Por: SYLVIA TERESA MANRÍQUEZ
D el puente a la alameda menudo pie la lleva. Por la vereda que se estremece al ritmo de su cadera. Recogía la risa de la brisa del río Y al viento la lanzaba del puente a la alameda. Chabuca Granda
Dice Sara Lovera que esta canción de la peruana Chabuca Granda habla de un puente real que está en la zona de Carrasco en la ciudad de Lima, Perú; que era una región hermosa llena de árboles. Le gusta porque habla de la naturaleza de una forma hermosa.
Aproveché la complicidad de la música para platicar con esta mujer que admiro. Quise saber de su quehacer periodístico, que ella misma me contara como es la vida de una mujer periodista en este país. Dice Sara que es una periodista tradicional. Hace 18 años que no es idealista. En esos 18 años ha observado a sus compañeras y compañeros que hablan de la realidad de algunas comunidades poner en riesgo su vida. Probablemente pasa como con la violencia hacia las mujeres, dice, también habíamos naturalizado que algunas autoridades nos callen con amenazas, persecuciones y agresiones físicas.
Sara piensa que el nivel del contexto violento en el país ha favorecido el permiso para matar, una idea que le escuchó a un sociólogo mexicano.
Ella es una mujer valiente, ha tratado muchísimos temas difíciles para exponer. Ha investigado a funcionarios de alto rango, autoridades, como los agentes judiciales y soldados que violaron a niñas en Altamirano, Chiapas, durante el movimiento armado.
Sabe de agresiones y de miedo. Como cuando recibió veladas amenazas de un exgobernador de Sinaloa porque investigó una ley de educación que derivó en protesta y un muerto.
Conoce bien la magnitud del miedo que viven muchas y muchos periodistas. También conoce lo implacable que puede llegar a ser la venganza, recuerda con dolor a Javier Valdez, colega asesinado en Culiacán, Sinaloa.
Todo esto y más escuché con atención de Sara Lovera. Soy consciente de la dura jornada de mujeres como ella, que cimentan con cada paso, cada batalla, cada letra, el camino para que mujeres como yo podamos tener acceso a los medios de comunicación. Sara Lovera López recibió en 2016 el Premio Nacional de Periodismo 2015 en la categoría de Trayectoria, con el que se reconoce su trabajo a favor del derecho de las mujeres a ser visibilizadas en los medios de comunicación. Durante muchos años ha sido maestra y formadora de periodistas mexicanas, latinoamericanas y europeas. Además, es directora de la plataforma informativa SemMéxico.
Cuando escucho a Sara constato la imperiosa necesidad seguir dando voz a las mujeres, con y sin poder, algo que ella nos enseñó en el llamado Periodismo de Género o Periodismo Feminista.
Fundadora de La Jornada, donde creó el suplemento feminista La Doble Jornada, ella cree en la palabra, en la posibilidad de influir, cree en la difusión cultural como algo fundamental para ayudar a este país a salir adelante. No da oídos cuando le dicen que todo es corrupto, todo es imposible y nada funciona, porque ella es una reportera especializada en el movimiento obrero y sabe cuánto cuesta crear un empleo, sabe por las cifras del IMSS que sí hay más empleos, y aunque no son los mejores dan seguridad social.
Esta mujer cree en México y en su gente, en la libertad de decir y exponer lo que no está bien. Me dijo que no hay que compartir la desesperanza porque una parte importante de la vida de las y los mexicanos está llena de esperanza y cosas bellas que vale la pena compartir en cada letra, cada columna.
Creo, como dice Soledad Jarquín, que la vida de Sara está marcada por su pasión: el periodismo, y por la persistente necesidad de hacer visibles a las mujeres. Por eso recuerdo una de sus canciones favoritas, porque puedo dar fe de que así como escribió Chabuca Granda, Sara Lovera transita la vida por veredas y caminos que estremecen al ritmo de su cadera y sus pasos firmes.
*Autora y productora de Radio Sonora