Mocorito, Sinaloa.30 de Septiembre, 2018. LOCALMUERTE POR CONFUSIÓNPag. 8 y 9ESTATAL GONZALO MANUEL ARMIENTA CALDERÓNPag. 12 y 13NACIONALCANCIÓN TRADICIONAL…CANCIÓN TESTIMONIALPag. 10 y 11 www.lavozdelnorte.com.mx33002DIRECTORIOCarlos Antonio Sosa ValenciaDirector GeneralJosé Sabás de la MoraA.C José Ley DomínguezDirector FundadorMario Arturo RamosDirector EditorialUbaldo González OsunaCoordinaciónDistribuidores Solidarios:Alberto Bustillos (CDMX) Universidad de Sonora (Hermosillo, Son.) Radio Universidad (Culiacan Sin.)Colaboradores:· Juan Cervera Sanchis· Sylvia Teresa Manriquez· Miguel Alberto Ochoa García· Carlos Varela Najera· Jóse Carlos Ibarra· Carlos Lavín Figueroa· Enrique Velázquez· Alberto Ángel "El Cuervo"· Teodoso Navidad Salazar· Andrés Garrido del Toral· Faustino López Osuna· Sofía Mireles Gavito· Jaime Cháidez BonillaCrédito en portada: Diseño editorialSuscripción y comentarios:redaccion@lavozdelnorte.com.mxRegistro ante la SEP-Derechos Reserva os-04-2009-120918501000-101ONLINE!FACEBOOKLa Voz del NorteTWITTER@LaVozdelNorteINSTAGRAM@lavozdelnorteLos aniversariosUn siglo de Juan José Arreola Zúñiga:El veintiuno de septiembre de 1918, en Ciudad Guzmán, Jalisco, nació Juan José Arreola, escritor, figura pública, funcionario cultural; Arreola falleció en Guadalajara Jal. El 3/ XII 2001, por eso este 21, la Republica de las Letras festejan el siglo de una de sus figuras contemporáneas. El narrador imaginista, fue el 4º hijo, de catorce que formaron la familia encabezada por Felipe Arreola y Victoria Zúñiga y, sin lugar a dudas su presencia en la literatura nacional dejó una obra perdurable y una buena cantidad de lectores. Felicidades Juanjo. Cumpleaños 487:Cuatrocientos ochenta y siete años de la fundación de Culiacán de Rosales, se cumplieron el 29 de este noveno mes- fecha oficial-. La conocida hoy como ciudad de los Tres Ríos, antigua Villa de San Miguel de Culiacán -Culhuacán, fue fundada por Nuño Beltrán de Guzmán y un ejército de conquistadores, formado por soldados españoles y nativos conversos quienes junto a los pobladores conquistados dieron vida a la que festejamos. Su nombre es un vocablo de un topónimo náhuatl, al que los estudiosos le encuentran dos significados: lugar donde adoran al dios Coltzin o cerro curvado. Mucha agua ha corrido desde entonces, Culiacán en el presente, es la Capital del Estado de Sinaloa y una ciudad pujante donde conviven nativos y llegados de diferentes partes del país y del mundo, quienes con tenacidad y sueños han construido un espacio para historias, esperanzas, sueños, héroes y antihéroes y, que día a día siguen haciendo el presente y el futuro sin descanso, como dicen los viejos habitantes: sin detenerse.Celebrar el cumpleaños de una de las principales ciudades del noroeste de México, también es festejar a los seres que le dan singularidad por la ciencia, arte, gastronomía, historia y microhistorias que la identifican. La reciente tormenta de los últimos días del verano que se va, demostró una vez más que los avatares y los sinsabores climatológicos no son más que un obstáculo que siempre los supera. Viva Culiacán, que cumpla muchos años más. 30 de septiembre.El treinta de septiembre de 1915, en la Babel de Hierro, Nueva York EUA, se realizó la primera trasmisión de radio, por su importancia marcó la industria radiofónica, la cual en los siguientes años se convirtió en el gran instrumento de la comunicación masiva. Lo celebramos. Ese mismo día en 1924 en la Ciudad de Nueva Orleans EUA, nace el escritor y periodista Truman Capote. Autor de obras formidables como: “A sangre fría”, “Muñequita de lujo”, “Un recuerdo de navidad”, entre otras. Truman representa uno de los momentos excepcionales de la literatura norteamericana. Capote murió en la ciudad de Los Ángeles, Ca., a los sesenta años, el 25/ VIII/ 1984, cerrando así el libro de su vida, que enriquece a la literatura universal. EDITORIALDOS COPLAS1.- Yo tenía una ilusión,una ilusión yo tenía,la realidad la mató.¡Quién sabe por qué sería!Desilusionado voy,voy y vengo por la vidasin ilusión que me atea la ilusión de tu vida.2.-Por Dios, por Dios, si, por Dios!no digas que no te quiero,que yo , Vida, hasta te rezo,en secreto enamorado,benditas Aves Maríasy sentidos Padres Nuestros.Que te quiero, que te quiero.