FAUSTINO LÓPEZ OSUNA
Para descansar del bombardeo de las noticias políticas y de todo orden a que nos tienen habituados los medios de comunicación masiva, pensé escribir sobre las últimas novedades del metro, las palabras o la luna. Y me decidí por ésta. Uno que la ve a diario y piensa que ya lo sabe todo sobre ella, cae en cuenta que ignora más de lo que sabe, por lo que nos documentamos acudiendo a la Enciclopedia.
La Luna gira a nuestro alrededor en 27 días 7 horas y 43 minutos (siempre creí que en 28), a una distancia media de 384 000 km. En el mismo tiempo realiza una rotación completa sobre sí misma. De ahí que siempre nos presenta la misma cara. Sin luz propia, siempre refleja la luz que recibe del Sol. Por ello tiene permanentemente un hemisferio iluminado y otro sumido en la oscuridad. Las distintas fases, según las cuales se la ve desde la Tierra, se explican por las variaciones de su posición relativa respecto a nuestro planeta y al Sol. Dichas fases se desarrollan siguiendo un ciclo de 29 días 12 horas y 44 minutos.
El radio de la Luna es de 1 738 km; su densidad media es de 3,34 y su masa, un 1/81 de la de la Tierra. Su superficie presenta amplias llanuras accidentadas, con numerosos cráteres meteoríticos y montañas que pueden alcanzar alturas elevadas (8 200 m). Carece de atmósfera, por lo que está sometida a temperaturas que van desde +100° C durante el día a -150° C por la noche.
Para mayor información, la superficie lunar fue estudiada directamente de 1969 a 1972, a lo largo de seis vuelos de la serie Apolo, que permitieron a doce astronautas norteamericanos posarse sobre el astro y recoger cerca de 400 kg de muestras. Otro de los experimentos realizados, fue la colocación, allá, de un espejo sobre el que los científicos en la Tierra dirigieron un rayo láser desde Cabo Cañaveral, para medir con exactitud la distancia de la Tierra a la Luna.
En los últimos días se difundió la noticia de que la República Popular de China había lanzado un artefacto con equipo científico para posarse en el lado oculto de la Luna, a fin de investigar los enigmas que guarda (desde hace 4 mil 600 millones de años en que se formó nuestro sistema planetario), escudriñando los misterios del Universo, lo que vendrá a ser otra gloria del conocimiento científico terrestre.
Así que la eterna luna lunera sigue encantando, como antes, durante tantos siglos, a poetas, compositores y dramaturgos, hoy a científicos con el más avanzado equipo computarizado de que se tenga memoria.
Se me pasaba agregar que, sin mucha precisión, se sostiene que hay miles de soles como el nuestro en la galaxia. En cambio, de manera precisa y comprobada se sabe que los 9 planetas que conformamos el sistema solar, tiene 61 lunas. Los tres más grandes poseen: Saturno 18, Júpiter 16 y Urano 15. También está comprobado que nuestra hermosa Luna, entre otros fenómenos que influyen en nuestro planeta, produce todas las mareas de todos los océanos de todos los mares, las 24 horas del día.
Después de conocer aunque sea unas cuantas maravillas del universo y de la naturaleza, ¿valdrá la pena detenerse en lunáticos (que tienen cambios bruscos en el estado de ánimo)? Resulta más edificante traer a la memoria algo del sin fin de sentidos figurados, familiares, que tiene la Luna: Dejar a la luna (Dejar a alguien en lo que pretendía). Estar en la luna (Estar distraído). Media luna (Islamismo, imperio turco). Pedir la luna (Pedir algo imposible o muy difícil).
También se atribuye a la Luna los siete días de la semana, que son los que dura una fase. Multiplicados por cuatro dan los 28 días del mes lunar.
* Licenciado en Economía, Compositor