“LA CANCIÓN ES LA MANIFESTACIÓN
MELODIOSA DEL ALMA DE UN PUEBLO”.
MANUEL MARÍA PONCE
MARIO ARTURO RAMOS
La canción artística junto a otras vertientes conforma la estructura del canto popular mexicanos: la histórica, corridos, cantos panfletarios, sociales; romances, jarabes coplas, tal y tal, que como señalara Zoltán Koldáy:”
En ciertos aspectos el lenguaje popular es idéntico al lenguaje antiguo; así también la música popular puede y debe sustituir a los documentos históricos ausentes “. La espectáculo que es raíz de la industrial o comercial que, con la irrupción de los medios masivos en los inicios del siglo XX, predomina en el gusto popular- hasta nuestro tiempo- debido a su formidable impacto en el mundo canoro. Entonces son la artística, la histórica, la industrial, junto a la canción folclórica formas imprescindibles para entender a la canción popular.
La artística tiene valores armónicos, melódicos, literarios, de ejecución e interpretación que tienen como objetivo la búsqueda de la belleza – no siempre se logra-, ejercicio que es tema, génesis; la forma y el final. Estas obras de arte pocas veces venden, en contadas ocasiones tienen poder de comunicación con la multitud, sin embargo, considero que sin ellas el andamiaje de las otras ramas perdería credibilidad. Confieso que su existencia, cautiva mis emociones, sentidos y razonamiento; me llena de figuras literarias, de cachitos de vida llenos de multisonidos.
“Es mucho mejor si nuestra tradición es más rica y diversa, derivada de la cultura indígena como de la occidental.” Carlos Chávez
Estas reflexiones sobre la canción popular regresaron en el final del pasado invierno, en la reunión con Arturo Cipriano Izquierdo, músico, compositor, arreglista, director de agrupaciones musicales. La tarea del ejecutante y creador sonoro, nacido en San Luis Potosí en los últimos años de los 40s del siglo pasado, la he visto transcurrir por cuatro décadas en una vorágine de armonías, ritmos, lenguaje, voces, instrumentos, ejecutantes, que han quedado materializadas en soportes discográficos hechos contra viento y marea.
En este abril, el 27 a las 20.30, en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, de la antigua Tenochtitlan, Ciprianodonte sale al escenario con una buena agrupación musical y vocal, a ofrecer una muestra de la canción. Es un año especial para la música nacional, el 24, cumple setenta años de fallecido Manuel María Ponce Cuellar, cumbre del arte mexicano, originario de Fresnillo, Zacatecas, quien igual que Arturo- cada uno en su espacio de comunicaciónbuscó en lo nuestro fusionado con la música occidental, revitalizar, autentificar, crear lo que nos pertenece, nos identifica. Entonces en el mes cuatro del 2018, el creador potosino una vez más arriesga, experimenta, música que la llama: Folklojazz.
En la larga trayectoria de Ciprianodonte, me ha tocado ser testigo de su oficio. Debo remontarme a 1973; Alejando Corona, excepcional ejecutante del piano y compositor, llegó a mi madriguera con un joven delgado que cargaba un estuche de flauta. Después de las presentacionesacompañaban a los visitantes currículos generosos-; hablamos de poesía, de la canción, de la época, de la brutalidad violenta como enemiga del arte, leímos poemas, planteamos anécdotas y experiencias, nació mi afecto por Cipriano.
Fue la década del canto nuevo, del neofolklore, del canto social, del de protesta, Arturo aporto al movimiento la flauta transversa, las armonías jazzísticas y pronto fundó el Grupo Nopalera, mitológica agrupación que rompió con los moldes existentes. Creció mi afecto y admiración y como cantó Rubén Blades: “sorpresas te da la vida” nos convertimos en coautores, con la obra músico-literaria: “Canta Domingo” en homenaje a un compositor yucateco de grandes vuelos, que muy joven decidió de manera trágica abandonar el mundo. Bela Bartok escribió a propósito de los cantos populares y el nacionalismo: “No hay duda de que el primer estimulo hacia el estudio de los cantos populares y en general de todo arte popular, coincide con el despertar del sentimiento de nacionalidad».
El descubrimiento de valores culturales implícitos en la poesía y la música populares fue una notable contribución al desarrollo el orgullo nacional…”. por lo tanto, estoy seguro de que el viernes 27 de abril, los asistentes al Teatro de la Ciudad, Esperanza Iris, en la Ciudad de México, disfrutaran “A la breve distancia de un soplido” de Ciprianodonte y banda en una sesión formidable de canciones artísticas, que las disfruten.
* Autor e investigador