¡Ay, ay, cómo te quiero!JUAN CERVERA SANCHISPOETA Y PERIODISTA ANDALUZ03SYLVIA TERESA MANRÍQUEZ* Autora y productora de Radio SonoraEL CÁNCER NUESTRO DE CADA DÍACombatimos el cáncer con todo tipo de cosas, pero se nos olvida el amor. Podría ser la mejor arma de todas".Regina Brett Hoy, como hace mucho tiempo, me sigo preguntando por qué el cáncer nos sigue arrebatando vidas. Hay campañas, gente capacitada en la difusión de lo qué es; sin embrago, la información sigue sin llegar a la gente que debe informar.Dice Alma América Ariochi, Presidenta de la AGP, Asociación George Papanicolaou, que lo importante es prevenir. Hace 33 años la AGP inició enseñando a prevenir los cánceres que afectan a las mujeres como cervicouterino y mama, después se tuvo la necesidad de apoyar a los hombres con cáncer de próstata y testículos, buscando bajar las cifras de defunciones debidas al cáncer en Sonora.Detectar a tiempo cualquier señal puede salvar la vida, sin embargo, América Ariochi comparte que siguen existiendo tabúes y prejuicios para la autoexploración, como en el caso de cáncer de testículo, que afecta mayormente a hombres entre 15 y 35 años de edad; aunque ha observado que ya se habla un poco más sobre estos temas y dice que a los jóvenes les da pena decirle a su mamá que han notado que uno de sus testículos creció, se sienten incómodos para caminar o que encontraron una bolita dura parecida a una canica.Podemos decir que las y los mexicanos tenemos un cáncer para cada órgano del cuerpo. Si el cáncer no distingue sexo, edad ni raza, por qué nos da vergüenza hablar, compartir, preguntar. Cierto que es que hay una violencia difícil de controlar que nos arrebata vidas en las calles. Y cierto también que existe violencia cuando nos negamos a autoexplorarnos o acudir a los servicios de salud detectar a tiempo una enfermedad que afectará irremediablemente a nuestra familia y a nuestro entorno.Hay que leer las cifras. INEGI muestra que en 2014 en nuestro país la tasa más alta de letalidad hospitalaria se debió a tumores malignos padecidos por jóvenes menores de 15 a 19 años de edad. Significa que adolescentes de esta edad murieron a destiempo, dejando a su familia en medio de la impotencia, la consternación y el enojo.Por otro lado, las muertes debidas al cáncer afecta a la economía de las ciudades y los países, volviendo al cáncer un problema de salud pública; otro motivo para exigir que las estrategias de prevención sean oportunas y eficaces, cualquiera que sea la inversión económica de las instituciones a que compete deba ejercer. Por todo esto y más se destaca la labor de agrupaciones como la Asociación George Papanicolau, que se ha mantenido durante 33 años luchando contra el cáncer con más amor, voluntad y decisión que recursos económicos. Comparto las frases de Regina Brett, una escritora estadounidense que fue diagnosticada con cáncer de mama en 1998: “Cuando se trata de perseguir lo que amas en la vida, no aceptes el ‘no”.Digamos “sí” a la detección oportuna de cualquier tipo de cáncer, quizá la vida que salvemos sea la nuestra, de esta forma el cáncer nuestro de cada día quedará sólo en el título de esta columna.04En el presente ensayo hablaré sobre el cuento Continuidad de los parques de Julio Cortázar. Publicado por primera vez en Final del juego en 1964 por la Editorial Sudamericana, hoy por hoy se erige como una de los relatos más estudiados de habla hispana para poner sobre la mesa la metaficción y la minificción propiamente escrita. Al par de algunos cuentos canónicos que al ser publicados cimbraron el panorama cuentístico, Continuidad de los parques es un pilar dentro de su estilo. Sobre estos cuentos, los que rompen los moldes y así inician nuevas formas de acercarse al cuento, de cómo leerlo y de cómo escribirlo, se encuentran La Cena, de Alfonso Reyes; El Aleph, de Jorge Luis Borges, El Dinosaurio, de Augusto Monterroso, por mencionar algunos que abrieron puertas de permisibilidad, es decir, que al ser leídos sus lectores dedujeron que sí, sí se podía escribir cuento de tal forma, de tal tema, con cierta extensión, con este tono estilístico. Continuidad de los parques es uno de esos cuentos.En el texto trataré de evidenciar el oficio de escritor de Julio Cortázar con este cuento mediante un señalamiento de elementos descritos en sus textos Algunos aspectos del cuento, publicado en Teorías del cuento I: Teorías de los cuentistas (1993); y en Del cuento breve y sus alrededores, publicado en Teorías del cuento II: Poéticas de la brevedad (1996). Ambos libros publicados por la UNAM y compilados por el Dr. Lauro Zavala. Algunos de los aspectos a revisar del cuento abordado serán los mismos que Julio Cortázar habla en estos dos textos. Sin embargo, la escritura visceral, interna, imprevisible e intuitiva le dotan a los textos ensayísticos una formación a la cual los lectores deben acercarse para interpretar. En otras palabras, no hay subtítulos o categorías o algún elemento paratextual que haga más fácil leer su concepción del cuento, sino que el lector debe adentrarse con la convicción de interpretar lo mejor que puede lo que Cortázar quiso transmitir en estos dos textos ensayísticos donde aborda el cuento. Lo que piensa el cuento, más bien, lo transmite con el cuento mismo, suponiendo al cuento como un objeto de estudio sobre el cual se crea, se adhiere, se integra a una historia ficticia. Antes de iniciar a citar sendos análisis, será pertinente compartir el argumento del cuento Continuidad de los parques.El protagonista es un hombre que está leyendo un libro, una novela para ser exactos. El cuento describe el ambiente, el espacio, la casa donde está. Se nota o se puede intuir que es adinerado. Comienza a leer cada vez con