SYLVIA TERESA MANRÍQUEZ
Hoy como nunca México nos duele no es más la suave patria que nos besa hoy se lo está llevando la tristeza y no hay mito ancestral que nos consuele no hay águila o nopal que rebele que picotee o espine con firmeza es lacerante el sol, la lluvia espesa a fosa clandestina el tiempo huele.
Es cierto que la rabia se acumula que se llenó el buche de piedritas pero algún maleficio nos anula y sólo desahogamos nuestras cuitas pero poco persiste y se articula aunque abunden propuestas eruditas.
Cuando la ola se encrespa reaccionamos y marchas, hay consignas y alboroto pareciera que estalla el terremoto pero pasa la euforia y ya no estamos.
Fragmento, Guillermo Velázquez
A Guillermo Velázquez le gusta interpretar huapango arribeño. Toma la palabra para decir poesía, porque dice que eso distingue al son arribeño, en el que siempre hay un guitarrero, un poeta, un trovador, un oficiante de la palabra, y eso es él.
Escucharlo es dejar que renazca la energía para empezar a zapatear en las casas, las calles, las ciudades, el país, para que se cimbren los héroes a los que hemos apostado, como dice Guillermo, con la esperanza ceñida en el cuerpo.
Estoy consciente de que México me espina el corazón, como dice Guillermo, pero también que deseo y necesito hacer cada vez más presente ese México florido en el que se arraigan mis raíces, el amor, la memoria, el México profundo.
Agradezco a Guillermo Velázquez que nos comparta sus palabras en forma de huapango, su mensaje de fortaleza y amorosa resistencia, porque lo escuché decir que el sueño de nuestro país es un sueño todavía porque no ha podido ser, y que querer es poder, en eso enraizamos cada día la confianza invencible; decir que con costumbres, con danza, con sones que zapateamos, cultivamos el árbol de la esperanza, que no depende de la suerte, ni del diablo ni de muerte, porque el sol y las estrellas hacen de este árbol, que es México, algo fecundo.
Por eso le tomo la palabrea e invito a hablar de esperanza, esa que se niega a extinguirse, esa que nos da ganas de zapatear en rebeldía, porque nada nos podrá quitar el gozo de despertar cada mañana a pesar del pesar.
Vamos a zapatear en la tarima,
y a convertir el blues en rock and roll
y a hacer de las agallas arrebol
y a no dejar que nada nos deprima
si la decisión nuestra de luchar
se vuelve cotidiana y la sumamos
en los hechos podremos comprobar
que a pesar del pesar en el que estamos
de nosotros depende imaginar
de nosotros depende reinventar
de nosotros depende refundar
el México distinto que soñamos.
(Fragmento Guillermo Velázquez)
* Autora y productora de Radio Sonora