ALBERTO ÁNGEL «EL CUERVO»
–Diecinueve días para que termine…
—¿Cuántos…?
—Diecinueve solamente ya… caray, no puede uno evitar pensar en lo que algunos científicos hablan acerca de que el tiempo es un valor físico y no subjetivo y que puede al igual que el espacio, “doblarse”, o acelerarse… Porque los tiempos se van cada vez más rápido…
—¡jajajajajaja, el que se está yendo cada vez más rápido eres tú jajajajaja, para un niño un día es larguísimo…!
—No, eso depende de la emoción o la intención con que lo vivas, de las expectativas que tengas en torno a ello… Si lo que vives es doloroso, el día se te hará larguísimo, si lo que vives es bello y placentero, te parecerá que se va
muy rápido…
—Eso sí… Yo creo que algo así fue lo que motivó a Einstein a desarrollar su teoría de la relatividad ¿no?
—Pues… Sí y no… Pero eso sería tema de todo un debate formal a nivel académico, no una charla cervecera como esta jajajajajaja… El caso es que de nueva cuenta ya está aquí el invierno con todo lo que implica…
—Sí… Invierno… Esa palabra siempre me ha sonado como a final… Y curiosamente, más bien es como
principio… El año comienza con la parte álgida del invierno…
—Bueno, no… Es que la palabra invierno nos marca en su inicio, justo la última etapa del año… De ahí que metafóricamente nos refiramos al invierno como la vejez, por ejemplo. Y entiendo lo que dices, es solamente la menor parte del invierno la que se da al final de año… Enero, Febrero y casi todo marzo, prácticamente las tres terceras partes del invierno se dan a principio de año… Sin embargo el significado es de final dado que el año termina al comienzo del invierno… Como la vida…
Al principio del invierno generalmente se hace el recuento de la existencia a lo largo del año que fenece…
—“Brindemos por el año que ha pasado a formar entre los muertos…” o ¿cómo dice aquel famoso Brindis del Bohemio que era infaltable en la cena de fin de año…?
—jajajaja… Es justamente al contrario de cómo lo planteas… Dice: “Las doce, compañeros…/ Digamos el “requiescat” por el año/ que ha pasado a formar entre los muertos…/ ¡Brindemos por el año que comienza!/ porque nos traiga ensueños;/ porque no sea su equipaje/ un cúmulo de amargos desconsuelos…”
—jajajajaja bueno, por a’i iba jajajaja el caso es que se brinda ¿no? Por los comienzos, por los finales, por lo que sea, pero siempre se brinda en el invierno… ¿Es de Amado Nervo ese poema…?
—¡No, para nada…! El Brindis del Bohemio es de un poeta mexicano también, pero no del Maestro Nervo.
Es de Guillermo Aguirre y Fierro… Un poeta prolífico, escribió mucho en varios géneros. Básicamente se calificaba de periodista, pero escribió un sinnúmero de poemas aunque su libro “Sonrisas y Lágrimas” en el que precisamente publica El Brindis del Bohemio, es el más famoso… O tal vez sea más preciso decir que fue el único que alcanzó la fama…
—¡Qué injusto… Recuerdo de niños cómo se daba la escena infaltable y reiterativa cada 31 de Diciembre cuando la abuela… O quizá las abuelas de todas las casas en México, reunían a toda la familia faltando unos minutos para las doce de la noche alrededor del radio, ese aparato gigantesco que parecía ropero con rostro humano por las perillas y la pantalla sintonizadora… Nos callaba a todos para que juntos escucháramos al Declamador de América, Manuel Bernal… Terminábamos llorando todos… Y los niños no sabíamos bien a bien por qué llorábamos ¿Te acuerdas…? Comenzaba: “En torno de una mesa de cantina/ regocijadamente departían seis alegres bohemios…”
—“Los ecos de sus risas escapaban/ y de aquel barrio quieto/ iban a interrumpir el imponente/ y profundo silencio…”
Cómo olvidarlo… Sí, muy injusto que alguien que formara parte de la vida de todas las familias de México permanezca prácticamente en el olvido… El Maestro Aguirre y Fierro nació en San Luis Potosí en el año de 1887, dos años después de María Grever… Claro que ella se volvió inmortal… Él cayó en el olvido…
—Bueno, es que las canciones de María Grever todo mundo las cantaba…
—El brindis del Bohemio todo mundo lo sabía…
—Es cierto… De hecho, en este momento me haces pensar en que deben haber muchas familias que sigan escuchando o declamando El Brindis del Bohemio pero difícilmente sabrán quién es el autor… Tal vez sería lindo que al
morirme alguien declamara El Brindis del Bohemio… Así marcaría el final como todos los finales de año cuando éramos niños… Y hablando de finales… Cuántos amigos se han ido este año… Caray… ¡Cuántos se han ido…!