más profundidad, tiene una inmersión total en el cuento. Después, en el texto aparecen dos personajes, una mujer y un hombre que protagonizan en una cabaña la planificación de un asesinato. Los amantes ven todo cuidadosamente para sea exitoso, luego, con un gran trazo narrativo, los amantes entran a la casa y encuentran al protagonista del cuento, encuentran al lector de la novela en el sillón aterciopelado verde donde leía. El cuento está dividido en tres partes. La primera nos introduce al mundo del lector, es decir, del protagonista real del cuento. La segunda parte relata lo que leía el lector, que es la historia de los amantes asesinos. La tercera parte es la inmersión de los personajes del cuento al mundo del lector, para matarlo, para hacerlo parte de la historia. El autor de Continuidad en los parques y de un sinfín de obras, era afín a la metaficción. Tenía deseos, lo cual declaró en la entrevista A Fondo con Joaquín Soler Serrano que deseaba que sus textos interactuaran con el lector de manera real, física, concreta. Estos deseos de que sus obras literarias tengan un contacto real, no ficticio, con el escritor, hicieron en cualquier forma, revitalizar el grado de contacto ficticio con la mente de los lectores, más no con el mundo físico. Existen otros esfuerzos del mismo autor en obras como Rayuela (1963), donde los capítulos están en desorden y Tablero de Dirección que precede la obra para que lo encuentren de dos formas, a continuación, citaré el instructivo.“A su manera este libro es muchos libros, pero sobre todo es dos libros. El primero se deja leer en la forma corriente, y termina en el capítulo 56, al pie del cual hay tres vistosas estrellitas que equivalen a la palabra Fin. Por consiguiente, el lector prescindirá sin remordimientos de lo que sigue. El segundo se deja leer empezando por el capítulo 73 y siguiendo luego en el orden que se indica al pie de cada capítulo. En caso de confusión u olvido, bastará consultar la lista siguiente”.LA CONTINUIDAD DEL RELATO* Coordinador de Círculos de Lectura CECUT/ UA de BCMIGUEL ALBERTO OCHOA GARCÍA1ª PARTE05Que la vida pulsional de la sexualidad en nosotros no puede domeñarse plenamente, y que los procesos anímicos son en sí inconsicentes (…) equivalen a aseverar que el yo no es el amo en su propia casa. Ambos reunidos, representan la tercera afrenta al amor propio, que yo llamaría psicológica (Sigmund Freud).Freud era un personaje muy escéptico, aun ante temas como felicidad, maternidad, relación sexual, no creía como lo hace la religión, y su brazo armado la psicología humanista, en la dicha y felicidad como tablitas de salvación de la humanidad, incluso tenía sus dudas con respecto a la función materna, y paterna, era nuestro querido Freud un escéptico valiente. Insumiso a pesar de las lápidas que se cernían sobre su movimiento, hoy sigue su influencia viva ante los que declaran su muerte y extinción, fresquito nuestro Freud. Frente a la función materna y paterna, Freud irreverente, no creía en las escuelas para padres, que están muy de moda en las aulas, éstas suponen que educando “inteligentemente” se evitará el conflicto, ante la pregunta de ¿Cómo educar a nuestros hijos de la manera más correcta y sana?, Freud contestaba, “Eduque como quiera, que de todos modos cometerá errores”, ese es nuestro Freud irreverente. Con respecto a la vida Freud sabía que ella sólo nos lleva a la muerte, la vida es sólo un suspiro, la meta es la muerte, que nos convierte en caca, el placer del instante es el que se quisiera eternizar, las religiones de eso se aprovechan para vender una vida eterna gozosa, el placer es el lindo amo que nos ha domesticado, sobre el placer, eros, se inclina la servidumbre humana, eros en todos sus presentaciones somete al sujeto a esas satisfacciones cuya lógica sólo es la repetición, y ante ello pocos escapan, porque incluso algunos transformamos el trabajo en un placer o la lectura como sustrato placentero para soportar la vida.Algunas veces el sujeto se autoexilia, para vivir encerrado en esa felicidad de la quietud, donde se supone que el otro invasor, no lo acose, sin embargo paga con su paranoia encerrarse en su cuerpo, y la locura galopante lo derriba, en otros momentos huye hacia el país de las maravillas, y su santidad el tóxico lo toma por sorpresa, cedándole la vida, y pensando que de esa manera habrá formas de triunfar ante lo perecedero, algunas otras veces tomamos por asalto el amor desoyendo el consejito de que, “jamás nos hallamos tan a merced del sufrimiento como cuando amamos”, estos supuestos freudianos incuestionables hacen de Freud nuestro escéptico valiente, claro, habrá miles de opiniones contrarias enmarcados en la ideología que el capitalismo nos ofrece y el discurso cientificista.Pero en los hechos se impone el argumento de Freud, más adelante incluso con autores postlacanianos, como Miquel Bassols I Puig, nos entrega un texto muy interesante cuyo título: “Tu yo no es tuyo”, lo único que logra es confirmar lo que