Nacional

LAS ANDANZAS DE PABLO NERUDA EN TIERRAS MORELENSES

By viernes 15 de febrero de 2019 No Comments

CARLOS LAVÍN FIGUEROA

El poeta y Premio Nobel, Pablo Neruda, vivió en Morelos numerosas historias y anécdotas, era asiduo de esta tierra; en Cuernavaca fue herido por nazis, y también fue amigo de Siqueiros; tramitó su divorció en Jojutla; se casó en Tetecala; en Cuautla, comía en el mercado y departía en las más antiguas cantinas.

Zarpó de Valparaíso el 24 de julio de 1940 en el barco japonés Yasukuni Maru,llegó a Manzanillo; desde Guadalajara viajó por tren hasta San Lázaro, el 16 de agosto llegó a la Ciudad de México para dirigir el consulado general de la Embajada de Chile, el 2 de septiembre recibió las autorizaciones del presidente Lázaro Cárdenas.

Los fines de semana solía venir a Morelos; Gustaba de comer iguana, conejo y huevos de codorniz acompañados de cerveza o agua de coco en el Salto de San Antón. Experimentaba comer chapulines, que por lo menos -decía- estaban preparados y no vivos como los jumiles, que vio comer a una niña en el mercado de Cuautla, donde era asiduo al balneario Agua Hedionda. En Cuautla inició amistad con el narrador José Agustín, ambos organizaron talleres y presentaciones de libros en el Museo Casa de Morelos, los dos escritores solían terminar las jornadas literarias en antiguas cantinas como “La Única” y “La Brisa” que habían sido frecuentadas por Emiliano Zapata, tertulias donde llegó a asistir Gabriel García Márquez.

El miércoles 31 de diciembre de 1941 una columna del diario “El Popular” aparece el título “¿Cuernavaca o Berlín?”. El texto da cuenta de la agresión que había sufrido el poeta chileno de 37 años Pablo Neruda el domingo 28 anterior, por parte de supuestos agentes nazis.

Neruda -cónsul en México, casado con Maruca Hagenaarhabía viajado de la Ciudad de México a Cuernavaca el sábado 27 de diciembre, venía con su amante la pintora Delia del Carril apodada la hormiguita por su energía-, con Luis Enrique Delano su esposa y su pequeño hijo Poli, y otros diplomáticos chilenos, el domingo 28 fueron a comeral Restaurante-Hotel Amatlán -hoy Plaza Vendomeen Av. Cuauhtémoc- entonces propiedad del alemán Roberto Kabler y su mujer Carmen Vázquez; lugar que se había convertido en centro de espionaje alemán. Cuando conversaba de su adhesión a Ávila Camacho, Roosevelt, Churchill, y Stalin, sólo tres semanas después del ataque a Pearl Harbor, Neruda describe; “En una mesa vecina bebía un grupo de nazis, 8 o 10 individuos con cuello de toro y cabeza de fierro; estaban en compañía del dueño del hotel […] se lanzaron contra nosotros, que nos defendimos, a bofetadas, a silletazos”. La noticia de este atentado llegó a toda América. Excélsior publicaba: “Atraco de quintacolumnistas al Cónsul de Chile. Fue atacado por un grupo de nazis al brindar ayer en Cuernavaca”. A raíz de eso, la entonces pequeña ciudad estaba en la mira del FBI.

En carta a Diego Muñoz y Alberto Romero, Neruda describe: “[…] de pronto estos bandidos se levantan y se precipitan sobre nosotros, formados más o menos militarmente, armados de sillas y unos laques -una especie de boleadoras- que fueron a buscar a sus automóviles. […] Haciendo el saludo nazi se lanzaron contra nosotros que naturalmente nos defendimos, a silletazos, bofetadas. Pero eran muchos y, como os digo estaban armados. Yo recibí un lacazo que me partió la cabeza, no sin haber pegado algunos silletazos, pero os digo que tengo la cabeza dura. Algunos eran derribados y se levantaban felina y gimnásticamente”.

Cuando los nazis ven al poeta con el cráneo deshecho salen huyendo. Creen que lo han matado. Neruda fue llevado a un consultorio donde es atendido por médicos que habían llegado de España con el exilio republicano. Por la tarde, y ya con una nueva anécdota que contar, la comitiva chilena tiene que pasar también por una tienda de guayaberas donde compran una nueva camisa para Neruda. La que llevaba puesta había quedado tapizada de sangre durante la gresca.

