SOFÍA MIRELES GAVITO
El pasado jueves 12 de octubre del presente año murió el Señor Alberto Alfredo De la Rosa Salazar. Él era originario de Tonalá, Chiapas, jurista de vocación, destacado funcionario judicial y poeta al final de
sus días. Alberto De la Rosa, más conocido como Betolocha, nació un 7 de agosto de 1938. Estudio la licenciatura en Derecho en la UNACH, e hizo maestría y doctorado en Derecho en la UNAM.
En la década de los sesenta, estuvo viviendo en Tonalá; en 1967 fue
de los iniciadores del primer grupo de Alcohólicos Anónimos junto con el Señor José Luis Ortega; y en 1969 fue catedrático fundador con la asignatura de Lógica en la primera Preparatoria de Tonalá. Después se fue a vivir a Tuxtla Gutiérrez.
En el período de 1989-1993 fue Magistrado del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Chiapas. En esta época publica su primer libro titulado: Tránsito de los Derechos Humanos en la Colonia (Chiapas Jus Ediciones, 1992), que nos da una visión panorámica del conjunto de instituciones que se dieron en la colonia, de su estructura en lo social, económico y jurídico, el tránsito de los derechos humanos de este periodo fue dado por Montesinos, Fray Bartolom
é de las Casas, Vives, y Francisco de Victoria.
Alberto De la Rosa Salazar escribió cuatro poemarios: Son Montubio, 1998; Cadencia de Soledad, 1998; El Amor es un Olvido que Recuerdo, 1999; y Llovizna, 2002. Yo lo conocí en este período, en las presentaciones de sus libros de poesía. Hicimos una breve amistad junto con los escritores: César Pineda del Valle y Malú Morales Grajales.
En sus poemarios, Alberto de la Rosa, refleja el recuerdo de su niñez, las costumbres de la costa, las vivencias de un alma que sufre, canta y llora. En sus versos encontramos la nostalgia de su tierra natal, los recuerdos de amores vividos y perdidos.
El poemario Son Montubio consta de 43 poesías, y Cadencia de Soledad co
nsta de 36 poesías; ambos poemarios están publicados en un libro titulado Son Montubio.
La obra “El Amor es un olvido que Recuerdo” es un canto general al amor y consta de un sólo poema dividido en 52 partes. En esta obra, Alberto de la Rosa nos dice que el amor tiene mil nombres, que no tiene fronteras, raza, ni religión. Desde el verso inicial “el amor es el eje” hasta el verso final “el amor es un olvido que recuerdo”, el poeta nos deleita y nos hace reflexionar sobre la esencia de este sentimiento fundamental del ser humano: el amor.
Por último, el libro “Llovizna” consta de 67 poemas, y esta seccionado en tres artes: reencuentro, nostalgia y catarsis. Estos poemas están inspirados en la relación de pareja, desde un encuentro hasta una
despedida; es el relato del encuentro cuando se va, se queda, se fue y lo que piensa un enamorado en ese momento y lo que piensa después. Un poema de Alberto De la Rosa Salazar:
SON TURULO.
Del río, del mar y del sol
Bramando sol nació el Son.
Son turulo es el son del corazón,
Que suena de día y de noche
Y que muestra su razón.
Son boquita de jabón
Que dice que la luna es luna
Porque la motea con leche.
(…)
Son callejoneado
De puerta abierta y portón
Son mangueado y jocoteado de son.
Son de aire que despierta
Son de en medio de la luna
Que cierra la noche en serio.
(…)
Son canica chibolona,
Zumbido de ron ron.
Gira trompo zumbador.
Valero maromero de son.
Son de toquemela maistro
De robatejo burlón.
Bolo de junto, bolo de adentro,
Son chicheado dulzón.
Son de casamiento,
De cocinera en Vuelta,
Son de cadera suelta.
Son de procesión, de ofrenda,
De duelo y de velorio.
Son panteonero, panteón.
Son de obsequio,
Toretes de fierro limpio
Que se ofrenda a Tata Chico.
Son de igual son,
Potro potrero,
Corral corralero,
sacate sacatón,
rey rejeguero.
Sones que van y vienen,
Hojas que retienen son
Y cubren al árbol de un don.
Son que nace del son, que muerde
Que gotea, que repica son.
(Del libro, Son Montubio, 1998;
páginas: 9-12).
*Cronista de Tonalá Chiapas