Freud nuestro escéptico en un momento de su vida mencionó, que el hombre no era dueño de su propia casa, en alusión al empobrecido yo con sus investiduras débiles, que pretenden gobernar al sujeto sin darse cuenta que este yo es sometido por el placer, encerrándolo en la repetición incesante hasta que la muerte lo separa, la repetición del placer toxicómano, erótico, bulímico, y de otras tantas especies hasta que el cuerpo ya no soporta más y espera la muerte como su más grande benefactora como bien lo dijo nuestro querido Freud.Si el psicoanálisis no cree en el empobrecido yo, entonces a que santo encomendarse, a ninguno, ya que no hay santo sin erección, entonces estamos en pelotas, nada hay que nos dé certidumbre más que nuestra propia muerte, buena la hicimos, como dijera Cristina a Lea, en el famoso caso de las hermanas Papin, frente a su asesinato atroz, si el yo no es tuyo, como es posible tomar conciencia, aún más si el yo es un sucedáneo de placer, el yo no madura, sólo requiere repetir la dosis de placer para hacer creer que vive.Ante estas interrogantes que Freud nos lanza queda la invención de verdades absolutas que la ciencia y religión nos lanzan, se trata de desangustiar al sujeto frente al destino nuestro que es la muerte, no por nada hay gente que cacarea la felicidad como sentido último de nuestra especie, sin darse cuenta que nuestra especie esta acabando con su vecino, con las otras especies, y así como el general Custer afirmaba que el mejor indio era el indio muerto, cuyo salmo lo tomaron prestado los primeros mormones, para declarar la muerte a lo distinto a su raza blanca, esto tal vez lleve a Freud a declarar un pesimismo valiente, pero aun con todo un paso más adelante. ESCEPTICISMO VALIENTE* Doctor en Educación/ Lic. en psicologíaCARLOS VARELA NÁJERA06INQUIETUDES, OBSERVACIONES Y REFLEXIONES“DIOS NO JUEGA A LOS DADOS CON EL UNIVERSO”ALBERT EINSTEINEn el primero y segundo capítulo del Génesis, se narra que la Obra de la Creación fue hecha por Dios en siete días. La teoría predominante de los científicos nos dice, que el origen del Universo se debió a una Gran Explosión o Big Bang, o sea que toda la materia y toda la energía del Universo estaba en un sólo lugar y luego explotó, y que esa explosión marca el principio del tiempo y expansión del espacio partiendo de la nada, una expansión que sigue ocurriendo, y se estima que este acontecimiento sucedió hace 13,800 millones de años.Pues bien, hace aproximadamente 20 años, la Organización Europea para la Investigación Nuclear, inició la construcción del proyecto del Gran Colisionador de Hadrones, gigantesca maquinaria, instalada en un túnel de 27 kilómetros de circunferencia, y a una profundidad de 100 metros, al lado aledaño del lago Leman de Ginebra. En el proyecto han participado 80 países, 7,000 físicos inclusive de la UNAM, con un costo de 10,000 millones de dólares.La duración del proyecto fue de más de 9 años, y fue inaugurado en 2008 en la frontera franco suiza, y la idea es mantenerlo en operación hasta el 2022. El objetivo primordial, es hacer experimentos con partículas subatómicas, “recrear el instante inmediatamente posterior al Big Bang, para comprender la composición de la materia, y la interacción entre partículas muy pequeñas”Se han realizado varias pruebas hasta cierto punto satisfactorias, mas al parecer, no se ha dado con el teórico bosón de Higgs, o sea la llamada “Partícula de Dios”. Aun siendo lego en estas abrumadoras y no menos interesantes cuestiones, surgen interrogantes como por ejemplo: ¿qué pasaría si hubiera un error humano, y la operación del Colisionador se saliera de control? ¿Se desencadenaría un cataclismo apocalíptico, o no habría consecuencias mayores? ¿Después del 2022, seguirá utilizándose con otros fines, o se abandonarán tan colosales instalaciones?El destacado científico Freeman Dyson en “Trastornando el Universo”, escribió: “¿Puede el hombre jugar a ser Dios sin perder la salud?”. METEORITOSHace 65 millones de años, cayó en Chicxulub (pulga del diablo). Yucatán, un enorme bólido, el cual fue descubierto a finales de la década de 1930, de 180 kilómetros de diámetro, los científicos estiman que se extinguió más del 50% de la especie, incluyendo los dinosaurios, actualmente se trabaja en la zona, en un ambicioso proyecto con fines turísticos.Hace 50,000 años en Arizona, cráter Boringer de 1,200 metros de diámetro y 170 metros de profundidad.En 1908 en la región de Tunguska, Siberia. Rusia, un cráter de 450 metros de diámetro y 50 metros de profundidad.En 1969 en Valle de Allende, Chihuahua, un meteorito con más de 1,000 kilogramos de peso.En 1863 en un poblado de Bacubirito, municipio de Sinaloa, fue descubierto por un campesino un meteorito, en su tierra de cultivo, permaneció en el lugar cerca de 100 años, en 1959 se trasladó a Culiacán, al Centro Cívico Constitución, y desde 1992 se exhibe en el Centro de Ciencias de Sinaloa, en la misma capital. Se calculó su peso en 21.5 toneladas, longitud 4.20 metros y