AMÉRICA PINA
¡Son tantas las emociones que no sé con qué iniciar! El pasado noviembre de 2017, en la reunión internacional de escritores BAJO EL ASEDIO DE LOS SIGNOS que anualmente se realiza en nuestra ciudad, tuvimos el gusto de saludar a queridos amigos de Hermosillo, entre muchos a Ricardo Campos Ruelas, quien fue el iniciador del ENCUENTRO ESTATAL DE CUENTO EDMUNDO
VALADÉS, hace cuatro años.
Su idea según nos comentó, es que esta reunión fuera itinerante, que todas las ciudades de nuestro estado tuvieran la posibilidad de ser sedes; lamentablemente para el caso, nuestra geografía es extensa y esto dificulta a veces el traslado a las ciudades más alejadas del centro.
Ricardo habló con quienes integramos el Colectivo Letras en Movimiento, y decidimos lanzarnos al proyecto, aunque sólo somos nueve decidimos aceptar el reto. De inmediato nos enviaron la convocatoria, le hicimos algunas adecuaciones y en los primeros días de diciembre se dio a conocer, esperando nosotros que de inmediato empezaran a “llover” los cuentos de los posibles participantes, pero no fue así, la fecha del evento se programó para el 20 y 21 de abril, por la cercanía con el Día del Libro y quizá pensaban que no había prisa; bueno, nos dijimos, vayamos mientras pensando en la logística.
En cada reunión, fuimos aportando ideas; una compañerita maestra del ITSON nos dijo voy a preguntar si ahí nos prestan, la respuesta de inmediato fue positiva, así ahora había que pensar en la promoción del evento en nuestra ciudad y lugares cercanos. Además de las redes sociales, nos dimos a la tarea de repartir a la antigüita, de mano en mano, sendos carteles con la convocatoria, lo que dio un magnífico resultado, las hicimos llegar a las escuelas como los COBACH, CBTIS, la mayoría de las Universidades en la ciudad y poblados circunvecinos, como Navojoa, Pueblo Yaqui, Álamos etc.
Los cuentos no llegaban; mientras empezamos a solicitar recursos, mucha gente viajaría de puntos lejanos y había que preparar bocadillos, café, bebidas etc. comida para el mediodía pues los trabajos se extendieron desde las 9 de la mañana hasta las ocho de la noche; nos dirigimos entonces a la Dirección de Turismo y Cultura, donde amablemente nos dieron algunos apoyos, y algo muy importante, nos ayudaron a organizar una rueda de prensa en Palacio Municipal, a la que asistieron todos los medios de comunicación resultando un verdadero éxito.
La Asociación de Mujeres Profesionistas de Cd. Obregón, A.C. también nos brindó su apoyo y nos acompañó en todo momento. Ya casi era la fecha de cierre para la recepción de los cuentos. Pusimos como límite el 10 de marzo ¿Por qué? Se pretendía hacer una Antología y había que revisar todos los envíos minuciosa y responsablemente. Como buenos mexicanos, en los últimos días antes del cierre, llegó la avalancha de cuentos y entonces si se dejó sentir el trabajo pesado, quienes fuimos comisionados para la revisión, trabajamos exhaustivamente y en contra de los pronósticos que auguraban una recepción quizá menor de 40 cuentos, logramos reunir 55. ¡Qué bonito! Si pero…¿ en cuánto nos irá a salir la antología? Aquí cabe decir que el evento casi fue autofinanciado, se pidió a cada participante la cantidad de $ 200.00 y a pesar de los imprevistos, fue posible cubrir los gastos. Ya está la primera mesa ubicada para sus lecturas y empiezan los aplausos, ahora la segunda ¡Qué chulada! Puro joven estudiante de la Universidad Tecnológica del Valle del Yaqui, y de ahí en delante, en todas las mesas hubo participantes jóvenes, muy jóvenes y los de abolengo, compañeros que tienen ya una larga trayectoria dentro de las letras.
Cuando ya estuvimos reunidos la mayoría, se procedió a la inauguración, todo el Comité Organizador y las autoridades del ITSON al frente, acompañados de las instituciones y personas que nos brindaron su apoyo, aplaudimos emocionados, tenemos casa llena. La más pequeña de los participantes, recibió su “patada” de iniciación del mayor de los compañeros, quien además se sentó junto a ella en la mesa y cuando a la pequeña le entró el pánico escénico, él la invitó a leer juntos el cuento una línea cada uno y de ahí la niña tomó velocidad y no paró.Con emoción inmensa íbamos identificando a nuestros compañeros llegados de diversas ciudades, la mayoría, de Hermosillo, el abrazo que nos dimos fue de verdad entrañable, como lo que somos, una gran familia de escritores.
Quizá usted se pregunte ¿Por qué Edmundo Valadés tiene el honor de dar su nombre al evento? Una de las primeras participantes, escribió una carta a Edmundo Valadés y en ella nos informa de su obra; más tarde tuvimos una conferencia magistral a cargo del Dr. Jesús E. Noriega y el Mtro. Ismael Serna, asignados por el Instituto Sonorense de Cultura que además promueve un libro sobre la vida y obras del escritor, misma que a muchos nos dejó sorprendidos. Llegó la hora de los alimentos y rápidamente nos movilizamos a la cafetería, ahí compartiendo el pan y la sal todos comentan: ¡Qué bonito evento! Y nosotros pensamos: el evento somos todos, gracias por asistir.
Todas las mesas nos enriquecieron con sus lecturas, la variedad de tópicos fue tanta como las edades de los participantes, los mayores nos vamos a la evocación y los jóvenes a la fantasía. Ya es sábado, nos queda una mesa de participantes, magnífica como todas, y enseguida el curso de cuento impartido por Carlos Padilla: Sobre los hombros de gigantes charla sobre las técnicas para escribir cuento. Escritor multi premiado por sus novelas y sus cuentos, quien tiene no sólo el conocimiento, sino además una gran facilidad para transmitirlo, nos cautivó durante dos horas.
Y vamos a entregar los reconocimientos de la última mesa, impecable como todas y ahora el último reconocimiento es para Carlos Padilla. Sin protocolo alguno, con la mayor sencillez se presenta el comité organizador para dar la despedida a los compañeros, alguien me preguntó esa noche ¿y quién clausuró? Nadie, porque esto no se cierra, está abierto para seguir un año más, y otro y todos los que vengan mientras nuestro numen no se extinga y continúe produciendo. Ahí estaremos en todos los que Dios permita.
* Maestra jubilada Ciudad Obregón, Sonora