CARLOS VARELA NÁJERA
La praxis analítica sólo puede ser considerada responsable si es posible definir un cálculo de la interpretación siempre que ese cálculo sea anterior al cálculo mismo. ¿Que estructura lógica debe tener semejante cálculo? Esta pregunta lleva a interrogar la sintaxis de la interpretación en las neurosis y en las psicosis, la noción y el problema general del desciframiento, el vínculo entre el saber y el deseo del analista (…) (Gerardo Arenas).
Me encontré con Gerardo Arenas en Barcelona, como siempre su amable sonrisa y abrazo franco, el sol de medianoche nos alumbraba y en mis manos cargaba su último libro en su segunda edición “Estructura lógica de la interpretación”, además de erudito, complejo, marca un hito y rumbo epistemológico dentro de la Orientación Lacaniana, Gerardo no se anda con medias tintas, el sustento lógico, las referencias y su posicionamiento riguroso lo ubican como un referente obligado frente a otros discursos que abusan de la precocidad en sus juicios, sobrelacanizando al propio Lacan, Gerardo hace otra cosa, refunda un saber, sostiene un practicable y da un soporte formal a su mathesis.
La lógica es su recorrido, sabe que la interpretación no es arte de merolico, ni tampoco se interpreta a tontas y a locas, sino que la interpretación tiene una estructura lógica y formal, más allá de exageraciones mentalizadas, o de sujetos con supuestos saberes. La interpretación implica un cálculo, no el arte del adivino, así pues, Gerardo sabe de lo que habla por eso su trabajo de formalización lo coloca como un geómetra del psicoanálisis, instala los andamiajes, suelta las poleas, amarra los puntales de una obra arquitectónica sin igual, porque sabe que los detractores del psicoanálisis se encuentran a la vuelta de la esquina, y Gerardo sin conceder introduce un soporte incuestionable a la práctica psicoanalítica, incorporando una armadura lógica y epistemológica a nuestra práctica que no es como las otras, la práctica que nos entrega Gerardo es de una consistencia lógica impecable apuntando con su índice hacia una ciencia lógica que abraza nuestro dispositivo, en ese sentido todos los que practicamos desde la orientación lacaniana estamos en deuda con Gerardo.
Él, en sus primeras páginas coloca una puerta, sólo puedes entrar si conoces las reglas mínimas del cálculo proposicional, y nos lanza a que tomemos ese guante, así como en la academia de Platón: “No entra nadie que no sepa geometría”, Gerardo nos lee las reglas del juego, sólo de esa manera podremos desplegar la lectura atenta, la comodidad con la que el autor se mueve entre el cálculo y la probabilidad obedece a su experiencia en el campo de las ciencias duras, donde la formalización matemática va de suyo, los grafos y cadenas amarran al lector que como camisa de fuerza exigen correr por lo menos a buscar en Ferrater Mora un auxilio simbólico de su matemática, frente a la avalancha proposicional que nos lanza Gerardo.
Lo inconsciente y sus formaciones tienen una sintaxis, también axiomas que debemos encontrar, no podria ser de otra manera ya que Lacan otorga un soporte topológico y nos coloca en la disyuntiva de rascarnos la cabeza hasta que se pierda el cabello, puesto que sus soportes son complejos y con erudición, desde ahí entendemos que no cualquier hijo de vecino puede entrar a esta casa, mucho menos entrar a ese mundo de lo inconsciente, ya que desde el momento en que empieza a hablar aparecen las cadenas significantes que lo amarran a un decir, a reglas, con sus formalizaciones, donde lo dicho siempre es usado en su contra, esa cadena significante que lo anuda al síntoma, es de una infraestructura lógica, cuyas variables, constantes son trozos de cuerda que pueden anudarse unos con otro, nos dirá nuestro autor, en un capítulo extraño, nos encontramos con un desafío, con la lógica pura de la interpretación, un real puesto en escena, que por ningún medio simbólico o imaginario se puede descifrar sólo tomándolo a la letra, pero su decir duele, ya que queda sin la interpretación simbólica a lo cual el nombre del padre nos tiene acostumbrado, este real de letra zr´tlolgkrix zo z mÍrxxfwligmR, es como lo dice Gerardo un máximo de confusión a lo cual sólo nos puede llevar lo real, claro, si leemos el libro de Gerardo, él es la solución, están invitados muy cordialmente a su lectura para que no se extravíen aún más en los reales. Abrazos amigo Gerardo, el porvenir es bello.
* Licenciado en psicología y doctor en educación