altura 1.75 metros.Como es sabido, el planeta Tierra forma parte del Sistema Solar, y éste de la galaxia llamada Vía Láctea, una galaxia agrupa 100,000 millones de estrellas, y de acuerdo con cálculos recientes de astrofísicos, de prestigio mundial, se estima que en el Universo hay 2 billones de galaxias, entonces, ¿estamos solos? La lógica más elemental nos dice que no, no obstante, voy a recurrir al reconocido astrónomo británico, Fred Hoyle, quien en la “Nube de la vida”, a este respecto expresa:“La idea de que la vida en el universo sólo existe en la tierra es básicamente precopernicana. La experiencia nos ha enseñado repetidamente que este tipo de pensamiento es muy probablemente erróneo. ¿Por qué nuestro pequeñísimo asentamiento, debe ser único? Al igual que ningún país ha sido el centro de la Tierra, tampoco la Tierra es el centro del Universo”.JOSÉ CARLOS IBARRA* Autor sinaloense07En Monte Alban Oaxaca, existen figuras talladas en piedra por los zapotecas, conocidas como Los Danzantes, son personajes sagrados -que se dice prisioneros- eran enanos, jorobados, o con otros defectos; bocas y narices anchas, ojos oblicuos, a quienes se les tenía veneración y un edificio principal dedicado a ellos-Pues caso similar resultaron ser las colosales cabezas olmecas, localizadas en Tabasco y Veracruz, que han sido un misterio, centro de especulaciones y controversias en cuanto a su creación y función; se ha insistido que tienen rasgos negroides por sus gruesos labios y nariz ancha, características del África Subsahariana, esto, sin haberse esclarecido como pudo haber llegado esta influencia a América siglos antes de la era cristiana y del mismo descubrimiento y además sin dejar descendencia con esos rasgos. Esas características son ya comunes en esa región, pero sólo a partir de la presencia de esclavos negros que fueron traídos hasta principios de la época colonial, muchos siglos después de haberse elaborado esas colosales cabezas. También se ha dicho que por su tocado representaban a diferentes gobernantes; otros aseguran que son guerreros destacados y que esos tocados son cascos de guerra. Examiné varias cabezas olmecas y desde el primer momento me parecieron ser de enanos, o de adultos jóvenes con mongolismo o Síndrome de Down. Me apliqué a investigar, y llegué a la conclusión de que esas cabezas efectivamente corresponden a jóvenes con ese síndrome, ya que hay información que la cultura olmeca consideraba como “dioses de amor” a los niños con ese síndrome por ser muy afectuosos.Un caso documentado se da en La Venta en Tabasco, con el legendario ‘Garra de Jaguar” un guerrero, sacerdote y gobernador supremo, que no era el ser más importante, sino un adolescente “cara de niño”, que ya había presenciado diecinueve cambios de estación -años de vida- al que daban todas las comodidades en un área separada de la comunidad habitada también por Garra de Jaguar. La mayoría de esos niños morían en la infancia. A los que llegaban a una edad adulta, se les honraba con una figura colosal de su cabeza en piedra, las más antiguas datan desde principios del 1500 al 1000 a. C. y algunas del 1000 al 400 a. C., más de mil cien años de ser elaboradas. Pesan alrededor de 6 toneladas, las más son de 25, mientras que la mayor está entre 40 a 50 toneladas, aunque esta fue abandonada sin terminar. Observé con detalle que estas cabezas muestran rostros de jóvenes indígenas masculinos, con características propias del Síndrome de Down como; cara redonda y relajada con nula expresión muscular, cuello corto, mejillas carnosas que ocultan pómulos, narices anchas y chatas, orejas pequeñas y deformes; y lo que más destaca son sus ojos oblicuos almendrados claramente mongoloides ligeramente entrecerrados con mirada perdida representada en todos los casos por la carencia de pupilas. Esos seres, representan específicamente jóvenes con Síndrome de Down o mongolismo, o con enanismo que eran personajes sagrados entre los olmecas porque la propia naturaleza los escogía y los hacía únicos entre los demás individuos. Y encuentro también, que esa creencia llega hasta nuestros días cuando recientemente vino al mundo un niño al que su madre- ya muy adulta- puso “Precioso Regalo”, nacido en La Venta Tabasco, lo nombró así porque recibió de la naturaleza un niño distinto con los elementos del Síndrome de Down. A esos niños pequeños también se les honró con esculturas de cerámica en cuerpo completo, generalmente de 25 a 35 cm, brillantes, de color blanco o de color crema, con la cabeza grande. Igual tienen ojos almendrados muy estrechos, las extremidades cortas y gruesas, y todas son diferentes, estos personajes están desnudos y recuerdan a niños sentados o gateando. Los olmecas también los tallaron en piedra, las más pequeñas fueron en jade, algunas con fuertes rasgos de jaguares, que pueden representar el mito olmeca acerca de la interacción del jaguar o del espíritu jaguar con los seres humanos. En este mito, se dice que un jaguar copuló con una hembra humana y