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El incesto en Rulfo. Análisis: Pedro Páramo y Llano en llamas

By sábado 15 de julio de 2017 No Comments

Por: Nicolás Avilés González

Incesto se define como la relación carnal en parientes cercanos y veamos que dice la biblia de esto: Nadie se juntará carnalmente con su consanguíneo, ni tendrá que ver con ella. Levítico. Cap. XVIII: 6

Pedro Páramo

En esta novela monumental de Juàn Rulfo aparece el incesto al menos en dos ocasiones, primero Bartolomé San Juàn con su hija Susana San Juàn, amor imposible de Pedro Páramo, que tràs una búsqueda prolongada logra llevarla hasta la media luna. Al conseguirla a través de engaños, finalmente es la causa de la muerte de su padre; ordenada por Pedro y la orden la ejecutó Fulgor Sedano.
-¿Han venido los dos?
-Sí, él y su mujer- ¿pero cómo lo sabe?
-Pues el modo como la trata más bien parece su mujer-
-Vete a dormir Fulgor
“Maldito el que duerme con su hermana, hija de su padre, o de su madre; y dirá a todo el pueblo Amén”. Deuteronomio. Cap. XXVII.22 Éste fenómeno aparece de nuevo en la unión de Donis y su hermana (desconocemos su nombre), estos hermanos tienen que ver con la muerte de Juàn Preciado después de que este se acuesta con la hermana de Donis
-¿Desde cuándo están aquí?
-Desde siempre. Aquí nacimos
-Debieron conocer a Dolores Preciado
– Tal vez Donis. Yo sé tan poco de la gente. Nunca salgo. Aquí donde me ve, aquí he estado sempiternamente… Bueno, ni tan siempre, Sólo desde que él me hizo su mujer. Desde entonces me la paso encerrada, porque tengo miedo que me vean-¡Míreme la cara¡
-¿Qué es lo que quiere que le mire?
-¿No me ve el pecado? ¿No me ve las manchas moradas como de jiote que me llenan de arriba abajo? Y eso es sólo por fuera; por dentro estoy hecha un mar de lodo “Si alguien tuviera trato ilícito con su hermana, hija de su padre o de su madre, deshonrándose mutuamente, ambos cometieron crimen execrable; serán muertos en presencia de su pueblo, por haberse conocido entre si deshonestamente y pagarán la pena de su inequidad. Levítico. Capitulo XX. 17.

En la Madrugada.

Nadie se juntará carnalmente con su consanguíneo, ni tendrá que ver con ella. Levítico. Cap. XVIII: 6 Hermoso cuento que se inscribe en San Gabriel, Jalisco (La Cómala de Rulfo) de nuevo aparece el fenómeno incestuoso veamos:
-Ya estaba quitando las trancas del zaguán cuando vi al patrón don Justo que salía del tapanco, con la niña margarita dormida en sus brazos Justo Bambilla dejó a su sobrina Margarita sobre la cama, cuidando de no hacer ruido. En la pieza contigua dormía su hermana, tullida desde hacía dos años, inmóvil con su cuerpo hecho trapo; pero siempre despierta. Oyó la respiración de su hija y preguntó ¿Dónde has estado anoche, Margarita? Y antes de que comenzaran los gritos. Justo Brambila abandonó el cuarto, en silencio. Eran las seis de la mañana.
– Si el señor cura autorizara esto, yo me casaría con ella; pero estoy seguro que armará un escándalo si se lo pido. Dirá que es un incesto y nos excomulgará a los dos. Más vale dejar las cosas en secreto.
Serían las once de la mañana cuando entró Margarita en el corral buscando a Justo Brambila, llorando porque su madre le había dicho después de mucho sermonearla que era una prostituta. Encontró a Justo Brambila muerto.

Talpa.

No tendrás que ver con la mujer de tu hermano; porque es carne de tu hermano. Levítico. Cap. XVIII: 16.

El motivo para planear la muerte de Tanilo por Natalia y su hermano, fue por la atracción que sentían el uno por el otro y aprovechándose del fervor religioso del enfermo lo manipulan para que vaya al santuario de Talpa para que la virgen lo cure de llagas en la piel que lo aquejaban desde hacía mucho tiempo. El gran esfuerzo que implicaba caminar sobre veredas y lo depauperado de su cuerpo hacia lo llevaran casi a fuerzas con objeto que muriera. A jalones y cargando lograron sentarlo después de muchos días en las bancas delanteras de la iglesia de Talpa, a un poco de iniciada la misa su cuerpo ya no resistió y queda muerto dentro de la iglesia.

-“Yo tenía que acompañar a Tanilo porque era mi hermano. Natalia tendría que ir también, de todos modos, porque era su mujer. Yo ya sabía desde antes lo que había dentro de Natalia. Conocía algo de ella. Sabía, por ejemplo, que sus piernas redondas, duras, calientes, como piedras al sol de mediodía, están solas desde hacía tiempo. Ya conocía yo eso. Habíamos estado juntos muchas veces; pero siempre la sombra de Tanilo nos separaba; sentíamos que sus manos ampolladas se metían entre nosotros y se llevaban a Natalia para que lo siguiera cuidando. Y así sería siempre mientras él estuviera vivo. Así otra vez, noche tras noche, hasta que llegaba la madrugada y el viento frío apagaba la lumbre de nuestros cuerpos. Eso hacíamos Natalia y yo a un lado del camino de Talpa, cuando llevamos a Tanilo para que la virgen lo aliviara. Posterior a la tragedia, la pareja empezó a sentir la resaca de sus actos bochornosos:
-Y yo comienzo a sentir como si no hubiéramos llegado a ninguna parte; que estamos aquí de paso, para descansar, y luego seguiremos caminando. No sé para dónde; pero tendremos que seguir, porque aquí estamos muy cerca del remordimiento y del recuerdo de Tanilo.

