Feliz 2018
La última edición del 2107, es el regalo para los lectores de La Voz del Norte impresa o virtual; así celebramos a un año que termina y al que inicia reiterando el viejo deseo de: “Paz en la tierra a los hombres de buena voluntad”.
En el tradicional brindis de la noche del treinta y uno- muchos inician el rito etílico desde muy temprano- este editorialista recordará a los que se marcharon y dejaron un hueco. Horacio Guarany, Eduardo del Rio, Ignacio Osornio, Jorge Remus, Nicolás Avilés, tal y tal, algunos nombres de un caudal de talento que se llevó la huesuda el año que finaliza su camino. Llega el 2018 entre nubarrones y retos, entre anhelos para conseguir nuevos logros; mayores esfuerzos para seguir con la tarea; renovadas esperanzas de vivir en un mundo mejor para todos; llega…
Entonces en este informativo cultural que como vaso comunicante nos reúne, renovamos nuestro compromiso con el que iniciamos la 4ª etapa, en la que llegamos a la edición 312, ser testimonio de la creatividad científica o artística, información que permite constatar que es posible lograr en el nuevo año: “Paz en la tierra a los hombres de buena voluntad”.
CANTATA
Me estoy volviendo polvo como el
sol del crepúsculo
y sigo siendo luz y agua de lluvia,
me sigo enamorando de las gacelas
jóvenes
y de las rosas locas fieramente románticas.
Si Dios me está escuchando y no anda
distraído
quiero pedirle un hilo de cielo transparente
para atarme al cometa del amor
vagabundo
y vagar y vagar eternamente como
vagan y vagan los cometas.
Me estoy haciendo espina yo que ayer
era pétalo,
llama, yo, que era ayer, me estoy
volviendo ascua agonizante
y anuncio de ceniza sin memoria.
La orquesta de mi vida se está quedando
sola,
mis amigos, los músicos, siguen abandonando
los que fueron ayer sus preciosos y
amados instrumentos.
En los rincones vuelan y revuelan
las notas moribundas, las partituras
rotas,
los espejos sonámbulos de un concierto
olvidado,
y un público fantasma que jamás
existió
escucha embelesado la sinfonía del
tiempo.
Estoy hablando a solas, como dicen
los dioses
que hablan y hablan las galaxias enfer- mas con sus sombras.
Me estoy que no estoy y soy sin ser y
siendo
y de súbito escucho un latido de vida
y veo que resucitan los muertos, gran
jolgorio,
en el viejo y oscuro cementerio, de
súbito de fiesta,
y despierto dormido en los jardines
JUAN CERVERA SANCHIS
POETA Y PERIODISTA ANDALUZ
niños de la vida
y ya nada jamás vuelve a ser una
lágrima,
y dulce agua de lluvia, la vida conti- núa felizmente danzando
su danza interminable y siempre
alegre y niña
en la divina palma de la mano de Dios
donde todo es posible.