así dio nacimiento a estos "hombres-jaguar", representados como niños y jóvenes masculinos. Entre los olmecas, el espíritu de la lluvia aparece en su mitología en un ser masculino, que se representa como un niño, o joven, o como un enano. Este mito se enfoca en los "niños de la lluvia”, espíritus como duendes o "gente pequeña". En el Estado de Chiapas, entre la comunidad zoque perteneciente a los mixes, asentada en el Istmo de Tehuantepec, a la fecha trasciende que los espíritus de la lluvia son muy viejos, pero que lucen como niños.P.D. Hasta la próximaCARLOS LAVÍN FIGUEROA* Historiador y Cronista de CuernavacaEL MISTERIO DE LAS COLOSALES CABEZAS OLMECASNIÑO Y ADULTO OLMECA CON SÍNDROME DE DOWN 08El repentino fallecimiento del doctor Luis Pomposo de la Torre cayó de sorpresa y la noticia corrió como reguero de pólvora por todo el pueblo. Nadie podía creer que un hombre tan capaz en su profesión, tan bondadoso en su corazón, tan buen marido y padre, tan responsable ciudadano, tan relativamente joven y completamente sano de su cuerpo y alma hubiese muerto de un día para otro, aparentemente sin motivo ni explicación alguna. El día de su fallecimiento, su casa era insuficiente para albergar a los dolientes y curiosos, porque –con excepción del cura- era todo el pueblo, incluido el otro médico de la zona cuyo destino estaba indisoluble y fatalmente ligado al de su colega fallecido. A pesar de la aflicción que la inundaba, su hermosa mujer se desbordó entre tener los cinco sentidos puestos en los detalles del velatorio y el entierro de los restos mortuorios de su marido, y entre atender a todas esas personas que, sin consideración alguna, se apropiaron en tropel del lugar como si fuera suyo, arrasando todo cuanto a su paso encontraron, tal cual hormigas depredadoras en busca de su escondrijo. Con la angustia apenas disimulada y el debido tiento, afanosa dio órdenes estrictas, inapelables, al personal de la funeraria sobre cómo debían preparar el cadáver para el velatorio; atendió al administrador del panteón para acordar hasta el mínimo detalle de la inhumación; arregló y organizó con pulcritud y sensatez la habitación en donde sería velado el cuerpo; vigiló que el café estuviera en su punto de azúcar y canela, para disfrute de los solidarios dolientes. Y en todo ese trajín nunca perdió la compostura de la mujer firme, pero a la vez comprensiva y dulce, que como un hálito pululó siempre alrededor de su marido, auxiliándolo en su trabajo, cuidando la perfecta marcha del espacio doméstico y, mucho más, la apasionada intimidad del matrimonio, aunque por dentro su alma estuviera destrozada. Porque no por sabido por ella –y sólo por ella- con mucha antelación, el hecho era menos desgarrador. El galeno era célebre en el pueblo, entre otras cosas, porque –se decía- ningún enfermo atendido por él había quedado sin cura y, más aún, porque no tenía en su haber ni un paciente fallecido, aunque nadie hubiera tenido nunca el cuidado de verificar si tan desmesuradas aseveraciones fuesen ciertas. Y eso se debía, claro, a que era el mejor terapeuta de todos los tiempos en kilómetros y kilómetros a la redonda. Tal era su fama que desde los cuatro puntos cardinales peregrinaba la gente por horas, y si era necesario por días, en busca de sus cuidados. Su casa –que también hacia las veces de consultorio y hospital- siempre estuvo llena de personas que por arte de quién sabe qué maravillosas habilidades de organización y sin importar las circunstancias, eran debidamente atendidas de sus males y dolencias. Y a pesar de ello, la familia se daba tiempo para todo. Las lenguaraces del pueblo, ociosas de suyo, se habían dedicado a casi santificarlo en vida, corriendo de boca en boca la especie de que hacía un milagro tras otro, atribuyéndole las historias más inverosímiles, como copiadas bizarramente de los santos evangelios: lo mismo había devuelto la vista a un ciego que la vida a un muerto con sólo poner sus manos encima o decir unas palabras mágicas, en un acto casi de exorcismo que expulsaba a los demonios que –quien sabe cómo ni por qué- se introducían en los cuerpos y las almas de los sufridos pacientes. A este doctor –decía la gente- la muerte le pela los dientes, y por eso, aseguraban con la misma certeza de que el sol sale todos los días, que habría de vivir más allá de una eternidad. Y a pesar de las llamadas de atención y del disgusto del galeno por la difusión de historias disparatadas que lo asemejaban a un curandero charlatán y denigraban la noble profesión, las devotas no cejaron en su tarea de inventarlas. Lo hacían con lujo de detalles y las contaban de manera tal que cualquiera diría que, ciertamente, habían presenciado los hechos. Dijeron que separó a unos trillizos, sin que en sus cuerpos quedara cicatriz alguna de la operación. Que hizo vivir a una niña nacida a los tres meses de embarazo y con apenas medio kilo de peso. Que curó a una anciana de una rara enfermedad con tan sólo exponerla a los rayos del sol y lanzar una perorata