Heinz Wobeser, VonTeodhos, Von Warner, Rudolf Richard Korkowski, Alfred Streu, Guillermo Wolf, Guillermo Dohle y Fritz Hemminger fueron señalados como los agresores. Éste último fue apresado horas después, en el restaurante “Charlie Place” -en Cuernavaca- donde había buscado refugio. Al ser acusado por un semanario de atacar comunistas, había comentado: “ahora todos saben que soy un buen nazi”.

La prensa nacional condenó el ataque, se denunciaba el hecho, no como una riña entre simpatizantes de lados opuestos de la guerra, sino como una agresión por la llamada “Quinta Columna Nazi” formada por un conjunto de personas potencialmente desleales a la comunidad en la que viven, en este caso a México, y susceptibles de colaborar de distintas formas con los nazis; esta vez dirigida en contra de los partidarios comunistas dentro de los que estaba Neruda. La prensa llamaba a las autoridades a actuar en contra de todos los agentes nazis radicados en México que se había convertido en centro de espionaje por su frontera con los EEUU. Y sobre todo pedía investigar a esos alemanes en Cuernavaca, que hacían, a la pequeña ciudad, el nido preferido de los espías de Hitler en nuestro país.

Para disolver su matrimonio con Maruca Hagenaarquien lo había acusado de bigamia ante el presidente chileno Videla, Neruda contrató en 1942 al abogado cubano Camilo Carrancá,quien presentó un requerimiento de divorcio ante el Juzgado de Jojutla, que a la postre no sería reconocido por la justicia chilena.

El 2 de julio de 1943, Neruda contrajo matrimonio en Tetecala con su amante Delia del Carril pintora argentina 20 años mayor, el acta de matrimonio la firmaron los contrayentes: Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto -Pablo Neruda- y Delia del Carril; los testigos: Óscar Schnake (Embajador en México, fundador y exSecretario General del Partido Socialista de Chile), Luis Enrique Délano (escritor y diplomático chileno, su hijo, Poli Delano, a quien Neruda trataba como sobrino, sería coordinador del taller literario del Instituto Regional de Bellas Artes en Cuernavaca), Enrique de los Ríos Lavín (ingeniero); Jesús Castillo López (gobernador) y Romualdo Ramírez (alcalde).

En Cuernavaca, Neruda compartió amistad con Alfonso Reyes, Carlos Fuentes, Andrés Henestrosa, Carlos Pellicer, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros; y sobrellevó desencuentros con Octavio Paz. En 1948, el ya senador comunista Pablo Neruda había solicitado asilo político en la embajada de México en Chile, donde se refugió cuando fue desaforado por el dictador Videla, pero el canciller Jaime Torres Bodet le negó un salvoconducto. Saldría para la Argentina donde abordó un barco con destino a París, durante esa persecución terminó de escribir el “Canto general”, una obra con las características de un mural de la historia de México.

Regresó a Cuernavaca en 1961; donde pensó vivir su exilio. El último viaje de Neruda a México comienza el 28 de junio de 1966, al día siguiente visitó a Siqueiros en “La Tallera” de Cuernavaca, la denominación en femenino de esegran estudio-taller construido en 1965, se inspira en las casas del poeta Neruda: “La Sebastiana”, “La Chascona” y “La Manquel”.

El 23 de septiembre de 1973 la muerte lo sorprendió. Escribió 25 poemas relacionados con México, su segunda patria, entre ellos: “A Emiliano Zapata” hecho corrido con música de Tata Nacho; “Diego Rivera con la paciencia del oso”, “A Siqueiros”; y en su casa de Isla Negra en Chile escribió “De Cuernavaca al mar”.

El último texto de Neruda escrito con su puño y letra fue sobre Orozco, Rivera y Siqueiros.

Así, el poeta cumplió25 años visitando Cuernavaca; desde que fue agredido por nazis en 1941, hasta su visita a Siqueiros en La Tallera en 1966, fueron 25 años de navegaciones por Cuernavaca y Morelos.

P.D. Hasta la próxima

* Historiador y Cronista de Cuernavaca

Artículos relacionados

Leave a Reply

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.