Nacional

HOMENAJE A CUATRO MUJERES DE LA INDEPENDENCIA

By lunes 15 de octubre de 2018 No Comments

MARIO ARTURO RAMOS

Septiembre, El Mes de la Patria, 2018, ha terminado, nos parece momento apropiado para decir que el camino en la etapa de La Independencia, 1810 /1821, tiene olor a mujer. De septiembre a septiembre, en los diez años de la Guerra de Independencia, el universo femenino contribuyó con heroísmo al movimiento insurgente-. La mujer mexicana como en todas las épocas de México, ocupa un lugar histórico en su construcción. Josefa Ortiz de Domínguez, Leona Vicario, Gertrudis Bocanegra, María Ignacia “La güera “Rodríguez son: Cuatro mujeres de la Independencia.

Josefa: Compromiso con la Patria.

“Ha sido descubierta la conspiración, Vaya inmediatamente a San Miguel el Grande (hoy, de Allende) y dígale al capitán Allende lo que ha ocurrido en Querétaro, ¡que es urgente actuar!” Josefa Ortiz de Domínguez a Ignacio Pérez, IX1810. El dos de marzo de 1829, en la Ciudad de México, cerró los ojos, la llamada:” Corregidora de Querétaro”; terminaba el invierno y llegaba el epílogo de María Natividad Josefa Ortiz Ordoñez, mexicana esencial, nacida en Valladolid, hoy, Morelia. Fue un ocho de septiembre de 1768, en el hogar formado por Juan José Ortiz y María Manuela Ordoñez el Inicio de Josefa; tenía que ser, en una ciudad significativa, importante en el amanecer de la Nación – Conspiración de Valladolid en 1808-. antecedente de La de Querétaro y el Grito de Dolores.

A temprana edad la vallisoletana/ michoacana, se trasladó a la capital del virreinato e ingresó al Real Colegio de San Ignacio de Loyola -hoy Vizcaínas-, fundado por la Cofradía-Sociedad de ayuda mutua- de Nuestra Señora de Aránzazu. La institución se formó con el objetivo de albergar en su seno y educar a niñas amerindias o viudas, de Navarra, Álava, Guipúzcoa, que habitaban en la Nueva España. Los motivos de su ingreso tienen diferentes versiones: la muerte de su padre y la condición económica familiar parecen ser las principales circunstancias de la decisión. “La Corregidora” pasó la infancia y parte de su adolescencia, en el Real Colegio, aprendiendo el dominio de la magia de la cocina, a coser y bordar, actividades combinadas con clases de matemáticas, música y literatura, hasta que alzó vuelo y lo abandonó, al cumplir 23 años, en 1791, al unirse en matrimonio con Miguel Domínguez. En 1802, Miguel fue nombrado, Corregidor de Querétaro, se trasladó junto con la familia a la ciudad de Querétaro para ejercer su puesto público. Comenzaba la cita histórica de Josefa Ortiz de Domínguez con México. En 1810, Epigmenio y Emeterio González, Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Mariano Abasolo, Juan Aldama, entre otros, se reunieron en la ciudad del Acueducto para preparar la lucha; una de los participantes en los “Círculos Literarios, donde hacían nido las ideas y la libertad” era Josefa, no sólo como militante activa, sino también protectora de las reuniones. Lo demás ha sido contado: delataron a los conspiradores; el marido la encerró en su habitación, ella mando un mensaje a través de Ignacio Pérez, al Capitán Allende. En el Curato de Dolores la madrugada del 16 de septiembre, Miguel Hidalgo y Costilla comenzó el destino de la Independencia. Ese mismo 16, el matrimonio Domínguez- Ortiz fue detenido; la heroína fue confinada en el Convento de Santa Clara y de la Santa Cruz en Querétaro; cuatro años más tarde la trasladaron al Convento de Santa Teresa de la fantasmal Tenochtitlan. Juan José Ruiz Apodaca de Elisa, Conde del Venadito, en 1817, le otorgó la libertad poniéndole como condición no ausentarse de la Ciudad de México. El 27 de septiembre de 1821, el ingreso a la capital de las tropas independentistas, encabezadas por Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero; fue el final de la Gesta. Al poco tiempo Iturbide fue declarado Emperador y en uno de sus primeros actos de gobierno la nombró Primera Dama del Reino, el título fue rechazado por una mujer congruente con su postura ideológica, nacionalista y republicana, le dijo ¡no! ¡a los honores del Imperio, ¡sí! a la Independencia-. Los poderes de la Unión determinaron que el 14/IX de cada año, fuera el Día de la Corregidora, justo reconocimiento a Josefa Ortiz de Domínguez.

Leona Vicario: Corazón generoso insurgente.