acompañada de extraños gestos. Que unas veces usaba una especie de varita chispeante y, otras, unos cataplasmas de estannato para curar determinados males. Que de sus manos emanaba una ola de calor que volvía cuerdos a los locos cuando las aplicaba en sus cabezas. Que, incluso, podía curar a distancia, para lo cual bastaba que algún pariente del enfermo le indicara con cierta certeza los principales síntomas del mal. Que curó a una mujer de un mal imaginario con hinchazones en el cuerpo, supuradas por el galeno con una jeringa hipodérmica. Que una vez ordenó a un paciente cesar los dolores que lo aquejaban, y que cesaron. Que volvió a la vida un sujeto congelado a pesar de que la temperatura ambiente era de 45 grados centígrados. Que a muchos les daba brebajes preparados con raras sustancias sólo por él conocidas. Que extrajo muchos tumores, algunos del tamaño de una sandía, sin abrir a los pacientes. Que con sólo invocar su nombre, hizo regresar a su casa a un sujeto perdido sin dejar rastro alguno debido a su extravío mental. Que curó a una señora que soñaba pesadillas aún despierta. Y, en el colmo, dijeron que cuando una procesión de dolientes acompañaba el ataúd de un muerto pasó por enfrente de la casa del galeno, éste se levantó de la mecedora en la que estaba sentado tomando el fresco y preguntó “A quién llevan ahí”, y cuando le contestaron “A Sebastián Malasuerte”, el doctor dijo “Ese no está muerto, sino cataléptico, sáquenlo de ahí y llévenlo a su casa”. Y para buena suerte de Sebastián Malasuerte, efectivamente no estaba muerto. Ello naturalmente contrariaba seriamente al cura de la región, cuyos tronantes regaños -lo han de pagar el día del juicio final, peroraba desde el púlpito- les entraban a las impías mujeres beatas por un oído y les salían por el otro. Y si por el religioso fuera, por más que con ello atentara contra la enseñanza y la voluntad divina, el médico podría irse exactamente al carajo, con tal de recuperar el prestigio y, sobre todo, el reconocimiento y el control de la grey que mucho tiempo atrás había perdido. Y tanto más fuera por el doctor Ramírez de la O, único otro médico que ejercía en la región, pues sus pacientes se reducían a los que, bondadosa y solidariamente, le enviaba el doctor Luis Pomposo de la Torre, con enfermedades simples y que, a regañadientes, aceptaban que los atendiera alguien que no fuera el milagroso galeno.MUERTE POR CONFUSIÓNCUENTOENRIQUE VELÁZQUEZ09* Autor sinaloensePodría pensarse que, sin competencia al frente, el doctor Ramírez de la O vería enderezada su suerte, pero no había tal. De hecho, con su muerte, el doctor Luis Pomposo de la Torre se llevaría a la tumba el destino de su desafortunado colega, cuando a raíz de la formulación del certificado de defunción escenificara un diferendo con la viuda.Resulta que, a la hora de anotar en el documento las causas de la defunción, el colega del muerto garrapateó la frase: “Causas desconocidas que propiciaron un paro cardiaco”, pues extrañado no había encontrado enfermedad alguna que hubiese provocado el fallecimiento de su colega. Sobria, amable y digna, la viuda le dijo de manera suave y respetuosa, pero a la vez firme, que su marido había fallecido por causas sabidas por ella que le propiciaron un infarto espiritual y le rogaba que así lo dejara señalado en el documento oficial. Anonadado y apabullado por las palabras y la imponente presencia moral de la viuda, el doctor Ramírez de la O a duras penas pudo preguntar acerca de las dichas causas que provocaron un infarto espiritual que “señora no puedo técnicamente relacionarlo con un fallecimiento corporal”. Sin perder la amabilidad, secamente la viuda repuso en una sola y contundente frase, remarcando la palabra de la causa: “La Confusión, doctor”. El gesto en la cara del galeno fue indescriptible. Después de un silencio prolongado que pareció durar un siglo, mientras asimilaba lo escuchado y meditaba la respuesta, con voz temblorosa y apenas audible le dijo a la viuda que tal enfermedad no estaba registrada en ninguno de los anales de la ciencia médica y que, por tanto, no podía aducirla como causa de muerte alguna. Sobreponiéndose a la pesada personalidad de la dolida mujer y a su propia turbación alcanzó a interrogar que cómo y en dónde se había originado tal versión. A lo cual la viuda contestó otra vez secamente: “Me lo dijo mi marido. Y me rogó, sino es que me exigió, que así quedara asentado en su certificado funerario”. Luego explicó brevemente que, una mañana de años atrás, su marido le había asegurado que había contraído el terrible mal de la Confusión y que esa sería la causa de su muerte. Que deseaba vehementemente que la ciencia médica supiera que ese mal existía, que era incurable y mortal. Más todavía: que carecía de sentido estudiarlo, porque se origina en la esencia misma del ser humano, pero que sin duda alguna existe, toda vez que él lo había contraído y lo estaba matando. Que la ignorancia del mal había conducido a muchos facultativos a