JOSÉ CARLOS IBARRA
«¡Que me bese
con los besos de su boca!
Tus amores son un vino exquisito,
suave es el olor de tus perfumes,
y tu nombre, ¡un bálsamo derramado!;
por eso, se enamoran de tí las jovencitas.»
Tradicionalmente, el sublime poema se ha atribuído a Salomón, sin embargo, trabajos de investigación de expertos en temas bíblicos, determinaron que no pudo ser el autor el rey de los israelitas, puesto que su vida transcurrió entre los años 970-931 a.C., los cinco primeros libros de la Biblia datan del siglo Vll, por lo que se estima que el Cantar ha de haberse escrito en el siglo lV. Por otra parte, en la Biblia católica edición de 1995, se hace la siguiente observación al respecto:
«El autor del Cantar»
«El Cantar se presenta como la obra de Salomón, pero sólo es un nombre prestado, igual como para otros libros de la Biblia. Su autor era un «»espiritual» y un sabio, uno de aquellos que escribieron los «libros de la Sabiduría» de la Biblia. Vivió a lo mejor en el siglo lll a.C.».
Fray Luis de León, religioso agustino y poeta humanista español, (1528-1591) Maestro de Teología de la Universidad de Salamanca, a petición de la monja Isabel Osorio, su prima, tradujo del hebreo al castellano en prosa, «El Cantar de los Cantares», y no obstante que el manuscrito era para uso privado, en copias, trascendió su contenido sin su consentimiento.
Como había rivalidad entre algunas Órdenes religiosas, por discusiones teológicas y otras cuestiones, además de la envidia y malquerencias de algunos colegas, por su superioridad intelectual, fue denunciado al Santo Oficio el 17 de diciembre de 1561, por el Maestro de Teología Fray Bartolomé de Medina, quien testificó que había leído en lengua vulgar los «Cánticos de Salomón», haberlo escuchado decir en público, su preferencia por el hebreo, en vez de la Vulgata latina de San Jerónimo, que la traducción podía mejorarse, así como ciertas proposiciones , que podrían dar lugar a interpretarse como heréticas.
En marzo de 1572, Fray Luis fue detenido por la Inquisición y encarcelado en Valladolid. y en esa lúgubre mazmorra permaneció cerca de cinco años, prueba terrible y dolorosa en que su ánimo y esperanza no decayeron, sino que continuó escribiendo. En diciembre de 1576 fue absuelto de toda culpa, aunque amonestado, y antes de salir de la prisión, plasmó en los muros la famosa décima
«Aquí la envidia y mentira
me tuvieron encerrado.
Dichoso el humilde estado
del sabio que se retira
de aqueste mundo malvado,
y con pobre mesa y casa
en el campo deleitoso
con sólo Dios se compasa,
y a solas su vida pasa,
ni envidiado ni envidioso.»
Existe la leyenda de que, cuando reanudó la cátedra en Salamanca, expresó: «decíamos ayer», y aunque no existe testimonio documental que lo confirme, continúa prevaleciendo.
Ha habido diversas interpretaciones de «El Cantar de los Cantares», que es una égloga pastoril entre dos amantes, o sea un canto al amor humano, los desposorios de Cristo con la Iglesia, la Unión y el amor de Dios al pueblo elegido, mas independientemente del sentido místico, es indudable que es el más bello poema de amor que se haya escrito, por eso se le llama sublime.
* Periodista sinaloense