“Yo no reconozco en este país, más autoridad que la Junta Insurgente de Zitácuaro. Para mí el rey y el virrey, no son más que tiranos que explotan a los habitantes de esta nación.” Leona Vicario. En los sueños del pueblo, los anhelos, contradicciones, obstáculos, metas, derrotas y victorias, de la Guerra de Independencia, la participación de la mujer no sólo es notables, es vital, – en la edición 329, Gilberto López Alanís acertadamente nos recordó a Petra Manjarrez, figura insurgente sinaloense. Su actividad en las filas insurrectas sucedió a lo largo y ancho del país con la fuerza que otorga la rebeldía que es puerta de libertad. Otra insigne mexicana es María de la Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San Salvador, originaria de la Ciudad de México, donde nació el 10 de abril de 1789-, Leona, al ser parte de una familia de poder del virreinato -los Vicarios y los Fernández de San Salvador y Montiel– recibió una educación donde la información sobre los movimientos revolucionarios del siglo XIX, atrapaba la atención de los más sobresalientes de los educandos. La coincidencia del año de su nacimiento con el de la Revolución Francesa, permite pensar que su destino transcurrió envuelto en el espíritu libertario que, en el siglo XVIII, cimbró la historia., Eugenio Aguirre dice: “Para Leona Vicario el movimiento de Independencia fue el proceso natural de nuestro país hacia su emancipación y autonomía política, económica y social. Por ello se adhirió incondicionalmente a ese movimiento al grado de sacrificar todos sus bienes materiales y muchos de sus mejores años.”.

Su matrimonio con Andrés Quintana Roo formó una pareja que militó sin tregua en las filas insurgentes. Siendo novios, Andrés se unió a la tropa comandada por Ignacio López Rayón y la Vicario a través del arriero, Mariano Salazar, le enviaba información y recursos que ayudaran a los rebeldes; las autoridades coloniales como consecuencia de la vigilancia que ejercieron sobre ella, aprendieron al correo y encarcelaron a Leona; después de una fallida fuga, fue internada y sometida a proceso en el Convento de Belem de las Mochas. En la primavera de 1813, seis hombres dirigidos por Luis Rodríguez y Antonio Vázquez la liberaron conduciéndola con su amado, quien participaba en el Congreso de Chilpancingo; el anhelado encuentro llevó a la pareja a casarse, Eugenio Aguirre apunta: “Fue por estas fechas y estos sinsabores que Andrés Quintana Roo y Leona Vicario unieron sus destinos.

La boda no pudo ser más sencilla. De pie ante un rustico altar de campaña, fueron bendecidos por el Capellán del ejército del Sur, el padre Sáenz., y vitoreados por un reducido grupo de amigos que hicieron votos por su felicidad. Para Leona y Andrés no hubo luna de miel, sino la persecución implacable…” la cual enfrentaron como amorosos cómplices, viajando a salto de mata con los miembros del Congreso. Como muestra de la abnegación y compromiso con el despertar de México, es necesario contar, que su primera hija Genoveva, el proceso del parto sucedió en una cueva donde se ocultaba para escapar de la persecución de los realistas La muerte del Generalísimo José María Morelos y Pavón, no impidió que Andrés y Leona continuaran al lado de la Independencia. El acoso policiaco sobre la pareja los obligo en 1818, a solicitar indulto al virrey, quien decidió que se exiliaran en España, cambiando al poco tiempo su decisión dictaminando que la ciudad de Toluca sería la prisión. En 1820 fue autorizada a regresar a su lugar natal; al triunfo de la Independencia, Leona conservó su influencia entre los líderes militares y pensantes. A los cincuenta y tres años – 1842, Ciudad de México- se detuvo el corazón insurgente de: “nadie como ella arriesgo tanto para lograr la Independencia”, Leona Vicario

Gertrudis Bocanegra. Heroísmo por la libertad.

¿Cuántas mujeres mexicanas de manera anónima o notable dieron la vida por amor a la libertad? ¿Cuántas han hecho girar la rueda de la vuestra historia? ¿Cuántas curaron las heridas combatientes? ¿Cuántas enterraron lo mejor de los suyos y de sí misma, todos por México? ¿A cuántas les debemos tanto como a Gertrudis Bocanegra? En territorio de los que hoy es estado de Michoacán, la Guerra de Independencia encontró un escenario ideal para el movimiento. Personajes, sucesos bélicos, trágicos, heroicos, demuestran la intensidad que adquirió en sus diferentes regiones el estallido social, Antonio Uroz escribe: “De 1810 a 1821 miles de michoacanos ofrendaron la vida para que su patria fuera libre. Entre ellos muchas mujeres un de ellas Gertrudis Bocanegra de Lazo de la Vega, nativa de Pátzcuaro, sitio donde llegó al mundo, el 11 de abril de 1765, hija de un comerciante peninsular avecindado en la región purépecha, Pedro Javier Bocanegra y de la señora Felicia Mendoza; a temprana edad mostró especial dedicación por la defensa de los desposeídos; casada con el alférez Pedro Lazo de la Vega en 1784, al escuchar el llamado de Miguel Hidalgo en 1810, convenció a su esposo y a su hijo José Manuel Nicolás Lazo de la Vega Bocanegra para que se sumaran en octubre de ese año, en Valladolid, a las fuerzas insurgentes; en la Batalla de Puente de Calderón, 17/ I / 1811, sus dos amores murieron luchando contra los realistas.

