JOSÉ CARLOS IBARRA
Generalmente, en tiempo cuaresmal o Semana Santa, algunos especialistas, se refieren a las causas físicas de la muerte de Jesús, mas no al Proceso, cuando hay copiosa bibliografía sobre ese hecho histórico, que más ha impresionado a la distancia de dos mil años, en la fe religiosa así como en lo pocesal.
De acuerdo a lo narrado por el evangelista San Lucas, (ref. cap. 3 vers. 23) Jesús inició su prédica pública a los treinta años, y aunque aparentemente no fue molestado, era vigilado por informantes de la casta sacerdotal, fanáticos depositarios de la ley mosaica, quienes desde un principio, manifestaron recelo y odio, porque se vieron afectados en sus intereses. como representantes jerárquicos de la tradición judaica.
Tres hechos, contribuyeron a precipitar la intención de hacerlo morir: la resurrección de su amigo Lázaro, cuyo suceso se propagó por toda Judea, la escena del Templo, en que con látigo en mano arrojó a los mercaderes, y la entrada triunfal en Jerusalén a lomo de un borrico, jubiloso recibimiento del pueblo, que a los ojos de los Sumos Sacerdotes, representaba una amenaza a su hegemonía y privilegios.
Decidieron pues, en Consejo del Sanhedrin, prenderlo, condenarlo y hacerlo morir, y para ello, contaron con Judas Iscariote, el traidor, quien por treinta monedas de plata, ofreció entregar a Jesús en el huerto de Gethsemani, de allí lo llevaron a la presencia de Annás, que había sido Gran Sacerdote, y que aún conservaba poderosa influencia, y al no encontrarle culpa alguna, lo envió con el Sumo Sacerdote Caiphas, su yerno, donde estaba reunido el Sanhedrín, que lo integraban 71 miembros el Sumo Sacerdote y 70 hombres prominentes, hubo dos falsos testigos pagados, y al no lograr que Jesús se declarara culpable, de dos acusaciones sedición y blasfemia, lo sentenciaron por blasfemia, al proclamarse Hijo de Dios.
Por la mañana lo condujeron ante Pilatos, procurador romano de Judea, quien después de interrogarlo y no encontrar culpa en él, y sabiendo que Herodes Antipas tetrarca de Galilea, estaba en Jerusalén, ordenó lo llevaran allá, pero tampoco vio culpa alguna en el acusado, y lo remitió de nuevo a Pilato, y ante la presión de la muchedumbre, azuzada por los Sumos Sacerdotes, dispuso la flagelación de Jesús, creyendo que se darían por complacidos, pero la presión continuó, por lo que en una actitud de cobardía, lo entregó al populacho condenándolo a ser crucificado, apoyados por la soldadesca romana, y ordenó que se escribiera en lo alto de la cruz, JESUS DE NAZARETH REY DE LOS JUDIOS, en arameo, latín y hebreo, y ante la reclamación de por qué había ordenado eso, contestó; LO ESCRITO ESCRITO ESTA.
Fuentes; Los cuatro evangelistas.
GIOVANNI ROSADI “El Proceso de Jesús”
ERNESTO RENAN “Vida de Jesús
GIOVANNI PAPINI “Vida de Cristo”.
*Autor sinaloense