diagnósticos equivocados y, por ello, a torturar a los pacientes con tratamientos igualmente desacertados. Que no deseaba que ello siguiera ocurriendo y que quienes contrajeran dicho mal debían morir en paz. “Así que en su nombre –adujo la viuda-, le ruego que escriba adecuadamente el certificado de defunción.”Quién sabe cómo, pero el Dr. Ramírez de la O encontró la fuerza y las palabras que expuso atropelladamente para argumentar que no sólo era cuestión de respetar los códigos profesionales respectivos, sino que la salud de su propio equilibrio emocional no le permitía escribir algo que, a su juicio y al de la ciencia médica, carecía de fundamento y que, por tanto, no tendría validez jurídica. Ante la negativa, la viuda dijo: “Muy bien, doctor, gracias. Le advierto que, de cualquier manera, mi marido tendrá y será enterrado con el certificado de defunción que deseaba y que a la verdad corresponde. De mi cuenta corre.” Ante tal afirmación, el Dr. Ramírez de la O sólo alzó los hombros, se puso el sombrero y se escabulló de la casa en medio del llanto y las lamentaciones de los dolientes, que ni siquiera repararon en su persona. El Dr. Ramírez de la O no supo nunca qué trámites hizo la poderosa viuda para lograr su propósito, pero al día siguiente del entierro pudo comprobar en los archivos del registro civil que el certificado de defunción, firmado por el propio muerto, rezaba como causa de la defunción el mal de la Confusión que había propiciado un infarto espiritual.Lo cierto es que el litigio se hizo voz pública y como consecuencia, al revés de lo esperado, la clientela del Dr. Ramírez de la O se redujo a cero, y peor aún, en su vida cotidiana era objeto, abierta o simuladamente, de rechazo y desprecio, pues todo el pueblo consideraba que no estaba facultado para poner en entredicho la sabiduría de su colega fallecido. Ante el desolador panorama, el Dr. Ramírez de la O no tuvo más opción que tomar la decisión de abandonar el pueblo. No obstante, horas antes de su definitiva partida, tuvo la incierta intuición de hablar por última vez con la viuda y se armó de valor para encaminar sus pasos hacia la que fue la casa de su excolega, sin saber siquiera si sería recibido. No estaba cierto de lo que buscaba o esperaba de la visita, pero se decía que ya frente la viuda lo sabría. Para su sorpresa, fue recibido sin más. La viuda tardó algunos minutos en aparecer, tiempo que al Dr. Ramírez de la O le pareció angustioso y torturante, al grado de que dudó un momento en permanecer ahí. En eso apareció la viuda, imponentemente vestida de negro se sentó en el sillón situado enfrente del Dr. Ramírez de la O y, sin preámbulos, interrogó: “A qué debo el honor de su visita”. El galeno nervioso jugaba con los dedos de sus manos; alzó la mirada y la fijó decididamente en los ojos de la viuda, le informó escuetamente de su partida y, no pudiendo decir mucho más, finalmente agregó: “No sé, señora, qué decirle ni qué hago realmente aquí. Estoy muy confundido”, después de lo cual bajó la vista y enmudeció. Sin perder la figura y con una profunda tristeza reflejada en el rostro, la viuda contestó: “En verdad lo siento, Dr. Ramírez de la O, porque precisamente de eso se va morir; y habida cuenta de la experiencia, le aconsejó que deje redactado su certificado de defunción.” Acto seguido, solemnemente la señora se puso de pie, extendió su mano para despedirlo y se retiró dejándolo sólo en la inmensa sala de la casa. Nadie supo nunca cuál fue el destino final del Dr. Ramírez de la O ni cómo fue que el pueblo entero desapareció, pero quienes por azares del destino han pasado por sus ruinas, dicen sentir el indefinido dolor y el profundo desasosiego que produce la enfermedad de la Confusión que inevitablemente conduce a la muerte.Enterado el cura de la negativa de la viuda, por órdenes del marido, de que los funerales tuvieran el mínimo tufo religioso, creyó llegada la ocasión para ajustarle las cuentas al hereje, como solía llamarle, durante el sermón del primer domingo después del deceso, cuando desde el púlpito dijo: Hermanas y hermanos, hijas e hijos del señor, es la voluntad Divina que, al final, la verdad se sepa e impere en la Tierra, revelando ante los ojos de todos a todo aquel que pretenda malignamente compararse con el hijo de Dios, en cuanto a su virtud de hacer de milagros, pues recibe su castigo, aun con la muerte, por más sano que aparente estar. Como todo, las enfermedades también son creación del divino señor con el objeto de recordarnos que somos seres mortales. Y es Él quien decide si la enfermedad que azota a una persona es pasajera o definitiva, porque también es Él quien ha creado la cura. El infierno espera a esas almas desviadas del culto y enfermas de soberbia. En ese sentido, no hay confusión posible. Acto seguido, el sacerdote se desplomó en el atrio y uno de los monaguillos se acercó corriendo y le preguntó: ¿Está usted bien? ¿Qué le sucede? Y el religioso contestó: ¡No sé qué demonios ocurrió? ¡Estoy muy confundido¡Next >