Con el alma guardando luto y los ideales bien puestos, regresó a su lugar natal, comisionada para organizar, difundir, proveer de víveres, armas y, preparar la toma de Pátzcuaro por los rebeldes; entre sus tareas organizó una red clandestina para informar a los libertarios de los movimientos de los militares colonialistas en una gran zona geográfica michoacana. Los delatores nunca faltan y un empleado doméstico despechado junto a vecinos simpatizantes de la Corona, que estaban enterados de sus actividades en apoyo a las tropas comandadas, su yerno Gaona, la delataron ante las autoridades virreinales. La Bocanegra fue apresada y sometida a crueles tormentos para que delatara a otros insurrectos, Gertrudis se negó a pesar de los suplicios causados por su silencio por su silencio patriota. Su inquebrantable posición en favor de la Independencia de México y el temor que producía su actitud entre la clase dominante fue el principal motivo para ser condenada a muerte por fusilamiento: La sentencia se cumplió, el 11 de octubre de 1817 en Pátzcuaro MIch. Ingrata fecha donde a una mujer le arrebataron la vida, su delito, por su fe en la libertad. Hace doscientos un año, su historia se convirtió en testimonio de la participación de la mujer en el despertar de la nación, y Gertrudis Bocanegra ejemplo de heroísmo por la libertad.

“La Güera” Rodríguez. Bella e insurgente.

Personaje controvertido, exaltada por su belleza, María Ignacia Javiera Rafaela, Agustina Feliciana Rodríguez de Velasco y Osorio Barba, nació en la ciudad de México, el 20 de noviembre de 1778, sus padres fueron, Antonio Rodríguez de Velasco y Jiménez y María Ignacia Osorio y Barba y Bello Pereyra. Muy joven, en 1794 para cumplir el deseo del virrey Conde de Revillagigedo, se unió con José Jerónimo López de Peralta de Villar Villamil quien falleció en 1805, en un periodo en el que la pareja vivía en pleno desamor, de esta unión nacieron María Josefa, Jerónimo, María Antonia y María de la Paz López Rodríguez, se cuenta que los partos sucedieron en la calle, ya que la Güera quería tener testigos para desmentir la versión de que no podía ser madre.

Los que han contado de “La Güera”, poniendo énfasis en su situación económica y en su belleza plantean que estas características son motor su vida amorosa, donde los nombres de Mariano de Briones, Manuel Elizalde, Simón Bolívar, Vicente Humboldt, entre otros, ocupan páginas memorables. Del otro lado de su historia, Artemio del Valle Arizpe, Luis Castillo Ledón destacan su participación en la Independencia; su actividad de informadora y el financiamiento a los rebeldes acciones consideradas subversivas. En el año de 1811, fue juzgada por la Santa Inquisición y, el virrey Lizana Y Beaumont le aplicó la condena de destierro en la ciudad de Querétaro. Castillo Ledón escribe :” No abandonó, por eso la aristocrática dama sus simpatías por la Independencia, tanto que años más tarde, relacionada en grandes términos de amistad con Agustín de Iturbide quien mucho la distinguió, se asegura que al hacer este su entrada con el Ejercito Trigarante, mandó desviar su columna de las calles de San Francisco por donde venía, para la des Tacuba, con el objeto de que a su paso por La Profesa, doña Ignacia que vivía frente al tempo, pudiera admirar el desfile desde sus balcones. No sólo hizo eso el que luego sería emperador de México, sino que deteniendo un instante la marcha, le envió con uno de sus ayudantes una de las plumas tricolores de su sombrero”.

Su papel protagónico en el Imperio de Agustín I, su cercanía con Antonio López de Santana, -con el que muchos aseguran que tuvo romance- golpeó el prestigio ganado en la guerra libertaria. Sus últimos años de existencia se dedicó a trabajar en obras piadosas /religiosas, así llegó el 1º de noviembre de 1851, en la tierra que la vio nacer, falleció La Güera. Luis Castillo Ledón comenta: “¡Con cuanta mayor razón debiera la famosa Güera Rodríguez figurar con mejores títulos que otras, entre las heroínas de la Independencia!”. Figura histórica, leyenda luminosa, personaje de novela en los límites del olvido, de María Ignacia se debe cantar: bella e insurgente. Este texto es un homenaje a elementos de las mexicanas que, en diferentes etapas han participado con: compromiso con la patria, corazón generoso insurgente, heroísmo por la libertad, bella e insurgente., en el desarrollo de la Independencia y la construcción de la Nación. Josefa Ortiz de Domínguez, Leona Vicario, Gertrudis Bocanegra, María Ignacia, la güera Rodríguez, son Cuatro Mujeres de la Independencia.

* Autor e investigador

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