—Pues mira, ya estamos viejos… Cada vez va a ser más frecuente el enfrentarnos a la despedida de nuestra gente cercana… O quizá les toque a ellos despedirnos a nosotros… Quién sabe… Pero me llama la atención eso que dices, que te gustaría que alguien declamara El Brindis del Bohemio en tu velorio… Y es que el Maestro Aguirre y Fierro, no solamente habla del fin de año en este poema, en absoluto. De hecho, el poema se volvió un símbolo infaltable en las fiestas decembrinas, en los fines de año, pero también se convirtió en un icono para los bohemios, aquellos los bohemios verdaderos, porque en la actualidad los que se dicen, los que se ostentan como bohemios dejan mucho qué desear…
—Sí, caray… Mira que reunirse alrededor de un “karaoke” con el que todo mundo se siente con derecho a ser considerado cantante y poniendo canciones espantosas de autores mediocres acompañados de músicos mediocres que no merecen ser llamados músicos…
—Pues sí, todo cambia, dice la canción… Y eso del karaoke es espantoso, como epantoso fue considerado aquel artefacto que llamaron “pianola” y dejaba escuchar las melodías al piano de manera mecánica, sin sensibilidad alguna y que muchos grandes músicos criticaron tanto… Volviendo al Maestro Guillermo Aguirre Y Fierro, el libro “Sonrisas y Lágrimas” y sobre todo el famosísimo Brindis del Bohemio, incluído en el mencionado libro, le valió el ser aceptado y solicitado en prácticamente todos los círculos literarios y bohemios de la época…
Es necesario mencionar que El Brindis del Bohemio y prácticamente todos los poemas del libro citado, ya habían sido publicados en folletos, diarios y revistas en las que el Maestro Aguirre colaboraba. Y fue en el año de 1942 cuando el afamado poemario “Sonrisas y Lágrimas” vio la luz pública al salir de la imprenta… Se dice que además era un extraordinario declamador… Oficio que absurdamente también ha “pasado a formar entre los muertos…” La declamación es parte indispensable de las artes escénicas y las generaciones actuales no saben lo mucho que perdieron al no haber conocido y cultivado este oficio… Por ello, el Brindis del Bohemio trascendió, porque era el escuchar al Maestro Manuel Bernal, una cátedra de artes escénicas en general…
—Y también trascendió por la cursilería que atrapaba y sigue atrapando la idiosincrasia del mexicano, estarás de acuerdo… “Brindo por la mujer, pero por una/ por la que me brindó sus embelesos/ y me envolvió en sus besos/ por la mujer que me arrulló en la cuna…”
—Sí, claro, eso es importante mencionarlo… La figura materna para el mexicano es lo más grande, lo primordial. Ya hemos comentado en muchas ocasiones todo lo que el Maestro Octavio Paz habla en este sentido en ese libro sensacional de El Laberinto de la Soledad. Diaz Guerrero, igualmente habla de ello en su libro Psicología del Mexicano y bueno, basta con acordarse de un viejo axioma infantil para entender la importancia de la figura materna: “¡Con la mamá y los útiles no te metas!”…
—Totalmente de acuerdo, y Aguirre y Fierro explota ese amor desedido por la figura materna para lograr una mayor emotividad en El Brindis del Bohemio… Pero, la poesía de Aguirre toca prácticamente todos los temas… De hecho, en ese mismo libro “Sonrisas y Lágrimas”, hay un poema que viene al caso en estas épocas…
—¿Navideño…?
—No precisamente, aunque vamos a ver qué “regalito” nos trae, se trata de la época electoral… O quizá sea más adecuado utilizar el término “electorera” porque ese circo es verdaderamente insutante… Pero no me desvío, El poema al que me refiero escrito por el mismo autor de El Brindis del bohemio tan llevado y traído, se llama justamente “La Elección”… Aquí hace una parodia del circo que se lleva a cabo en las épocas electoreras en nuestro país… “El león falleció ¡triste desgracia!/ Y van, con la más pura democracia,/ a nombrar nuevo rey los animales./ Las propagandas hubo electorales,/ prometieron la mar los oradores,/ y… aquí tenéis algunos electores:/ Aunque parézcales a Ustedes bobo,/ las ovejas votaron por el lobo;…”
—jajajajaja cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia… Oye, el Maestro Aguirre y Fierro era un visionario… Mira que tiene actualidad ese poema de “La Elección”.
—Pues quizá no hace falta ser un visionario para darse cuenta de ese circo… Pero la genialidad del Maestro Aguirre y Fierro es innegable, como innegable se antoja la afrenta de haberlo dejado en el olvido… Falleció en la Ciudad de México en 1949… Por todo ello habría que recordarlo aquí, ahora que hablamos de nuestros muertos… Esos muertos que siguen con nosotros como alimento de los zopilotes… Esos zopilotes que fabricamos con huesos de fantasmas culpígenos y venas de masacres que nos dejaron el alma marcada…
Esos muertos que por si fuera poca la afrenta realizada contra aquellas juventudes soñadoras, una afrenta nueva cae sobre su memoria… En fin, ya son las doce… “Las doce, compañeros”… Por nuestros muertos, por su presencia que sigue impoluta a pesar del embate de los tiempos… Por el Maestro Guillermo Aguirre y Fierro, por su memoria… “El bohemio calló; ningún acento/ profanó el sentimiento/ nacido del dolor y la ternura,/ y pareció que sobre aquel ambiente/ flotaba inmensamente/ un poema de amor y de amargura…”
* Pintor, intérprete y autor