Editorial

Editorial Nº 304

Por jueves 31 de agosto de 2017 Sin Comentarios

Septiembre, la Independencia de México.

El noveno mes del año de 2017, es el de la Patria o de la Independencia Nacional; celebramos el inicio de la gesta en 1810 y su consumación en 1821. Siglos antes en la etapa de la Colonia, los aires insurrectos corrieron con fuerza; en el -hoy- Estado de Veracruz la rebelión de Yanga o Nyanga, al frente de una masa compuesta por esclavos africanos arrancados de sus tierras por la fuerza de los esclavistas, junto a nativos y mestizos sojuzgados por los hispanos opresores en el poder virreinal, se rebelaron; insurrección que terminó en 1609 -posiblemente en agosto-, a este hecho histórico se le debe considerar el primer movimiento Independentista Nacional. En marzo de 1808, la invasión a la Península Ibérica por las tropas Napoleónicas y la derrota de la monarquía hispana, motivó que los criollos y los españoles radicados en la Colonia intentaran separase de la que llamaban: Madre Patria, con el objetivo de conservar los privilegios que disfrutaban y que les habían sido otorgados por la Corona y, que sentían que estaban en peligro. En la capital del virreinato, los ideales liberales se mezclaron con los anhelos coloniales y con Primo de Verdad como figura principal intentaron lograr un México Independiente. El 16 de octubre de 2011 el periodista veraz Álvaro Delgado escribió en La Voz del Norte un espléndido artículo sobre el tema, recomendamos leerlo en www. lavozdelnorte.com.mx edición No 73 donde se encuentra la colección completa virtual e impresa.

La Conspiración de Valladolid – hoy Morelia- en 1809 es antecedente fundamental para la de Querétaro y el Grito de Dolores, inicio de la lucha que celebramos en el noveno mes del año y que nos otorga identidad y nacionalidad. Mariano Michelena, José María García Obeso, José Antonio de Soto Saldaña, José María Abarca y León, Fray Vicente de Santa María- monje franciscano-, Mariano Muñiz, Mariano Ruiz de Chávez, Luis Correa, y Miguel Hidalgo y Costilla entre otros nombres, fueron participes eventuales y constantes comprometidos con este movimiento que en grupos disfrazados de divertimento y literarios se desarrollaron con ideas insurrectas. La delación por el sacerdote Francisco de la Concha ocasionó que algunos de los participantes fueran apresados y que otros huyeran para poner a salvo su vida.

La Conspiración de Querétaro, 1809-1810-, con Epigmenio y Emeterio González, Miguel Hidalgo y Costilla, Ignacio Allende, Josefa Ortiz de Domínguez entre otros conjurados, utilizando la fachada de grupos dedicados a la literatura, es el último eslabón y preludio del Grito de Dolores. Denunciados los conspiradores, algunos fueron apresados, obligando como es conocido a que la esposa de Corregidor Miguel Domínguez, le pidiera al alcaide Ignacio Pérez, que avisara a Allende y a Hidalgo la necesidad de levantarse en armas antes de ser reprimidos y encarcelados por las autoridades coloniales. El mes de agosto entonces es el prólogo y por ese motivo en la edición 304 que tienen en sus manos y en la pantalla, estimados lectores, la portada se encuentra ilustrada por un mapa que nos muestra a México en 1810 territorialmente, por lo tanto, como cada año como prólogo a las Fiestas Patrias decimos: Vivan los Héroes que nos dieron Patria, Viva México y vivan los mexicanos.

Juan Cervera Sanchis

MEXILUZ
– abanico de fantasía-

Con la X de México soñábamos
y la J de México, añorante,
nos traía el recuerdo de un olvido
entre nubes azules, aerolitos dispersos
y noches incendiarias de verano
con estrellas vestidas de niños mariachis
y niñas con bordados y encajes
de románticas chinas con alma de
poblanas.
Me gusta a mi perderme por los santos
caminos de las viejas leyendas y el
reencuentro con el México histórico
y por siempre indomable de las altas
pirámides y del arco y la flecha y los
fieros volcanes soñolientos en las
dulces entrañas, miel y cielo, de aquel
dios que exigía sacrificios humanos.
En la X de México clavo yo mi bandera
y en la J de México, contigo de la mano,
pronuncio lentamente tu nombre
y huyo y huyo contigo por las selvas
del sueño y el pasado es presente y
el presente es futuro y México y tú y
yo inventamos la X y la J inventamos,
inventar es lo nuestro, y el dios de
los espejos nos mira frente a frente y
arco tú y flecha yo volvemos a nacer, y
volver a nacer es un vaso rebosando de
amor y de tequila con memoria mágica
de mezcal y dulces y secretos olvidos
de atole indescifrable.
X, sí, la de México y J, la de México
y un andaluz con alma de acordeón
y corazón herido de trompeta,
que quiso ser guitarra y algunos aseguran
que fue flauta de caña en las manos
de un loco del que nadie ha podido
saber si fue real o fue sólo una sombra
de una sombra sin cuerpo, y no deja
y no deja de cantar y, canta y canta, y
en su canto encantado y embrujado,
Andalucía y México son ya y serán por
siempre una misma y feliz rosa verde
muy verde, y ya por siempre verde y
para siempre verde, como el verde de
las alas verdes de los niños arcángeles
que vuelan y revuelan alrededor de
Dios eternamente.

* Poeta y periodista andaluz

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