punto que ofreció la cartelera, en esta edición de Las Fiestas del Pitic que desde 2003 esté quien esté celebra la fundación de la ciudad de Hermosillo, la merita capital del estado de Sonora
¿Quién dijo que no? Esos ojos atentos con dirección al escenario lleno de luz , como una gran enramada luminosa y brillante , irradia la avidez de quien desea presencian eventos culturales para gozo propio y para los que están a su lado, su hijo, su novia, su mamá, un niño en brazos, el amigo que nos habías vuelto a ver nunca jamás, el perro que se pasea sereno y lame las sobras de una hoja de tamal de plátano que yace a una ladito del contenedor de la basura, donde un montón de botes de cerveza, platos desechables, cuatro elotes devorados y más de una bolsa der tontitos indigestados de chile , dormirán ahí hasta mañana luego que la luna se desvele y al sol se le haga tarde pa salir.
El otro presidio figura todo iluminado y sus calles se fortifican por esas hileras de gente confluyendo en este corazón de una ciudad que parece querer más y no le dan. Ahí, la catedral en vigilia ante el bullicio de tanto feligrés paladeando lo mundano. Allá, el recinto de gobierno ojiabierto por la visita extraña que presencia las voces y los coros y una rara serenata muy finita que no esperaba pero que ahora la devora como quien ya probó lo bueno de un recital.
busca de lo que su paso cada quien se encuentre. Es la Rosales, la principal como haciendo una cruz con el bule Hidalgo como amurallando la vendimia de textiles y antojitos, comida exótica y traía del extranjero, fritangas nacionales y olores que provocan como si un maridaje resultara en el paladar del viento y saboreara por todos como lo hace cada a quien a su manera.
Que Maldita Vecindad ni que nada , dice alguien o el que ustedes quieran, por que prefirió el Blues de ese callejón o la lectura en voz alta de esa casita de madera que parece la de Los Tres Cochinitos, como si alguien leyera tal historia y un saxofón soplara para el enamoramiento de trasuntes que ya traen la panza llena y los oídos satisfechos de ese y el otro ritmo que fue recogiendo desde el otro boulevard , pasando por aquella cancha o en espera del tumulto venidero de unos Ángeles o esa esquina donde el rock hace brincar a ese grupo de jóvenes que se topan con esos hombres de color tan vivo como las canciones tan de antes y tan de ahora que acaban de entonar en ese club al cual volverán en unos minutos más para darle paso al recuerdo sesentero y al baile que baila hasta el tipo más renuente de la mesa.
Por aquí anda Dionisio, inspirador de la locura ritual y el éxtasis, pero le ha bajado dos rayitas. O acaso nada pasa ni nadie se ha vuelto gorila para tristeza de los que sufren de insatisfacción eterna. Porque se le adora con moderación y no se desprecia para que más le duela a la censura y cantemos juntos de pura decepción y despechito. Tres días anduvo hasta resucitar el lunes, pero antes, la festividad anduvo de mesa en mesa, de foro en foro , paso a paso y a pasito, coqueta, bravía, de falda corta, de piernas largas, de arete en la oreja izquierda, de pelo en pecho, de cara enjuta, de labios gruesos, de risa loca, de ojos fijos , a veces oyendo voces negras, en ocasiones voces dulces, en otras probando ese maná dulce y de cajeta o ese maíz azul con salsa verde, pero estuvo y se volvió desvelo como quien está por ir a casa pero es lo que menos quiere. Por qué sabe cuántas lunas han de pasar para estar aquí de nuevo, deseosos de tres días de comunión no le hace que luego de lo comido, lo cantado y lo bailado, otra vez, a esta villa le amanezca.
* Abogado y Autor Sonora / BCS