Macario

En este cuento hay una relación incestuosa ya que Felipa, una mujer madura acosa y lleva a cabo relaciones de tipo sexual con Macario, un minusválido mental, que bien pudiera ser su hijo:

-Mi madrina me trata bien. Por eso estoy contento en su casa. Además aquí vive Felipa. Felipa tiene los ojos verdes como los ojos de los gatos. Felipa es muy buena conmigo. Por eso la quiero. La leche de Felipa es dulce como las flores del obelisco. Yo he bebido leche de chiva y también de puerca recién parida; pero no, no es igual de buena que la leche de Felipa… Ahora ya hace mucho que no me da de chupar de los bultos esos que ella tiene donde tenemos solamente las costillas, y de donde le sale, sabiendo sacarla, una leche mejor que las que nos da mi madrina en el almuerzo de los domingos.

-Muchas veces he comido flores de obelisco para entretener el hambre. Y la leche de Felipa era de ese sabor, sólo que a mí me gustaba más porque, al mismo tiempo que me pasaba los tragos, Felipa me hacía cosquillas por todas partes.

Es que Somos muy pobres.

Maldito el que duerme con su hermana, hija de su padre, o de su madre; y dirá a todo el pueblo Amén.
Cap. XXVII.22

La relacion incestuosa se muestra a través de la lujuria que exhibe el hermano de Tacha al lamentarse de la tragedia de perder su vaca cuando se la llevó el río:

-Mi papá con muchos trabajos había conseguido a la Serpentina, desde que era vaquilla para dársela a mi hermana, con el fin de que ella tuviera un capitalito y no se fuera a ir de piruja como lo hicieron mis otras dos hermanas más grandes. Según mi papá, ellas se habían echado a perder porque éramos muy pobres en mi casa y ellas muy retobadas. Por eso le entra la mortificación a mi papá, ahora por la Tacha, que no quiere que vaya a resultar como sus otras dos hermanas, al sentir que se quedó muy pobre viendo la falta de su vaca. Con la vaca era distinto, pues no hubiera faltado quien se hiciera el ánimo de casarse con ella, sólo por llevarse también aquella vaca tan bonita.

Esa era la mortificación de mi papá. Y Tacha llora al sentir que su vaca no volverá porque la ha matado el río. Está aquí a mi lado, con su vestido color de rosa, mirando el río desde la barranca y sin dejar de llorar, Por su cara corren chorretes de agua sucia como si el río se hubiera metido dentro de ella. Yo la abrazo tratando de consolarla, pero ella no entiende, Llora con más ganas. De su boca sale un ruido semejante al que se arrastra por las orillas del río, que la hace temblar y sacudirse todita, y, mientras, la creciente sigue subiendo. El sabor a podrido que viene de allá salpica la cara mojada de Tacha y los dos pechitos de ella se mueven de arriba abajo, sin parar, como si de repente comenzaran a hincharse para empezar a trabajar en su perdición.

El hombre.

Nadie se juntará carnalmente con su consanguíneo, ni tendrá que ver con ella. Levítico. Cap. XVIII: 6.
En este relato donde una hija prieta y chaparrilla, que por mal nombre le decían la arremangada la encuentran teniendo relaciones de tipo carnal en un aljibe con su primo Urbano Gómez.

Fidencio Gómez, tenía dos hijas muy juguetonas; una prieta y chaparrita, que por mal nombre le decían la arremangada, y la otra que era rete alta y que tenía los ojos zarcos. A Urbano lo expulsaron de la escuela antes del quinto año, porque lo encontraron con su prima la arremangada jugando a marido y mujer detrás de los lavaderos, metidos en un aljibe seco. Lo sacaron de las orejas por la puerta grande entre la risión de todos, pasándolo en medio de la fila de muchachos y muchachas para avergonzarlo.

Anacleto Morones.

Anacleto Morones es producto de la candidez del pueblo inculto, mediante mentiras se posesiona como sanador o sea una especie de santón, motivo por el cual es visitado por muchas personas, entre otras demasiadas mujeres. Lucas con su poder de persuasión tiene relaciones carnales con algunas de sus enfermas y de manera perversa embaraza a su hija. Para ocultar esta situación la coloca con su nuevo yerno Lucas Lucatero que por ningún motivo queda conforme con esta acción tan deleznable.

Oh mujer no te unirán en matrimonio con tu padre, ni tú, oh varón, con tu madre, es madre tuya, no descubrirás nada en ella en contra del pudor- Levítico. XVIII: 7.

Tú fuiste casi su hijo. Heredaste el fruto de su santidad. En ti puso sus ojos para perpetuarse. Te dio a su hija
-Si pero me la dio ya perpetuada
-Válgame Dios que cosas dices Lucas Lucatero
– Así fue me la dio cargada como de cuatro meses cuando menos. Era fruto del Santo Niño. Una niña. Adentro de la hija de Anacleto Morones estaba el nieto de Anacleto morones. Finalmente Lucas Lucatero termina asesinando a su suegro.

Como podemos ver la figura del incesto es recurrente en la obra de Rulfo, aunque se trate de un despropósito, de una perversión desde la lógica judeocristiana, la sutileza con que lo hace Juàn le quita el sexualismo y lo hace ver como algo natural en ese medio donde los personajes están al filo de la navaja; donde la pobreza, la religiosidad y la ignorancia son la divisa constante en esos tiempos y en esos lugares. Rulfo en estos cuentos magistrales pinta de manera excelente al México rural post-revolucionario donde se imbrica una guerra religiosa, perversa e inútil que tuvo su epicentro en el mundo rulfiano.

* Medico y autor

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